Goya y la Ilustración

Goya y la Ilustración. Existe la teoría, sostenida por muchos historiadores del arte, de que Goya era un “genio lego”, es decir, un genio artístico sin formación teórica. Goya sustituiría esa formación, esa deficiencia de conocimientos, con su genialidad artística. Pero existe otra teoría, y esta es la mayoritaria, que piensa que Goya era un erudito, lector empedernido de todo lo que se escribió en su época. Hay pues dos interpretaciones antagónicas: el Goya sin formación y el Goya erudito.

Hoy en día hay, sin embargo, otra interpretación más afortunada: Goya estuvo siempre muy bien relacionado. Tenía amigos ilustrados en Zaragoza, en Madrid. Eran amigos muy cultos, la élite ilustrada de este país y Goya conversaba frecuentemente con ellos. Su círculo, pues, era ilustrado. Por lo tanto, Goya no fue ni un erudito ni un desinformado de las ideas de su tiempo sino que se dejó influir por las ideas de su ambiente. Por eso en su pintura se refleja perfectamente el pensamiento de la Ilustración y no porque él buscara esas ideas sino porque se las encontró de frente, no pudo eludirlas. No era un perfecto ilustrado pero estaba imbuido de Ilustración. Para analizar el pensamiento ilustrado de Goya lo mejor es analizar los dibujos y los grabados de su obra. Goya le dijo a Iriarte que en estos grabados y dibujos puede hacer realmente lo que quiere, donde “la fantasía y la imaginación no tiene ensanche”. En las obras de encargo no podía hacer lo que quería. Por eso el verdadero Goya está en estos dibujos y grabados y aquí Goya entronca de lleno con el Pensamiento Ilustrado. Aquí es donde Goya toca temas como vicios, ignorancia y extravagancia del pueblo español, o sea, el caballo de batalla de la Ilustración. De todos los círculos nobles, el de Goya es el más intelectual, culto y abierto a las ideas europeístas. Temas como la educación, la instrucción, era vital para la Ilustración y en Los Caprichos de Goya hay unos dibujos dedicados a la buena educación. También dedica otros a la tortura infantil, a la tortura estatal y sobre todo a la Inquisición. Otro problema ilustrado era el trabajo. Goya dedica una serie de cuadros a los trabajadores: El albañil herido. También apoya el anticlericalismo ilustrado y critica en pintura, grabado y dibujo a la institución que odiaba acérrimamente: la Inquisición. Pero también critica el vicio social de la prostitución, la medicina tradicional basada en errores medievales y muchos otros defectos del pueblo español.

IV.- Conclusión Vemos pues como esta faceta ilustrada de Goya se va haciendo más radical y más intimista a partir de 1812. Ese pensamiento ilustrado fue agriándose y diluyéndose en un mundo interior más personal. Y es que el mismo infierno habitaba en la imaginación del “sordo” cuando dibujaba cruelmente las atroces mezcolanzas de Los Desastres de la guerra, las sangrientas matanzas de La Tauromaquia, los monstruos engendrados por “El ensueño de la razón”. ETC. Su encuadramiento en lo Romántico lo hace proyectarse sobre todo el siglo XIX. Goya no solo exaltó la imaginación romántica, sino que dio una nueva pauta expresiva a los nuevos sentimientos que nacían. Inculcó a los impresionistas el amor a la verdad de la luz y del color, a la vez que daba cauce a la paleta impresionista en sus cuadros de Burdeos. Esta última etapa quedó truncada por la muerte cuando estaba empezando una fase más prometedora que nunca dentro de su renovación estética.

Arte Renacentista en España

Introducción

El arte renacentista en España comenzó en los reinos hispánicos a finales del siglo XV. Las influencias italianas y junto a la tradición hispano-árabe aportaron los elementos que definirían el arte en este territorio durante los siglos XVI y parte del XVII. En arquitectura es donde más se deja notar la influencia árabe, en tanto que en escultura y pintura la influencia italiana es, sin duda, fundamental. Por otra parte, al visitar algunos museos españoles, en concreto el Museo del Prado, se pueden encontrar obras de autores flamencos del siglo XV, caracterizados como primimitos renacentistas; la influencia de la flamenco llegó de la mano de los Austrias, en concreto de Carlos I, y esos artistas contribuyeron a conformar las peculiaridades de un estilo renacentista español.

