Aportaciones del Arte Paleocristiano

En el contexto histórico del Imperio Romano se desarrolla una nueva religión, el Cristianismo, una nueva dimensión espiritual que trae nuevos cauces estéticos, el arte paleocristiano, cuyo máximo valor reside en ser puente entre dos decisivas culturas occidentales: la clásica y la cristiana medieval. La nueva religión, hasta el siglo IV, se mueve en la clandestinidad, al ser considerados sus seguidores traidores al Estado romano por no reconocer, entre otras cosas, el culto al emperador. Es Constantino quien, en el 313 d. C., con el Edicto de Milán, concede libertad religiosa a los cristianos; la legalidad les permite exteriorizar su fe y un arte hasta entonces prácticamente inexistente. Por ello, distinguimos en él dos etapas, anterior y posterior al 313.

Antes del 313

No hay arquitectura propia y escultura y pintura utilizan un lenguaje simbólico, con doble significado que les evite problemas con el Estado. Las artes plásticas, vinculadas a las características formales de la Roma de la época, prestan mayor interés al tema que a la forma, dando como resultado un arte antinaturalista (esquematismo, planos únicos, simplicidad compositiva, rigidez…). La temática, de contenido religioso, es simbólica, adoptando motivos de tradición pagana a los que da nuevo significado: Pavo real (inmortalidad del alma), Pez (acróstico griego de la frase “Jesucristo Hijo de Dios Salvador”), Paloma (inocencia, castidad), Espiga y vid (Eucaristía), Cordero (Salvador), Alfa y omega (principio y fin), Ancla (esperanza en Cristo). Tema básico es el de la Salvación: Buen Pastor (cuyo origen son el moscóforo y crióforo griegos), Jonás y la ballena, Daniel entre los leones, Noé en el Arca, Sacrificio de Abraham, etc. Son frecuentes las representaciones de la Orante (símbolo en el mundo pagano de la oración); Figura femenina sentada amamantando a su hijo (interpretada como representación de María); Adoración de los Reyes; Bautismo de Jesús…

Después del Edicto de Milán

Tras el Edicto de Milán aparece la arquitectura y las artes plásticas utilizan un lenguaje más claramente cristológico que, pese a la diversidad geográfica del Imperio, presenta una clara unidad. Como arquitectura religiosa se consolida la basílica, cuyo precedente es la romana, adaptándose a las necesidades del nuevo culto por capacidad, luminosidad y ausencia de connotaciones religiosas anteriores. De planta rectangular, su estructura está compuesta por un gran atrio o patio porticado, un pórtico interior transversal denominado nártex y el cuerpo de la iglesia, de tres o cinco naves a diferente altura, la central más elevada y amplia que permite abrir ventanales y crear interiores luminosos, finaliza con un ábside semicircular o poligonal cubierto por bóveda de cuarto de esfera que se inicia a partir del arco triunfal; las naves están separadas por columnas que soportan arcos o dinteles; muy pronto aparece cercana a la cabecera una nave transversal llamada transepto o nave crucero; la basílica se orienta de oeste a este para que la cabecera coincida con la dirección de salida del sol, símbolo de Cristo como luz del mundo, y se cubre por un sistema de par-hilera visible o cubierto por un artesonado plano, en madera; al exterior presenta tejado a dos aguas en la nave central y a un agua en las laterales. En ocasiones aparece un lugar reservado para las mujeres o personajes notables, es el matronium, galería superior sobre las naves laterales, y abierta a la central. De tiempos de Constantino son las basílicas de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.

Otros edificios destacados son baptisterio y martyria, ambos de planta central (circular, poligonal y de cruz griega) y distinta función. El primero se inspira en el caldarium de las termas romanas y se utiliza para los bautismos; el segundo, dedicado al culto de las reliquias de los mártires, se rodea de una nave circular o poligonal, llamada deambulatorio, que será el origen del deambulatorio de las iglesias románicas. Ambos tendrán una gran influencia en la arquitectura posterior. Ejemplos son los baptisterios de San Juan de Letrán en Roma, de los Ortodoxos en Rávena, y el mausoleo de Santa Constanza.

En toda esta arquitectura contrasta la sencillez de los materiales exteriores, especialmente ladrillo, con la riqueza y el lujo de los interiores, cubiertos de mármoles y mosaicos.

En las artes plásticas surgen ciclos temáticos más complejos, centrados generalmente en la figura de Cristo: Crismón (anagrama de Cristo), Cristo en Majestad (embrión del Pantocrátor del románico), Cristo entregando la Ley a San Pedro (que encarna la primacía de Roma), Cristo entre los Apóstoles, Cruz con el cordero místico, ciclos de la Pasión (omitiendo la Crucifixión). La Virgen aparece sentada y con el Niño al pecho, y como orante de pie y con los brazos en alto.

En el ámbito técnico es importante el empleo del mosaico en muro, que sustituye a la pintura mural al fresco, y permite dar a los interiores una mayor riqueza y colorido al utilizar teselas de pasta vítrea.

