Orígenes y Evolución del Arte en la Antigua Roma

Al hablar del Arte Romano, es necesario hacer referencia a las raíces en las que se basa, al menos hasta comienzos del Imperio Romano. Entre las manifestaciones artísticas que fueron el origen del Arte Romano, podemos encontrar las de tres pueblos: culturas itálicas primitivas, los etruscos y los griegos.

Primeras Influencias y Desarrollo

Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo del arte etrusco, en un periodo anterior a la recepción de la cultura helenística (siglo III a. C.) emparentado con otros pueblos itálicos (sabinos y, sobre todo, etruscos). La arquitectura romana tiene su origen en la etrusca, con influencias griegas; por lo tanto, presenta rasgos de ambas. Hoy se hace datar la arquitectura romana de la fecha en que se construyeron la primera vía (Vía Appia) y el primer acueducto (Aqua Appia), año 312 a. C. Por esta época y durante las conquistas de Roma en Sicilia y en la misma Grecia, los generales romanos solían llevarse como trofeo de sus victorias gran cantidad de objetos artísticos. Por otro lado, los artistas griegos, atraídos por su poder económico, llevaron a Roma el gusto e incluso la pasión por las bellas artes, y en estas escuelas formaron sus propios artistas. Muchos artistas griegos son llevados a Roma en calidad de esclavos, aunque otros irán voluntariamente, movidos por la nueva y poderosa clientela que encontrarían. Podemos decir que se produce una verdadera colonización cultural de los vencidos sobre los vencedores.

Maduración y Originalidad del Arte Romano

A pesar de recibir las influencias de estas culturas, no sería correcto considerar el arte romano como un arte de imitación, dado que, tras un periodo de maduración de las ideas, aparece a partir del siglo I a. C. un arte romano propio, que se dio de manera muy rápida en arquitectura y pintura, no siendo así en escultura, dado que se trata de la manifestación artística que más se imitó de Grecia.

Periodo Clásico y su Expansión

El periodo clásico del arte romano se desarrolla hasta el triunfo del cristianismo (siglo IV). Conocen el Arte Griego al incorporar las colonias de la Magna Grecia del sur de Italia, en el proceso de unificación territorial de la península, durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a. C., la República de Roma ocupa Macedonia y Grecia.

Decadencia y Transformación

El periodo del Imperio es el de mayor esplendor del arte romano (los dos primeros siglos). Pero a principios del siglo II d. C., desde el tiempo de Adriano (año 117), se inicia la decadencia del buen gusto, que se acentúa en el siglo III y se confirma en el siglo IV, por efecto de cierto barroquismo o irregularidad y pesadez en los estilos, aunque aumente el fasto y la magnitud de las obras. Pero la arquitectura, en cuanto arte de construir, sigue desarrollándose hasta la invasión de los bárbaros, por lo menos, en los principales centros de cultura. Pruebas de esto son las grandes basílicas de Roma, construidas en el siglo IV, no sólo las destinadas al culto cristiano, sino también las civiles. Los restos de la colosal basílica civil de Constantino (también llamada de Majencio), que todavía se alza en Roma, sirvieron como fuente de inspiración a los arquitectos del Renacimiento.

Características de la Arquitectura Romana

La principal característica de la arquitectura romana es su sentido práctico, funcional y utilitario, lo que les hará desarrollar la arquitectura por encima de las demás manifestaciones artísticas, construyendo mucho más rápidamente, elaborando obras públicas de ingeniería, monumentos públicos y conmemorativos, templos, viviendas, etc., utilizando una gran variedad de materiales constructivos, siendo la piedra el más abundante, aunque también era frecuente el trabajo con ladrillo e incorporando materiales de construcción como el mortero y el cemento, que se obtenía de mezclar trozos de ladrillo, cantos rodados, piedras pequeñas, guijarros, agua y cal, que una vez fraguado daba lugar a un bloque muy resistente.