Arquitectura

Periodización:

A) Plateresco: Primer tercio del siglo XVI. El nombre se lo da Ortiz de Zúñiga en el siglo XVII, debido al parecido de la decoración arquitectónica con el trabajo de los plateros (muy minucioso y fino). Es un arte decorativo, con motivos traídos de Italia, que decoran edificios de estructuras góticas.

B) Purista: Segundo tercio del siglo XVI. Influyen mucho en este gusto arquitectónico de lo clásico la edición de dos tratados de arquitectura: Medidas del Romano de Diego Sagredo y El tratado de Arquitectura de Alonso de Vandelvira. Se busca sobre todo copiar la estructura y espacialidad de la arquitectura italiana.

C) Herreriano: Último tercio del siglo XVI (reinado de Felipe II). Estilo basado en el clasicismo, libre de toda decoración y exclusivamente arquitectónico.

Características Generales

  1. La entrada de lo italiano se hace por tres vías:
    • Llegada de artistas italianos.
    • Formación de españoles en Italia.
    • Nuevos tratados publicados.
  2. Hay una resistencia del Gótico y del mudéjar a dejar paso a este nuevo arte, y así conviven estructuras góticas y renacentistas y estructuras góticas con decoración renacentista, aunque se observa una evolución progresiva que tiende al abandono del gótico y al triunfo de lo renacentista.
  3. El tipo de edificio que se construye es muy variado, distinguiendo entre civiles y religiosos.
    • Civiles: casas señoriales, palacios, hospitales, colegios, ayuntamientos y universidades.
    • Religiosos: catedrales (sobre todo en Andalucía), capillas, iglesias y monasterios.
    La mayor parte de estos edificios se hace en ciudades. En la catedral se potencia la capilla mayor y el coro como un espacio cerrado y reservado para el clero.
  4. El plateresco es un arte decorativo que, en España, alcanza tintes expresionistas. La decoración llena todos los elementos estructurales. La nueva iconografía se compone de heráldica, medallones, candelabros, grutescos (combinaciones fantásticas de distintos animales), máscaras, veneras (conchas), cornucopias (cuerpos de la abundancia), guirnaldas, cabezas de ángeles y decoración de candelieri. También varían las columnas, ya que se hacen abalaustradas y los capiteles son los clásicos, pero decorados con grutescos y los capiteles de zapata.
  5. En el primer tercio de siglo la talla es plana, fina y muy detallista, y a partir de 1530, se hace más voluminosa, aumenta su escala y con mayor movimiento.

La Escultura

3.1 Primer tercio

La penetración del Renacimiento se dio por varios conductos: importando obras de Italia, sobre todo florentinas, por los modernos nobles de turno. Otra vía fueron los escultores italianos que vinieron con toda su carga renacentista de Italia a trabajar aquí en los primeras años del siglo XVI. Entre ellos se encuentra el florentino Doménico Fancelli, el cual realizó aquí su mejor obra, el Enterramiento de los Reyes Católicos, en la Capilla Real de Granada, con dos figuras yacentes hondamente idealizadas y toda una corte de niños, ángeles y santos alrededor. Formas suaves, elegantes y profusa decoración. superficies pulimentadas y toda de una exquisita elegancia renacentista.

Otro florentino que vino a España fue Pietro Torrigiano en 1521 estableciéndose en Sevilla donde realizó varias obras de barro cocido de minuciosos modelado como su San Jerónimo, su mejor obra donde ya se observa como Torrigiano interpretó a la perfección el gusto popular sevillano.

Un tercer artista italiano llegado desde Italia fue Jacopo Florentino al que se le atribuye El Grupo del Santo Entierro tallado también en madera policromada, de patética expresividad que lo vincula de nuevo a lo español. Parece como si estos italianos del Renacimiento llegaran a España y se dejaran cautivar por la profundidad religiosa de este pueblo.

