El Neoclasicismo: Arquitectura, Escultura y Pintura
El Neoclasicismo
Arquitectura Neoclásica en España
En España, el arte neoclásico tuvo que vencer un Barroco muy enraizado y, por eso, las mejores muestras del nuevo arte no se dan hasta el último cuarto del siglo XVIII. Fue Carlos III quien introdujo la estética neoclásica durante su reinado.
Juan de Villanueva construye el Palacio que lleva su nombre y que hoy aloja el Museo del Prado. Ventura Rodríguez, realizó la fachada de la catedral de Pamplona.
Urbanismo Neoclásico
En cuanto a urbanismo, las excavaciones y estudios permitieron conocer también las ciudades de la Antigüedad. Aunque no hubo un urbanismo general, sí se modificaron zonas de las urbes con el fin de ampliar y regularizar el trazado.
Ejemplo de estas intervenciones son:
- La construcción de la Puerta de Brandeburgo, que marcó el eje de la gran avenida del Berlín real.
- El trazado realizado por Carlos III en Madrid que dio lugar al paseo del Prado o la Puerta de Alcalá.
En los planteamientos de ciudades industriales, destacó la planificación de los socialistas utópicos: las ciudades comunitarias de Robert Owen o los falansterios de Charles Fourier.
La Escultura Neoclásica
Se inspiró en el pasado griego y romano, por consiguiente:
- Se esculpe sobre mármol blanco sin policromar.
- Predominan la sencillez y serenidad de las líneas, apartándose del gusto barroco, tal como Winckelmann predicaba.
- Gran presencia del desnudo.
- Temática inspirada en la mitología clásica, así como alegorías de las virtudes cívicas. El retrato se cultivará tanto de forma realista (Houdon) como de forma idealizada (Canova).
Antonio Canova
De su padre, cincelador de profesión, hereda el gusto por la talla. Para aprender el arte de la escultura se traslada a Venecia y estudia las obras de la antigüedad. Aunque en un primer momento revela cierta influencia de Bernini, tras su estancia en Roma se introdujo en las nuevas tendencias clasicistas.
Su estilo se caracteriza por la búsqueda de un ideal de belleza clásica: líneas elegantes, nítidas, sin irregularidades; texturas suaves; uso de materiales como el mármol y el bronce; austeridad y claridad compositivas.
Aborda el tema mitológico en figuras elegantes y sensuales, como Eros y Psique o Venus y Adonis. Uno de sus grupos más célebres es el de las Tres Gracias.
Con Napoleón en el poder, su éxito alcanzó grandes cotas. A esta época pertenecen los bustos y estatuas que realiza del emperador y su familia. La más célebre representa a Paulina Borghese Bonaparte (hermana pequeña del emperador) como una Venus Victoriosa.
Eros y Psique Las tres Gracias Paulina Bonaparte
Jean Antoine Houdon
Es la figura cumbre del Neoclasicismo francés. Retratista excepcional de personajes como Diderot, D’Alambert, Molière, Rousseau, Franklin o Voltaire.
Bertel Thorvaldsen
Se inspiró en modelos grecorromanos, sobre todo, en Praxíteles, como puede apreciarse en una de sus obras maestras, Jasón.
Voltaire (Houdon) Jasón (Thorvaldsen)
La pintura neoclásica: David
La pintura neoclásica se caracterizó por el predominio del dibujo frente al color; composiciones calculadas y geométricas (frente a la complejidad barroca); temática moralizante y ejemplificante, desde el punto de vista social y político. Para ello, se representan a los héroes griegos y romanos y los grandes episodios de la Revolución Francesa.
El máximo representante de la pintura neoclásica es el francés Jacques Louis David.
Se inspiró en la austeridad y la severidad de la Antigüedad griega y por los temas heroicos, con una técnica realista, una cierta rigidez y seriedad en el tratamiento de las figuras y un cromatismo muy vivo. Sus obras son, generalmente, escenas de interior, donde el claroscuro, de inspiración caravaggiesca, sirve para resaltar detalles o personajes.
Su biografía refleja el curso de los acontecimientos revolucionarios hasta la caída de Napoleón. Primero cultiva la pintura de tema clásico escenografiando pasajes de la antigüedad. A este periodo corresponde El juramento de los Horacios (1785).
Pero al estallar la Revolución, David, amigo de Robespierre, se entrega ciegamente a la política.
Puso sus pinceles al servicio de la Revolución y así realizó su Juramento de la pelota y su Marat muerto.
Al hacerse Napoleón con el poder, David fue nombrado pintor de cámara y se entregó a conformar un “estilo imperio” del que es ejemplo La Coronación de Napoleón.
Al caer Napoleón, David fue desterrado a Bruselas donde murió. Su vida y su obra son el máximo exponente de esa asociación entre pintura neoclásica francesa y revolución burguesa, aunque ese compromiso implicara graves contradicciones.