El Arte Románico en Europa Occidental: Expresión de una Época

El arte románico engloba las manifestaciones artísticas desarrolladas en Europa Occidental entre los siglos XI y XII. Este estilo, considerado el primer estilo internacional europeo, refleja la sociedad feudal de la época, marcada por la preeminencia social del clero y la nobleza. Estrechamente vinculado al florecimiento de las órdenes monacales, el arte románico se caracteriza por su profundo carácter religioso, reflejo del teocentrismo imperante en la Alta Edad Media. Un elemento clave de este periodo fue el auge de las peregrinaciones, que influyeron notablemente en la difusión y evolución del arte románico. El término “románico” hace referencia a la herencia del arte romano, visible en muchas de sus características.

Características Generales del Arte Románico

Arquitectura

  • Edificaciones principales: castillos, iglesias y monasterios.
  • Uso predominante de arcos de medio punto.
  • Bóvedas de cañón en naves centrales y bóvedas de arista en naves laterales.
  • Plantas de cruz latina y basilical.
  • Muros gruesos construidos con sillares de piedra.
  • Abundancia de contrafuertes.
  • Escasez de ventanas.
  • Predominio de la horizontalidad en las construcciones.

Escultura

  • Antinaturalismo, con un marcado carácter simbólico y alegórico.
  • Figuras deformadas para enfatizar el contenido religioso y generar impacto emocional.
  • Simplicidad y estilización, con tendencias al geometrismo y la abstracción.
  • Figuras cubiertas con vestiduras y uso del tamaño jerárquico.
  • Figuras rígidas, hieráticas, solemnes y alargadas, acentuando su espiritualidad.
  • Cierto aire arcaico en las representaciones.
  • Ausencia de movimiento.
  • Composiciones y escenas yuxtapuestas en un mismo plano, sin interacción entre las figuras.
  • Composiciones planas y simétricas, con predominio de la frontalidad.
  • Prevalencia del aspecto intelectual y el mensaje sobre la representación realista.

Pintura

  • Antinaturalismo, expresionismo, frontalidad y hieratismo.
  • Desproporciones, canon alargado y estilización.
  • Trazo negro grueso, colores planos sin mezclas, pintura plana.
  • Bidimensionalidad, ausencia de paisaje y perspectiva, fondos uniformes.
  • Fondos de un solo color o formando bandas paralelas de diferentes colores.
  • Figuras yuxtapuestas y frontales, rellenando el plano.
  • En escenas grupales, las figuras no se relacionan entre sí.
  • Finalidad educativa.

Obras Emblemáticas del Arte Románico

San Clemente de Taüll (Lleida)

Esta iglesia se inscribe en el primer prerrománico catalán, con dos fases constructivas: una en el siglo XI y otra a principios del XII. Presenta una planta basilical con tres naves, un ábside central y dos laterales más pequeños abovedados. Una torre exenta se alza cerca de los ábsides. Los muros del edificio son de piedra sin tallar, y la escasez de vanos se limita a dos puertas (meridional y occidental) y el acceso a la torre. Solo la cabecera presenta aberturas. La cubierta, con estructura de madera y tejado a dos aguas, se sostiene mediante vigas superpuestas sin atirantar. Las naves están separadas por tres columnas cilíndricas sin capiteles, rematadas por ábacos sencillos sobre los que se asientan los arcos. La piedra tallada se aprecia mejor en arquerías y ventanas. El ábside central está decorado con grupos de cuatro arquillos ciegos, dobles y separados por medias columnas. El tramo central tiene una ventana, y los laterales presentan vanos en forma de ojo de buey. Los absidiolos tienen grupos de tres arcos ciegos y una ventana cada uno. La torre campanario, cuadrada y exenta, es alta y esbelta, con siete cuerpos. Excepto el inferior, todos poseen ventanales en sus cuatro lienzos. La decoración pictórica original incluye el Pantocrátor del ábside central, un Cristo en Majestad dentro de una mandorla ovalada, circundada por los Tetramorfos, con una policromía y estilo únicos.