Los tres desarrollaron su obra en España durante el primer tercio del siglo XVI. Pero también hubo en este periodo escultores españoles que se incorporaron a la nueva estética renacentista, destaca Felipe Bigarny, Su estilo es un claro reflejo de la transición del Gótico al Renacimiento.

3.2 Segundo tercio del siglo XVI

En este periodo de la escultura renacentista se impone completamente el clasicismo desapareciendo lo que quedaba de gótico. Pero más que escultura renacentista se debe hablar ya de Manierismo. El principal centro artístico es Valladolid.

Alonso Berruguete, hijo del pintor Pedro Berruguete, se formó en Italia. Se aprecia en su obra una gran influencia de artistas italianos, como Donatello y Miguel Ángel, pero aún así crea un estilo propio con acusado alargamiento de las figuras, expresión de angustia y posiciones inestables.

Algunas de sus mejores obras son:

  • Retablo de la Mejorada de Olmedo: En este retablo, Berruguete crea las figuras policromadas y realizadas con la técnica del estofado. Las figuras son alargadas, huesudas con acusada expresión y posturas inestables.
  • Retablo de San Benito en Valladolid: Poseía relieves, pinturas y exentas. El retablo consta de el Martirio de San Sebastián, San Cristóbal y el Sacrificio de Isaac. San Sebastián aparece adherido a un tronco sinuoso, al cual se adapta la figura. Es un claro ejemplo de la postura inestable típica de las figuras de Berruguete. Muestra un rostro de angustia por el martirio y se aprecia un buen estudio del desnudo. En el Sacrificio de Isaac apreciamos la influencia de Lacoonte, con gran expresión trágica en los rostros.
  • Sillería de coro de la Catedral de Toledo: Berruguete la realiza conjuntamente con Vigarny. Realiza gran parte con madera de nogal, por lo que no se policroma. Aparecen San Sebastián, Job, Adán y Eva.

Juan de Juni recibe influencias de artistas del quattrocento y cinquecento italianos (por ejemplo, de Jacopo della Quercia y Miguel Ángel). Juni esculpe sus figuras con volúmenes rotundos.

El Santo Entierro: Se trata de una composición bien ordenada. San Juan y la Virgen están en el centro y a los lados dos figuras que actúan de paréntesis. Cristo se encuentra yaciente. Se refleja un sentimiento patético, de gran dolor físico y espiritual, que lo expresa en los rostros y en los gestos.

Último tercio

Tras la adaptación que Berruguete y Juan de Juni hicieron de las formas renacentistas hacia la religiosidad y el gusto popular español, la escultura del último tercio del siglo XVI permaneció en esta línea hasta entroncarse de lleno con la estatuaria barroca. El paso de una a otra en el umbral del 1600 es más un convencionalismo académico que una diferencia neta. La fusión es suave, sin cambios bruscos puesto que la diferencia es sólo de grado y donde las principales características antes citadas en el Barroco se amplifican pero manteniendo la misma línea. Así llegamos a una conclusión: Cuando el arte se populariza el Renacimiento no sirve y la escultura es el arte más popular.

Pintura española del siglo XVI

Características Generales

  1. La entrada de la influencia del Renacimiento se hace progresivamente a través de españoles formados en Italia: Alonso Berruguete, Pedro Berruguete, Gaspar Becerra, Fernando Yáñez. También llegan pintores italianos con Paolo de San Leocadio, Navarrete y un gran número de los que trabajaron en el Escorial. La influencia de los grandes pintores italianos como Rafael, Leonardo, Miguel Ángel, Giorgione y la Escuela veneciana. No se pierde la influencia de los pintores flamencos.
  2. En cuanto a la técnica se sigue empleando la pintura al óleo sobre tabla y en el último tercio se utiliza el lienzo junto al mayor aumento del tamaño. También se hace pintura al fresco que se realiza en palacios y sobre todo en las bóvedas del Escorial.
  3. Los temas serán religiosos. Las bellas formas pasan a un segundo plano y el interés se muestra en la expresión. La mitología sólo se desarrolló en el ámbito de la corte y el desnudo se reserva para la intimidad de los palacios. Los temas históricos aparecen pocas veces y sólo en el círculo de la corte, a pesar de las grandes hazañas históricas protagonizadas por España.