Modelado en el Equipo Educativo

El equipo educativo siempre es referencia y modelo para los educandos, tanto individualmente como en sus relaciones internas. No podemos educar en unas relaciones de cooperación y respeto si no se muestran en nuestra forma de funcionar. Para trabajar en equipo no basta con valorar positivamente la participación, es necesario saber y capacitarse para trabajar en equipo.

La Cooperación como Fundamento del Trabajo en Equipo

Es una dinámica de relación y crecimiento que se opone a la competición, en la cual el objetivo de cada individuo es obtener más beneficios que los demás, y que está establecida de forma muy importante en el ámbito económico. En nuestro sistema social, desde una perspectiva competitiva, se asume que la definición del éxito es comparativa. No se tiene éxito cuando se consiguen unas determinadas cuotas de bienestar, ya sea económico o de cualquier tipo, sino cuando se supera a los demás y se logra obtener algo que los demás no tienen. La competición se defiende desde la perspectiva de que obliga a cada persona a desarrollar todo lo posible sus capacidades y se entiende como motor de progreso.

Cambio en la Concepción del Éxito

La fórmula del éxito no es el logro individual, el logro de los demás, sino la suma del logro individual más el logro del equipo. Para trabajar en equipo es preciso desarrollar una actitud cooperativa, asumiendo como objetivo personal el objetivo del grupo.

¿Qué es Trabajar en Equipo?

Trabajar en equipo no es:

  • Que todos decidamos todo.
  • Que tengamos la misma función.
  • Que no haya coordinador.
  • Que todos hagamos todo.
  • Funcionar como “cajas negras”.
  • Defender mi espacio y respetar el de los otros.
  • Que cada uno se preocupe de sus objetivos.
  • Que cada uno se preocupe del equipo sin contar con los demás.

Trabajar en equipo es:

  • Organizarse: distribuir el trabajo, la autoridad y los recursos de manera coherente e integrada.
  • Trabajar: asumir con responsabilidad mis tareas y responsabilidades específicas.
  • Cooperar: compartir la información a manos llenas, tener flexibilidad para “cubrir” unos a otros, no tomar decisiones en solitario salvo cuando se me ha delegado explícitamente.
  • Adelantarse: proponer soluciones y consultarlas.
  • Respetar, conocer y apoyar el trabajo del otro: pero si compartimos los objetivos, el respeto incluye la propuesta de alternativas.
  • Acoger las sugerencias y dialogar los desacuerdos: conceder autoridad a los otros, construir sobre el avance de los otros y ofrecer el propio avance para que otros construyan sobre él.
  • Cooperarse: asumir al coordinador como cauce al servicio de todos y ofrecerle la autoridad correspondiente, dotarse de cauces que garanticen la comunicación y el diálogo.
  • Ser: que cada persona asuma como propios los objetivos del equipo, se gratifique por los logros del equipo y busque soluciones activamente ante los fracasos, evitar el “ya lo dije yo”. A todos nos interesa todo, somos corresponsables. Unidad y cohesión hacia fuera, y evaluación crítica, claridad y debate al interno.

El Conflicto

Situación en la que coexisten objetivos, necesidades o intereses incompatibles, sea entre dos o más partes, o en la propia persona. Esta incompatibilidad puede ser real o percibida. Todas las definiciones de conflicto coinciden en destacar que se trata de una realidad inherente a la vida y, específicamente, al ser humano.

El mismo hecho produce una situación de malestar: el dolor/malestar es un mecanismo evolutivo que avisa de la necesidad de un cambio. El malestar ante el conflicto puede ser un mecanismo para estimular la búsqueda de soluciones. El dolor físico producido por una lesión puede resultar útil para evitar movimientos y posibilitar la curación.

El Conflicto como Motor de Cambio y Crecimiento

No es posible la vida sin conflicto. Es el dinamismo a través del cual el ser humano y las sociedades avanzan, descubren en mayor profundidad la vida y desarrollan sus posibilidades.

Formas de Abordar los Conflictos

Escala de Valores

De cada una de las partes en conflicto, incluyendo los conflictos entre valores internos en cada persona. Los valores son cualidades intangibles que, personal o socialmente, estimamos como positivas y deseables. Cada individuo elabora personalmente una escala de valores, que está siempre en evolución. Existe una escala más difusa y menos precisa de valores socialmente aceptados, que presenta frecuentemente grandes contradicciones.

Distribución del Poder entre las Partes

El poder es otro concepto a comprender como capacidad para hacer o decidir. Es contextual, siempre está influido por el contexto y por el poder de que dispongan otros actores en cada situación. Cada persona o grupo social cuenta con una determinada cuota de poder en cada situación que establece unos límites y posibilidades. Cuando en un conflicto la relación de poder está muy desequilibrada, es difícil que se aborde la resolución del mismo, ya que la parte que tiene mucho poder no necesita resolver el conflicto para obtener sus objetivos.

El trabajo es el lugar donde una gran parte de las personas adultas pasan más tiempo. Es el ámbito donde se contrasta la propia valía, utilidad y capacidad, lo que resulta fundamental para la propia autoestima. El conflicto es un elemento inherente a la vida y necesario para el crecimiento y desarrollo de las personas y los grupos. Lo importante es la manera en la que se reacciona ante los conflictos.

Estilos de Afrontamiento de los Conflictos

Kilmann propuso una clasificación atendiendo a dos dimensiones: asertividad, entendida en este caso como defensa de los propios intereses, y cooperación, defensa de los intereses de la otra persona.

Evitación

La persona no defiende ni sus propios intereses ni los de los demás. “Yo pierdo, tú pierdes”. Se rehúye el conflicto. La evitación solo resulta adecuada en situaciones concretas: cuando el objeto del conflicto es superfluo o irrelevante, de manera que no se producen pérdidas o daños de consideración sin afrontarlo.