Innovaciones Arquitectónicas

Asimila y desarrolla la cultura griega, adoptan los órdenes arquitectónicos griegos e introducen innovaciones propias (orden toscano y orden compuesto, principio de superposición de órdenes). La principal diferencia entre la arquitectura griega y romana estriba en que la primera utilizó un sistema arquitectónico arquitrabado, con relación entre los elementos sustentantes (columnas) y los sustentados (entablamento). Roma, al introducir el arco, fundamentalmente de medio punto, rompe esta relación, convirtiéndose en el elemento básico de la arquitectura romana, que llega a hacer uso conjunto del arco y el dintel. Como consecuencia del uso del arco, surgirá el uso de la bóveda como cubierta (de cañón, de arista, etc.).

Elementos Significativos y Ejemplos

Los elementos más significativos de la arquitectura romana son la construcción abovedada (bóveda de medio cañón, de arista y la cúpula) y el empleo de un primitivo hormigón. Los romanos emplearon profundamente el arco y la bóveda. Ésta no se forma con dovelas de piedra aparejada (salvo en algunas construcciones asiáticas), como se disponía en la bóveda etrusca, sino de una masa confeccionada con puzolana y cascajo. Las bóvedas solían tener gruesos arcos de ladrillo, ya paralelos, ya diagonales, pero embebidos en la bóveda misma, que servían como sujeción provisional y como refuerzo interior de la bóveda. Un ejemplo es la cúpula del Panteón de Agripa en Roma. Los romanos no sólo construyeron bóvedas de cañón y cúpulas, sino rudimentarias bóvedas de arista y de crucería. Pero estas últimas debieron usarse con poca frecuencia fuera del Imperio de Oriente, pues sólo se conocen las de las Termas de Caracalla y las de la Basílica de Majencio, en la cual se advierte un sistema de contrarrestos interiores aplicados a la bóveda. También empezaron a aparecer en la arquitectura romana los capiteles historiados, que tanto se hicieron en la Edad Media, pues de ellos se han descubierto algunos ejemplares en Pompeya y otros sitios.

Funcionalidad y Estética en Edificios Romanos

Los edificios romanos, según su uso, podían ser muy sobrios o muy suntuosos. Puentes y acueductos son austeros y funcionales, mientras que templos y palacios son lujosos y monumentales, y con un claro fin representativo (arcos de triunfo y columnas conmemorativas). Las edificaciones más nobles se revestían de piedra, formando órdenes que no reflejaban la estructura interior real, y los muros de los edificios suntuosos se decoraban con pinturas, y los pavimentos, con mosaicos.

Templos Romanos: Innovaciones y Ejemplos

Los templos romanos toman lo básico de los griegos, sin embargo, introducen innovaciones en los de planta rectangular: con un único pórtico de entrada y elevados sobre un pedestal o podium. Utilizan la planta circular, similar al tholos griego (Templo de Vesta); y como cubierta utilizan también la cúpula (Panteón de Agripa, Roma).

Arquitectura Pública: Expresión del Ideal Romano

La arquitectura pública romana es funcional y es la expresión del ideal de la civilización romana. Las ciudades y los espacios públicos expresan signos de riqueza, y también la naturaleza misma del modelo político romano. La historia y las instituciones de Roma se reflejan en sus obras: los grandes campamentos militares (castrorum) se construyen a imagen de las ciudades, con sus casas y edificios oficiales; se manifiesta también en la arquitectura civil, de obras públicas de ingeniería, formada por una excelente red de comunicación, formada por calzadas, puentes y puertos (puente de Alcántara) que traza el mapa de las conquistas romanas; en la red de pantanos y acueductos (Pont du Gard, Acueducto de Segovia) destinados a las fuentes; monumentos públicos como basílicas (recinto de reunión e intercambios comerciales, la Basílica de Majencio); por los espacios de ocio como las termas imperiales (Caracalla), un medio de higiene pública, es la manifestación del lujo, del despilfarro del agua y del espacio, el símbolo del poder de los emperadores, los teatros, anfiteatros (el Coliseo), circos, estadios, etc. En Época Imperial se desarrollará también una arquitectura conmemorativa, simbólica y monumental que representa el poder imperial: foros imperiales, arcos de triunfo (Arco de Tito, Roma), columnas conmemorativas (Columna de Trajano, Roma), mausoleos

Arquitectura Doméstica: La Casa Romana

En Roma, la casa (arquitectura doméstica) adquiere un importante papel, integrando la funcionalidad con la estética. Se trata de edificios con un patio central, en torno al cual se organiza la vida y se disponen las habitaciones. Las fachadas no tienen demasiada importancia. Este esquema de la casa romana se verá enriquecido a partir del siglo II a. C. debido a las influencias helenísticas, de las que adoptan el patio de columnas. Entre las casas más importantes destacan las de Pompeya y Herculano por su magnífico estado de conservación.