San Martín de Frómista (Palencia)

Ubicada en el Camino de Santiago, esta iglesia del siglo XI destaca por sus cuidadas proporciones y el equilibrio entre las líneas horizontales de sus naves y el impulso vertical de los ábsides y torres. Su planta basilical se divide en tres naves cubiertas con bóvedas de cañón, rematadas por un ábside semicircular y separadas por pilares cruciformes que dividen el espacio en cinco tramos. La nave central tiene cubierta a dos aguas, mientras que las laterales son a una sola agua. El transepto se alinea con los muros exteriores de las naves. Su espacio central está rematado por un cimborrio sobre trompas de planta octogonal, cerrado por una cúpula semiesférica. La construcción se basa en sillares de piedra perfectamente escuadrados. Tres portadas enmarcadas por arquivoltas abocinadas se disponen dos en los laterales y una a los pies del templo, flanqueada por dos torres circulares de mediana altura. Los capiteles presentan composiciones escultóricas geométricas y figurativas, al igual que los canecillos que soportan las cornisas, tallados con cabezas de animales, motivos vegetales y bustos humanos.

Catedral de Santiago de Compostela

Este importante centro religioso alberga la tumba de uno de los doce apóstoles de Jesús y marca el final del Camino de Santiago. Responde al modelo de iglesia románica de peregrinación, con planta de cruz latina y cabecera con girola y absidiolos. La planta se divide en tres naves de diez tramos, separadas por arcos fajones. La cabecera presenta un deambulatorio semicircular precedido por dos tramos rectos, como continuación de las naves laterales. El transepto, de grandes brazos y cuatro tramos, tiene un desarrollo similar al de las naves. Contrafuertes exteriores se corresponden con los arcos fajones de las bóvedas. La nave central se cubre con bóveda de cañón, y las laterales con bóvedas de arista, sostenidas por pilares compuestos con columnas adosadas. La columna que mira hacia la nave central se eleva hasta el inicio del arco fajón correspondiente. Las tribunas sobre las naves laterales se asoman a la nave central mediante arcos geminados, cuyos vanos exteriores iluminan la parte superior de la nave central. Estas tribunas permitían acoger a más fieles y trasladar los empujes de la bóveda, mejorando la iluminación interior. El transepto se organiza en tres naves, con portadas exteriores en sus extremos. Cuatro absidiolos se disponen a cada lado de la cabecera, y tribunas se alzan sobre las naves laterales. Un gran cimborrio se levanta en el cruce de naves y transepto. La cabecera tiene una girola con cinco capillas radiales en los absidiolos, la central con testero plano al exterior. La girola se forma por la prolongación de las naves laterales. El espacio interior está organizado para que los fieles accedan por la portada de los pies y recorran la catedral hasta la girola, donde se encuentra el sepulcro del apóstol. A los pies se sitúa un nártex con el Pórtico de la Gloria.

Claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos (Siglos XI-XII)

Situado en Burgos, este claustro, restaurado por Santo Domingo, se convirtió en un importante centro cultural gracias a su scriptorium y biblioteca. Es uno de los claustros románicos más importantes y antiguos de España. Las arquerías unen los cuatro machones angulares y se sostienen por columnas perpendiculares al eje de la galería. En el centro de cada ala se unen dos parejas de columnas. En el lado oeste, estas se inclinan y encajan entre sí, mientras que en las alas este y norte, los fustes presentan éntasis y están separados, a diferencia de los restantes, que son cilíndricos y unidos. Los arcos son de medio punto, lisos al exterior y decorados con molduras al interior. El conjunto está cubierto por una techumbre de madera. En las esquinas del claustro bajo aparecen ocho relieves. Los capiteles tienen forma troncocónica. Animales fantásticos y reales desempeñan un importante papel decorativo.

