1. El Retrato Romano: Crónica de Poder

El retrato romano se erige como una fascinante crónica de la vida del ciudadano romano. Polibio, en el siglo II a. C., describe la costumbre de las familias patricias de conservar máscaras de cera de sus antepasados, obtenidas del cadáver poco después de la muerte. Estas máscaras se exhibían en las casas y se incorporaban a los cortejos fúnebres. Plinio el Viejo, dos siglos después, constata la continuidad de esta práctica, que evolucionó hacia la creación de retratos en bronce y mármol.

Con el cambio político del año 27 d. C., el arte del retrato también se transforma. Las estatuas del emperador lo representan como jefe militar, sumo sacerdote, ciudadano o héroe mitológico. Un ejemplo es la estatua de Augusto de Prima Porta, una adaptación del Doríforo de Policleto. Para ahorrar tiempo y recursos, se esculpía solo el cuerpo y se intercambiaban las cabezas según el emperador en el poder.

A lo largo del tiempo, se observan novedades iconográficas y técnicas en el atuendo, el peinado y la barba. Los retratos de medio cuerpo también evolucionan: con los Julio-Claudios llegan a las clavículas, con los Flavios a los hombros, con Adriano a los pectorales y brazos, y con los Antoninos y Severos al tórax completo.

Entre los retratos ecuestres destaca el de Marco Aurelio en el Capitolio, fundido en bronce en el año 166 d. C.

2. El Relieve Romano: Exaltación del Poder

Roma celebraba a sus emperadores victoriosos con altares, arcos triunfales y columnas honoríficas, decorados con relieves históricos.

2.1. El Ara Pacis de Augusto

El Ara Pacis, iniciado en el año 13 a. C. e inaugurado en el 9 a. C., es un ejemplo destacado. Sus relieves, labrados por artistas griegos, representan motivos ornamentales y alegóricos, incluyendo un friso con bucráneos y guirnaldas, alegorías y escenas del sacrificio anual.

2.2. Los Arcos Triunfales

Los arcos triunfales eran otra forma de conmemorar las victorias. El arco de Tito, de un solo vano, muestra escenas de la revuelta palestina. El arco de Septimio Severo representa el sometimiento de los pueblos partos, árabes y mesopotámicos. El arco de Constantino, con tres vanos, combina lastras y medallones de monumentos anteriores con frisos nuevos.

2.3. Las Columnas Honoríficas

Las columnas honoríficas, como la de Trajano, diseñada por Apolodoro de Damasco e inaugurada en el 113 d. C., conmemoraban las victorias militares. La columna de Trajano narra la conquista de Dacia (Rumanía) con 155 escenas y 2500 figuras. La columna de Marco Aurelio, erigida entre 180 y 193 d. C., representa las guerras marcomanas y sarmáticas. La falta de innovación en esta columna preludia la decadencia de Roma.