Ordenamiento Urbano y el Foro Romano

El ordenamiento de los centros urbanos es el reflejo de la naturaleza del poder. En el centro de Roma y de las ciudades romanas se encuentra la plaza pública (forum), que simboliza el poder del Estado, destinada a acoger la vida política: reuniones, asambleas del pueblo (comicios) y tribunales, formada por el cruce de dos grandes ejes: la vía decumana (eje Este-Oeste) y el cardo (eje Norte-Sur). El foro está rodeado de naves porticadas que ofrecen refugio contra la intemperie. Los templos de las divinidades públicas y, a partir del Imperio, el santuario de los emperadores divinizados, dominan los espacios cívicos. El decorado monumental del mundo romano, desde el foro de Augusto al de Trajano en Roma, los de la Galia, Lusitania, Atenas o Palmira, los palacios, desde imperial del Palatino, Domus Aurea de Nerón, Tréveris o Constantinopla, los centros antiguos y las ciudades nuevas presentan los mismos ordenamientos, mantiene en todas partes el mismo discurso oficial y expone con igual énfasis, las estructuras comunitarias de la ciudad y el poder sobrehumano de sus dueños.

Influencia del Arte Romano en la Posteridad

Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas romanos es totalmente diferente de aquellos. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían, y su influencia posterior queda plasmada en el arte occidental posterior (Románico, Renacimiento, Barroco, Neoclasicismo, etc.).

Escultura Romana: Influencias y Características

La escultura romana, a diferencia de la arquitectura, muestra una mezcla de influencias, lo que la hace evolucionar de manera distinta a la arquitectura. Esto no quiere decir que no haya una escultura romana propia, aunque sí que es cierto que es mucho más difícil de definir. Aún así, los retratos en bustos y los relieves históricos son temas que se han considerado expresamente romanos, caracterizados por el enorme naturalismo y la imitación de los rasgos individuales.

Relieves y su Evolución

En los relieves se irá alcanzando una personalidad definitiva en la escultura. Será al final de la República cuando se generalice un tipo de relieve de origen helenístico, en el que se empiezan a utilizar técnicas pictóricas como la perspectiva y otros efectos de profundidad (Ara Pacis de Augusto, Roma).

El Retrato Romano: Realismo y Psicología

El retrato es de tipo realista, tiene sus orígenes en los retratos etruscos, fundamentalmente en los de tipo funerario. De este modo, el artista llega a esculpir en los bustos no simplemente el parecido físico, sino también las características psicológicas del personaje representado (retrato de Pompeyo).

Tendencias Helenizantes y la Época de los Flavios

A partir del siglo I, los retratos de tipo oficial tenderán hacia un mayor helenismo, como ocurre con los retratos de Octavio Augusto o la divinización de Claudio en una representación semidesnudo y coronado con laurel.

Esta tendencia helenizante a la hora de realizar los retratos, se combina con otra corriente cada vez más popular y que va apareciendo en los retratos de la época de los Flavios, hasta que alcanzan la madurez con Trajano. A partir de Adriano se generaliza en Roma el uso de la barba. De esta época es la estatua ecuestre de Marco Aurelio.

Simplificación y Expresividad en el Retrato Tardío

Poco a poco los modelos se van simplificando y los rasgos se van marcando, esto contribuye a una mayor expresividad y comunicación psicológica de los retratos. Sin embargo, esta simplificación conlleva un excesivo esquematismo que se aprecia en el retrato de Constantino, de una simplicidad y un hieratismo que nos conducen hacia el retrato bizantino.