Relieve de *La duda de Santo Tomás* (Claustro de Silos)

Cada relieve se enmarca con columnillas de fuste fino y capitel corintio, que soportan un arco de medio punto. Los personajes ocupan todo el espacio disponible, deformándose y ordenándose en pisos. El tamaño de cada figura refleja su importancia. El escultor les otorga dinamismo mediante la torsión de sus cuerpos. La posición en diagonal de los pies es característica. El relieve narra el episodio del Evangelio de San Juan en el que el apóstol Santo Tomás duda de la resurrección de Jesús. En el lado izquierdo destaca el grupo de Cristo y Tomás, quien se acerca con el brazo extendido. Los apóstoles se ordenan en tres filas escalonadas, girando e inclinando la cabeza hacia la escena de su izquierda. En las enjutas del arco aparecen dos torres, y sobre el arco, dos mujeres y dos hombres tocando instrumentos musicales, celebrando la resurrección.

Pórtico de la Gloria, Catedral de Santiago de Compostela

Esta obra del siglo XII, realizada por el Maestro Mateo, es uno de los monumentos más destacados del arte cristiano. Se compone de tres arcos de medio punto, el central más grande y con tímpano. En él aparece Cristo en Majestad rodeado por los Tetramorfos, ángeles con la columna, la cruz, la corona de espinas, los cuatro clavos y la lanza, un pergamino y una jarra. Rodeando a los evangelistas, una multitud de personajes de menor tamaño representa a las doce tribus de Israel. En una de las arquivoltas, 24 ancianos con instrumentos musicales se miran entre sí, realizando escorzos con sus cabezas. En la parte alta del pórtico, estatuas columna representan a grandes profetas y apóstoles del Antiguo y Nuevo Testamento. El tímpano central se sostiene por un parteluz, que arranca como columna de mármol con el árbol genealógico de Cristo. La columna central del pórtico sostiene la estatua sedente del Apóstol Santiago, patrón que acoge a los peregrinos. Una pequeña estatua en la parte posterior del parteluz se asocia al Maestro Mateo arrodillado, mirando hacia el interior del templo. Los dos arcos laterales muestran escenas del Paraíso, Adán y Eva, el cautiverio de las tribus de Israel, y escenas del Juicio Final, con expresivas imágenes del infierno. Se aprecian diferencias de calidad en varias partes. El Pantocrátor y las estatuas columna se atribuyen a Mateo, mientras que los ángeles y evangelistas del tímpano parecen obra de discípulos del taller. El leve movimiento de los protagonistas y el trabajo detallista y naturalista de algunos rostros son de estilo gótico, pero la estructura compositiva, los pliegues de la ropa, el hieratismo, la aglomeración, la adaptación al espacio y la concepción jerárquica son características románicas.

Frescos de San Clemente de Taüll

Esta obra pictórica, realizada en el siglo XI por el Maestro de Taüll, se encuentra en la bóveda de cuarto de esfera del ábside de la iglesia de San Clemente. La técnica empleada es el fresco sobre muro. Las pinturas ocupan todo el ábside central y el tramo precedente, cubierto con bóveda de cañón. Se representa un Pantocrátor sobre la bóveda celeste, flanqueado por las letras alfa y omega. A los lados se sitúan las jerarquías angelicales, y debajo, el Tetramorfos en friso. En el muro del ábside, bajo el Pantocrátor, se encuentra otro friso con la Virgen y los Apóstoles, colocados bajo arcos de medio punto sobre columnas, todo ello pintado. El eje central de Cristo se acentúa mediante la pequeña ventana del ábside, que ocuparía la arcada central. La línea es gruesa y define las formas con trazos esenciales. El color es denso y plano, predominando el rojo, azul y amarillo intenso. El fondo es neutro y sin perspectiva, y las figuras se disponen sobre un fondo de tres colores en vertical. La composición es geométrica y simétrica. Los cuerpos son alargados y desproporcionados, los rostros presentan barba y pelo simétrico, y se observa frontalidad, hieratismo, rigidez y adaptación de las figuras a las líneas rectas y curvas que separan los campos. Esta obra constituye una representación gráfica de un pasaje del Apocalipsis de San Juan, que describe la visión de Cristo entronizado rodeado por el Tetramorfos, que simboliza la obra de los cuatro evangelistas. Además, simboliza dos ámbitos paralelos: el superior representa el cielo, en torno a Cristo, y el inferior muestra a la Iglesia, mediante las figuras de María y los Apóstoles.

