Arquitectura

La arquitectura se convirtió en el medio de propaganda de las monarquías absolutas y del poder de la iglesia. Se construyeron iglesias, palacios y plazas urbanas. Los edificios se concebían en su entorno urbano y existían planificaciones urbanísticas parciales y globales. Se buscaba transmitir dinamismo y movilidad frente al estatismo clásico, se prefirió la línea curva y partida frente a la recta y continua. El muro deja de ser rectilíneo y se curva en ángulo recto. La pared pierde su condición fronteriza y se ondula. Bóvedas y cúpulas adhieren también grandes dimensiones. En ellas se acusa el ilusionismo, dando al espectador la sensación de que el espacio se amplía hasta el infinito mediante cielos pintados con perspectiva amplia. El movimiento se crea a través de los juegos de luz y color mediante la técnica del contraste visual. Los materiales básicos son la piedra y el ladrillo. En el interior se utilizó mármol coloreado. El templo, el palacio y la villa siguen siendo las principales tipologías arquitectónicas como corresponde a una sociedad dirigida por la nobleza, la alta jerarquía eclesiástica y la alta burguesía. En el templo, la cúpula es de grandes dimensiones y adopta la forma de la planta o bien se concibe de manera distinta sin circunscribirse a la forma circular del Renacimiento.

Bernini

Artista total que destaca no solo en su faceta de arquitecto sino también como escultor, decorador y escenógrafo. Las construcciones se caracterizan por la pureza y sencillez de las formas y el dominio del lenguaje clásico, al que incorporó el dinamismo y la teatralidad barroca. Destaca la importancia concedida a la luz para jerarquizar los espacios y subrayar la teatralidad. Diseña plantas centralizadas. En sus edificios merecen referencia particular el Palacio de Barberini que transforma la idea tradicional del palacio urbano al suprimir el patio interior y situarlo en el cuerpo central. Hay que nombrar la Scala Regia del Vaticano en la que conjuga el uso de la arquitectura y escultura para conseguir un espacio teatral con gran importancia de la perspectiva y de la luz. En San Andrés del Quirinal, realiza una planta biaxial de forma elíptica con el eje longitudinal muy marcado. La fachada la coloca en el corto espacio de uno de los ejes menores de la elipse.

Borromini

Representa el espíritu innovador, imaginativo y creador del barroco. Construyó edificios de pequeñas dimensiones, adecuados al entorno urbano, de planta y alzado complejo y con predominio de formas curvas. Aprecian fuertes contrastes de luz. Todo resumen de su obra se encuentra en la iglesia de San Carlos alle Quattro Fontane. El encargo era construir el convento y la iglesia de los Trinitarios Españoles. Destacable la iglesia de Santa Inés en Plaza Navona de cruz griega y en la que el edificio se inserta en la estructura de la plaza al acercar la enorme cúpula a la fachada que adopta una forma cóncava para ampliar el espacio urbano.

Plaza San Pedro del Vaticano de Bernini

Siendo la iglesia de San Pedro casi la matriz de todas las demás, debería tener un pórtico que precisamente pareciera recibir con los brazos materialmente abiertos a todos los católicos para confirmarlos en sus creencias, a los herejes para reconciliarlos con la iglesia y a los infieles para iluminarlos en la verdadera fe. Todo eso lo hace Bernini y además une la ciudad medieval, los grupos de edificios que constituían la residencia vaticana y la importante masa de la iglesia. El resultado es una plaza ligeramente inclinada hacia el centro que recoge las calles que a ella llegan, hace marco unitario pero transparente delante de los complejos arquitectónicos vaticanos, sin ocultarlos totalmente, y une la estructura compartimentada medieval del barrio antiguo de San Pedro.

Columnata

El diseño oval se determina por la unión de dos semicírculos separados y está presente también en la forma de la bóveda semicircular y semielíptica del pasillo central. Ante todo es una vía cubierta para proteger a los fieles de la intemperie, constituida por cuatro hileras de columnas que se hacen más grandes en el exterior. Estamos hablando de un total de 296 columnas que, sobre su correspondiente entablamento, sostienen 140 estatuas de santos, obra de los discípulos del maestro. Los frontales se resuelven con frontones a modo de fachada de templo antiguo. El centro de la plaza lo ocupa un obelisco egipcio de 40 metros de altura cristalizado ahora como la columna conmemorativa romana. El significado ecuménico queda patente en la intención de Bernini. La plaza llama a San Pedro, a la vez que es la ampliación ideal del espacio sacro de la basílica. No deja de llamar también la atención que concilie en su configuración el círculo y la elipse, las dos formas en que se había considerado el universo. Concluyamos con dos aspectos: 1º teatralidad de la plaza (se demuele la barrera entre platea y el escenario) 2º dimensión estoica en su relación con la iglesia de la que hace imponente vestíbulo.

Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane

Iglesia, convento y claustro construido en Roma por Francesco Borromini entre 1634 y 1641, llamada también San Carlino. La obra fue encargada por la orden española de los trinitarios descalzos de San Juan de Mata y financiada por el marqués de Castel Rodrigo. El convento fue construido entre 1634 y 1637 usando la técnica del agrimalado para el ladrillo estucado y pintado. En la puerta aparece el frontón curvado que introdujera Giacomo della Porta en la fachada de la iglesia del Gesù de Roma, y que el propio Borromini había ya usado en el palacio Barberini y en las obras del Vaticano. El claustro es de planta oblonga, y se divide en dos pisos: en el piso inferior, muy estrecho, las columnas pareadas sujetan arcos y entablamentos, con ritmos distintos; en el superior se encuentra la balaustrada y se usa la cubierta adintelada. La iglesia fue realizada entre los años 1638 y 1641, a excepción de la fachada, que se concluyó en 1667. La planta, que tuvo que adaptarse a la reducida superficie de que se disponía, es un rombo equilátero sobre el que se generan otros espacios curvos laterales. Este tipo de planta centralizada compite en el barroco con la planta longitudinal, que marcó iglesias como la del Gesù. La iglesia está cubierta con una cúpula oval que Borromini usó para crear una perspectiva ilusionista: los casetones que la cubren, que proceden de la tradición clásica griega y romana, decrecen de tamaño hasta el vértice, de tal manera que se tiene la sensación de una profundidad mayor. En esos casetones aparecen cruces griegas, emblema de la orden de los Trinitarios, que también los hacen más pequeños. El templo se ilumina a través de tragaluces situados en el tambor de la cúpula, tamizados por cresterías formadas por hojas de acanto. La fachada se realizó entre los años 1665 y 1667. La ondulación que presenta fue un motivo recurrente durante todo el barroco, especialmente en Roma: compuesta por tres calles con columnas de orden colosal adosadas al muro, presenta la central convexa y las dos laterales cóncavas. La escultura queda supeditada a la arquitectura: las figuras son confinadas en sus nichos, como la de San Carlos Borromeo que aparece sobre la puerta, flanqueado por otras dos estatuas. En 1667 Borromini se suicidó, dejando inacabada esta fachada, que pretendía rematar con un frontón que finalmente no se llevó a cabo.