Pintura Romana: Estilos y Técnicas

La pintura romana presenta estilos concretos. En general, se trata de una pintura mural al fresco que es protegida al final con una capa de cera que aviva los colores (pintura a la encáustica). Se suelen establecer cuatro estilos pictóricos bien diferenciados y que llegan a coexistir, a pesar de que son sucesivos en el tiempo.

Primer Estilo (Incrustaciones)

Su origen es helénico y se extiende hasta el siglo I a. C. Imita a las placas de mármol de distintos colores o decoraciones con poco relieve. La forma más común se basa en dividir la pared en tres partes horizontales: las partes inferior y superior albergan zócalos decorados, mientras que en la parte central imita columnas o losas de mármol. Un ejemplo significativo es “la casa de los Grifos” en Roma. Habitación decorada al estilo de incrustación “casa de los Grifos” (Roma).

Segundo Estilo (Arquitectónico)

Se mantiene hasta los comienzos del Imperio. La decoración imita espacios arquitectónicos, lo que crea la sensación de que el espacio se amplía. Esta decoración se completa con paisajes y figuras, a diferencia de lo que ocurría en el primer estilo. Ejemplo de este tipo de pinturas lo encontramos en “la casa de Augusto y Livia”. Casa de Augusto y Livia.

Tercer Estilo (Ornamental)

Utiliza una decoración muy fina y lineal, desarrollada sobre fondos oscuros. En ella no se utilizan los efectos espaciales del segundo estilo (arquitectónico). Sin embargo, la decoración sigue estando enmarcada en cuadros con figuras o paisajes. Ejemplo de este tercer estilo es la casa de la Farnesina.

Cuarto Estilo (Ilusionismo Arquitectónico)

Este estilo apareció en Pompeya tras el terremoto del año 62 d. C. Se trata de un estilo mucho más recargado, en el que volvían a aparecer las arquitecturas del segundo estilo. Se caracteriza porque se acentúa el espacio y las ilusiones ópticas, las figuras ocupan grandes espacios, comenzando a ocupar la pintura el lugar que hasta entonces había ocupado la escultura. El mejor ejemplo de este cuarto estilo lo encontramos en la Villa de los Misterios en Pompeya.

El Mosaico Romano

El mosaico (musivaria) fue utilizado por los romanos para decorar los interiores de las casas. Siguen utilizando el opus tesselatum de origen griego, pero introducen algunas novedades como el opus sectile. En general, el mosaico era preferido para los suelos y no será hasta más tarde, cuando la cultura bizantina sustituya los frescos de las paredes por los mosaicos. Como obra más importante podemos señalar la Batalla de Alejandro con Darío III, que se encontró en la Casa del Fauno en Pompeya.

Aspectos Cronológicos y Contexto Histórico

Orígenes de Roma

El origen de Roma se encuentra en el Latium (Italia Central), en las riberas del río Tíber. A partir de la primitiva aldea se fue extendiendo hasta la Isla Tiberina, y alcanzar las colinas Aventino (Collis Aventinus), Capitolino (Capitolinus), Celio (Caelius), Esquilino (Esquilinus), Palatino (Collis Palatinus), Quirinal (Quirinalis) y Viminal (Viminalis), que forman parte de su mitología, su religión y su política. La tradición dice que la ciudad original fue fundada por Rómulo y Remo sobre el monte Palatino (Collis Palatinus).

Etapas de la Historia de Roma

La historia de Roma se desarrolla desde el siglo VIII a. C. al siglo V d. C. En la época de mayor expansión del Imperio, se extendió por toda la cuenca del Mediterráneo (Mare Nostrum), desde Gran Bretaña al desierto del Sáhara y desde la Península Ibérica al Éufrates. Se desarrolló en tres etapas: Monarquía (tras su fundación, según la tradición en 753 a. C., Roma fue una monarquía etrusca), República (en 509 a. C. fue una república latina) e Imperio (desde el año 27 a. C., en los tiempos de Augusto, hasta la caída de Roma en manos de los bárbaros en el año 476 después de C.).