Pinturas del Panteón de los Reyes de la Iglesia de San Isidoro de León

Tanto la parte superior de los muros como la superficie completa de las bóvedas fueron decoradas con pinturas al fresco, realizadas al temple sobre estuco blanco, complementadas con textos alusivos a los temas representados. El blanco del encalado sirve de fondo, y sobre él se recortan las figuras con líneas negras. A estos colores se unieron ocres, rojos y amarillos. Se aprecia la ausencia de perspectiva, figuras planas y la tendencia a la simplificación y geometrización de los volúmenes. Se intenta, mediante el lenguaje de los ojos, las manos y las expresiones corporales, dar movimiento y vida a los personajes. A lo largo de los muros y las seis bóvedas se desarrollan los tres círculos litúrgicos (Navidad, Pasión y Resurrección), formando un itinerario que comienza en el muro meridional y culmina en la puerta de acceso a la iglesia. Se desconoce el autor, pero este dejó muestras de su estilo personal, caracterizado por el interés en los matices expresivos y la aparición de paisajes en algunas escenas. En el Pantocrátor, el tema se enmarca por una orla de llamas, nubes u olas. En el centro, Cristo en Majestad dentro de la mandorla mística, bendiciendo y con el libro, sobre un fondo de bóveda celeste, con el alfa y la omega. A su alrededor, el Tetramorfos con sus nombres. En la Anunciación a los Pastores se aprecia el sentido de la composición como conjunto. Se muestran elementos básicos del paisaje, como árboles y montes, aprovechando el lateral de la bóveda. Mientras los pastores asisten asombrados a la aparición del ángel, un rebaño pace cerca, un mastín aprovecha el descuido de su amo para comerse su comida, y dos machos cabríos se enzarzan en una pelea. El calendario agrícola muestra, en enero, a Jano Bifronte, que cierra el año y abre el nuevo, y así sucesivamente hasta diciembre, donde un personaje se sienta a la mesa junto al fuego.

Torre Vieja de la Catedral de Oviedo

Situada al lado de la Cámara Santa en la Catedral de Oviedo, esta torre fue construida a finales del siglo XI. Su función era proteger las reliquias guardadas en la Cámara Santa de posibles incursiones normandas o musulmanas. Sobre una base prerrománica de sillarejo se levantaron dos pisos de sillería románica. El primer piso, de estructura rectangular irregular y sin apenas ventanas, se remata con un arco de medio punto rodeado por otro arco de medio punto ciego, con una imposta decorativa horizontal. El segundo piso se cubre con una bóveda de arista. Cada cara dispone de dos vanos rodeados por arquivoltas de medio punto sobre parejas de columnas. Los capiteles presentan motivos de aves, entrelazados y sogueados.

Apostolado de la Cámara Santa de Oviedo

En el siglo XII se añadió una segunda planta, cubierta con bóveda de cañón reforzada por arcos fajones. Bajo estos arcos se sitúan columnas pareadas decoradas con el Apostolado. El conjunto se compone de seis columnas con las representaciones de los doce apóstoles. Son figuras de bulto redondo, que destacan por su expresividad y mayor naturalismo. Son menos rígidas y se relacionan entre sí. Algunos apóstoles son reconocibles por sus atributos, como Santiago y Pedro, o por sus nombres inscritos, como Bartolomé y Tomás. El conjunto se completa con capiteles historiados y parejas de animales que decoran las basas. Se desconoce el autor de esta obra.