Luis de Góngora y el Culteranismo en la Literatura Barroca del Siglo XVII
Luis de Góngora (1561-1627): Vida y Obra
Vida
Luis de Góngora nació en Córdoba en una familia noble. Comenzó la carrera de leyes, pero no la terminó. Vivió siempre de cargos eclesiásticos que heredó de su familia. En 1617 se hizo sacerdote y fue capellán del rey Felipe III. Vivió gran parte de su vida en su ciudad natal, aunque pasó algún tiempo en Valladolid y Madrid, de donde volvió desengañado de la vida cortesana. La enemistad con Quevedo fue famosa en su época; ambos se dedicaron mutuamente composiciones satíricas.
Obra
Góngora es el creador de la poesía culterana, un estilo minoritario, culto, brillante y difícil. Inventó un lenguaje metafórico que se aprecia en sus canciones, sonetos y en algunos poemas extensos. También escribió poemas de tono burlesco en formas tradicionales.
La poesía culta
Escribe una poesía muy culta en sus sonetos. Cuando va a Córdoba empieza a escribir sus grandes poemas cultos: “Fábula de Polifemo y Galatea” y “Las Soledades”. El culteranismo se caracteriza por:
- Cultismos léxicos
- Metáforas
- Alusiones mitológicas
- Juegos conceptistas
Fábula de Polifemo y Galatea
Es un extenso poema en octavas reales sobre un tema mitológico que aparece en Las Metamorfosis de Ovidio. Narra la furia del monstruoso cíclope Polifemo, enamorado de la bella ninfa Galatea, cuando descubre el amor entre la ninfa y Acis. Polifemo arroja una gran roca que aplasta al joven, y de su sangre se origina un río. Góngora parte de un tema clásico; sin embargo, la novedad del poema es la creación de una lengua poética muy alejada de la común, que exige del lector un mayor esfuerzo interpretativo y unos conocimientos mitológicos previos para descifrar las perífrasis o metáforas.
Soledades
Proyectaba un extenso poema en cuatro partes, pero solo acabó la primera y casi concluyó la segunda. La primera trata de la historia de un joven náufrago que es acogido por unos cabreros con quienes comparte su forma de vida. En la segunda, el joven conoce a unos pescadores y pasa un tiempo con ellos; más tarde se describe la vida de unos cazadores. Sorprende el contraste entre el tema, la brillantez y la riqueza del lenguaje.
Romances y letrillas
Representan la faceta tradicional de Góngora. En su época no se publicaron, sino que se transmitían cantados.
Culteranismo
Es el nombre despectivo que se dio al estilo de Góngora, a quien se acusaba de oscuro y difícil. Seguía la tendencia iniciada por Fernando de Herrera en la segunda mitad del siglo XVI, que aspiraba a crear un lenguaje poético diferente de la lengua común. La característica principal del culteranismo es la intensificación y acumulación de los recursos que empleaban los poetas barrocos. Los culteranos persiguen la brillantez formal y presentan una realidad embellecida a través de metáforas e imágenes hiperbólicas de difícil interpretación. Incorporan un léxico cultista, imitan la sintaxis latina y hacen numerosas alusiones mitológicas a través de perífrasis. El culteranismo se escribió más en poesía que en prosa. En el siglo XVII se dio otro modelo de poesía más sencilla, representada por Lope de Vega.
Literatura del Siglo XVII (Barroco)
Es la época de la monarquía absoluta, marcada por la decadencia política y social, y se diferencian notablemente las clases sociales. El Barroco es un estilo que rompe con el anterior porque el siglo XVII es un siglo de crisis económica, política, etc. El descontento es lo que refleja la sociedad de la época. Gusta la desproporción, el desequilibrio, la deformación, etc. Su objetivo es impresionar, y se caracteriza por la complicación y la artificiosidad.
Temas y formas líricas
La poesía lírica alcanza una gran calidad y es muy variada en temas, tonos y formas. El mundo se ve como un desorden y no tiene valor. También se trata el honor y la honra, y la vida como lucha constante. La poesía presenta fuertes contrastes. La métrica alcanza una gran perfección en el soneto y el romance.
Conceptismo y culteranismo
Comparten dificultad y rebuscamiento, con una voluntad minoritaria.
Conceptismo
Refleja la estética barroca centrada en el intelecto, en el juego de ideas o conceptos a través de antítesis, polisemia, etc. A menudo emplea metáforas despectivas. Se encuentra mucho en prosa. Quevedo es el autor más conceptista.
Figuras retóricas
- Aliteración: Repetición de sonidos iguales o parecidos.
- Onomatopeya: Repetición de fonemas que imitan los sonidos reales aludidos.
- Paronomasia: Proximidad entre dos palabras parecidas en la forma pero de significado diferente.
- Epíteto: Adjetivo innecesario.
- Enumeración: Sucesión de elementos.
- Anáfora: Repetición de una o varias palabras al inicio de los versos o frases.
- Paralelismo: Repetición de estructuras gramaticales.
- Hipérbaton: Alteración del orden habitual de los elementos de una frase.
- Elipsis: Omisión de elementos.
- Asíndeton: Supresión de conjunciones que sirven de enlace. Expresa rapidez.
- Polisíndeton: Repetición de la conjunción “y”.
- Comparación: Semejanza entre dos elementos.
- Metáfora: Sustitución del nombre de una cosa por otra que es semejante en algún aspecto.
- Metonimia: Designación de una cosa con el nombre de otra que no es parecida.
- Personificación: Atribución de cualidades o de acciones propias de seres animados a seres inanimados.
- Exageración: Aumento o disminución excesiva de las cualidades o acciones.
- Antítesis: Contraposición de dos pensamientos o ideas.
- Ironía: Sarcasmo.
- Perífrasis: Rodeo en la expresión.
- Interrogación retórica: Pregunta que no espera respuesta.
- Sinestesia: Cruce de dos imágenes sensoriales que proceden de sentidos distintos.