La Escultura Griega

El arte griego se divide normalmente en periodos artísticos que reflejan sus cambios estilísticos. Las divisiones cronológicas desarrolladas a continuación son las siguientes: periodo geométrico y orientalizante (1000 a. C. – 650 a. C.); periodo arcaico (660 a. C. – 475 a. C.); periodo clásico (475 a. C. – 323 a. C.); periodo helenístico (323 a. C. – 31 a. C.).

Periodos Geométrico y Orientalizante

De la escultura del periodo geométrico se han encontrado únicamente pequeñas piezas en bronce y arcilla. Entre ellas, cabe destacar una pequeña estatua de Apolo realizada en bronce. Las esculturas de este periodo no son representaciones realistas, sino obras de naturaleza conceptual.

Periodo Arcaico (siglo VIII – VI a. C.)

Los griegos empezaron a esculpir en piedra, inspirados en las piezas monumentales de Egipto y Mesopotamia, como también tomaron esquemas compositivos y el hieratismo de las figuras. Las esculturas de bulto redondo compartieron la solidez y la característica posición frontal de los modelos orientales, pero, como podemos comprobar en la Dama de Auxerre y el Torso de Hera de Samos (periodo arcaico primitivo, c. 660 a. C. – 580 a. C.), sus formas fueron más dinámicas que las de la escultura egipcia. Las obras son confeccionadas en talleres, encargadas por la comunidad y sus órganos institucionales, ya que tienen un destino público.

Los primeros testimonios de escultura monumental comienzan en el siglo VII a. C. Estas imágenes tenían un sentido religioso, sus detalles físicos eran sumamente sintetizados, ya que poseían una anatomía elemental que las asemejaba casi a columnas u otras esculturas arquitectónicas, que poseían inmovilidad y monumentalidad:

  • Kuroi (kouros en singular): Eran estatuas de atletas masculinos, completamente desnudos; figuras que representaban hombres viriles y jóvenes, los cuales eran ubicados de pie, con su pierna izquierda adelantada y sus brazos pegados al cuerpo. En cuanto a sus cabezas, presentaban una tendencia cúbica, labios generalmente cerrados o intentando una sonrisa que fue llamada “mecánica” (o sonrisa arcaica). Sus cabellos eran largos.

Estas estatuas podían ser: figuras de tipo votivo (representaban a vencedores en los juegos, los vencedores se consideraban favorecidos por una deidad) o del tipo funerario, ya que podían aparecer en tumbas. Ya que su carácter era representativo de un cuerpo humano ideal, no podían encontrarse en ellos rasgos psicológicos o personales.

  • Korai (kore en singular): Eran estatuas femeninas, las cuales, en contraposición con las figuras masculinas (kuroi), se encontraban siempre vestidas. Sus atuendos podían ser: el “peplo” (vestidura exterior, propia de Atenas) o el “jitón” (vestido interior que puede ser dórico, corto, o jónico, largo).

Siempre se encontraban haciendo alguna actividad, recogiéndose el vestido con una mano y sosteniendo una ofrenda, vaso o fruto con la otra.

Periodo Clásico (siglo VI – IV a. C.)

El arte del periodo clásico fue desarrollado desde la época de las Guerras Médicas hasta el final del reinado de Alejandro Magno. Después de la victoria griega sobre los persas, la necesidad de reparar la devastación de la guerra generó una gran actividad artística, tanto en arquitectura como en escultura. Esto fue especialmente evidente en Atenas, centro del poder político y económico.

Con la llegada del clasicismo se llega al perfeccionamiento de las formas, en especial, en el tratamiento de la figura humana. Este fue un concepto de belleza física al que se arribaba por medio de parámetros como la medida, el equilibrio, la anatomía armoniosa, etc. La idea de la escultura era la de imitación de la naturaleza (mímesis), entendida como la “captación formal del exterior y reflejo de una expresividad interior”. Los artistas tenderán a la idealización, buscarán hallar una figura la cual exprese la belleza propia del humano y la naturaleza. Esta belleza ideal se logra a través de la simetría que debe existir entre las distintas partes del cuerpo y el todo; y la proporción entre ellas, la relación numérica que se produce. La etapa clásica se dividió en tres partes, las que serán desarrolladas a continuación.

La Alta Época Clásica

La escultura de este periodo no presenta la típica sonrisa o los suaves detalles característicos del periodo arcaico. En su lugar, se expresa una cierta solemnidad determinada por la nueva fuerza y simplicidad de las formas. Entre los mejores ejemplos se encuentran los frontones escultóricos del templo de Zeus de Olimpia, el Auriga, el joven de pie o Efebo de Kritios y la cabeza del Efebo rubio, así como el Idolino.

Se destacaron, en esta primera etapa del clasicismo, los siguientes autores:

Mirón:

  • Trabajó esencialmente en bronce, pero muchas de sus obras son conocidas a través de copias romanas en mármol.
  • Su mayor esmero lo ponía al representar la figura humana en movimiento, en tensión. Trataba de mostrar, a través de sus esculturas, “el clímax del movimiento”. Los personajes de sus obras parecen haber sido “sorprendidos en un momento fugaz”.
  • Entre sus obras más importantes se destacan: el Discóbolo y el grupo de Atenea y Marsias.

El Discóbolo

La versión original de esta estatua fue fundida en bronce. Representa a un joven justo antes de lanzar un disco. Su cuerpo está inclinado hacia adelante. Uno de sus brazos está alzado en su punto más alto, el otro, flexionado, casi alcanzando su rodilla. El lado izquierdo de la figura describe una curva, mientras que el derecho, un ángulo recto. Tiene un increíble movimiento, parece necesitar terminar la acción y erguirse nuevamente.

Policleto:

  • Como Mirón, trabajaba en bronce.
  • Su concepción de belleza, manifestada en sus obras, consiste en el perfecto equilibrio de las proporciones. La exacta medida es conseguida a través de “las relaciones numéricas que la inteligencia humana cree reconocer en las cosas tras la observación y la comprensión de la naturaleza”.
  • Algunas de sus obras: Doríforo y Diadumenos.

Doríforo

De casi dos metros de altura; su cuerpo se inclina ligeramente, así como su cabeza.

Sus proporciones dejan de manifiesto esa “belleza ideal” que planteaba, así como otros, Policleto. Su cara no describe gran expresión, mientras que sí lo hace su cuerpo.

El Periodo Clásico Medio

Esta etapa del clasicismo se desarrolló durante la segunda mitad del siglo V a. C., en especial bajo el patronazgo de Pericles, el estadista ateniense. La arquitectura y la escultura de Atenas alcanzaron entonces una perfección raramente igualada.

Fidias:

  • Sus esculturas referían tanto a dioses como a humanos, poseían un aire de majestuosidad como de divinidad.
  • Sus figuras masculinas desnudas, como las femeninas vestidas, muestran una gran “imaginación plástica” y una gran naturalidad, tanto como una figura viva.
  • Sus obras: Las más numerosas son las pertenecientes a frontones (en especial del Partenón) como El Nacimiento de Palas Atenea, La Lucha de Palas Atenea con Poseidón, La Procesión de las Panateneas y la decoración en metopas: la Centauromaquia, la Guerra de Troya, la Amazonomaquia y la Gigantomaquia.
  • Algunas de sus grandes estatuas: Atenea Lemnia, Atenea Promacos, Atenea Partenos y Zeus.