Aportaciones del Arte Bizantino

.En el 395 d. C., a la muerte de Teodosio, se divide el Imperio romano en Imperio de Oriente y de Occidente.  En el siglo V cae el Imperio de Occidente por las invasiones bárbaras, produciéndose su fragmentación en diversos reinos (Franco, Visigodo, Ostrogodo…), quedando el de Oriente, con el nombre de Imperio Bizantino, como único heredero de Roma durante toda la Edad Media, hasta que en 1453 caiga en manos de los turcos. En el ámbito artístico Bizancio recoge la tradición romana y el legado de Oriente que fusiona con el cristianismo. Constantinopla y Rávena (en Italia) se convertirán en los centros artísticos más importantes de la primera edad de oro (siglos VI al IX), más tarde Venecia (siglos IX al XII), alcanzará gran esplendor, por último, y hasta el siglo XVI, será en el ámbito ruso donde el arte bizantino logre gran brillantez.  Este arte se convierte en la expresión artística de la Iglesia ortodoxa, pero influirá poderosamente en el mundo cristiano medieval occidental al que aporta entre otras cosas:

-En arquitectura soluciones técnicas a las construcciones abovedadas, creando un nuevo concepto de espacio interior. Sigue utilizando la planta basilical,  pero son basílicas con bóvedas y cúpulas, en otras ocasiones recurre a la planta de cruz griega inscrita en un cuadrado con cúpula central. Las bóvedas se aligeran empleando piedras porosas, elementos de cerámica huecos con los que crean una red de radios que se cubren dando a la bóveda cohesión (influiría en la arquitectura gótica). El sistema de descargas se realiza mediante la sucesión de bóvedas escalonadas y el empleo de grandes contrafuertes exteriores.  Crea así un espacio interno continuo y ricamente decorado con mosaicos o frescos y unos exteriores, que descuidará hasta época tardía, pesados y con grandes contrafuertes, enmascarados a menudo por la propia construcción. Sobre las naves laterales utilizan los matronium o tribuna, abiertas a la nave central.  Se siguen empleando las plantas centradas, donde la cúpula carga directamente sobre el muro o sobre trompas y pechinas. Se desarrollan en Bizancio los monasterios, complejos arquitectónicos amurallados, con un patio central y dependencias variadas, que influirán en los monasterios occidentales.Las ricas columnas presentan capiteles cúbicos, con predominio del orden corintio de pequeñas hojas de acanto planas, de contornos espinosos y rico claroscuro; sobre el capitel puede aparecer una pieza en forma de tronco de pirámide invertida, llamada cimacio, que con el tiempo llegarán a fundirse.Como obras culminantes del estilo destacan Santa Sofía y Santos Sergio y Baco, en Constantinopla; San Vital, San Apolinar in Classe y San Apolinar Nuevo, en Rávena; San Marcos, en Venecia; por último Santa Sofía de Kiev y San Basilio de Moscú, en Rusia.

-En artes plásticas crean un lenguaje propio partiendo de la herencia clásica –armonía y antropocentrismo- y paleocristiana. Arte figurativo antinaturalista en el que los cuerpos carecen de volumen y peso, se alargan, concentrando toda la vida en la mirada; las actitudes suelen ser frontales e hieráticas; los ropajes pesados, casi planos, no acusan la anatomía. Predomina la línea y la ausencia de profundidad. La escultura se reduce a relieves sobre materiales ricos, especialmente marfil, desapareciendo prácticamente el bulto redondo; resulta interesante la “escultura de encaje” que utiliza elementos vegetales y zoomorfos, de origen oriental, que tendrán gran importancia en el románico. Los prejuicios hacia la representación de la figura humana de los grupos iconoclastas (que se enfrentarán a los partidarios de las imágenes) y de los turcos, contribuyen a la escasa presencia de obras escultóricas. La pintura adquiere gran desarrollo, utilizándose diversas técnicas y soportes, especialmente el mosaico, la  tabla (iconos) y la pintura mural.                      La temática, cuyo objetivo es de carácter didáctico (aprender con la vista lo que no puede aprenderse con la lectura), responde a una iconografía fija que tendrá gran influencia sobre el arte occidental medieval. Por último, señalar la existencia de jerarquización tanto en el tamaño de las figuras como en su ubicación en el edificio, en relación con su importancia.3.Aportaciones del arte de los reinos cristianos.El Arte Prerrománico, que se desarrolla entre los siglos V al XI, sus realizaciones artísticas conjugan el legado cultural romano y cristiano, las creaciones bizantinas contemporáneas, con las aportaciones estéticas de los pueblos bárbaros. Entre sus aportaciones destacan: arcos fajones que ayudan a sostener las bóvedas de medio cañón, multiplicación de contrafuertes exteriores que refuerzan el muro, pilares cruciformes, capiteles que dejan a un lado la tradición clásica, arcos de medio punto peraltados, cruceros destacados, arcos ciegos con valor decorativo, celosías de piedra… Es preciso señalar el desarrollo de los grandes monasterios benedictinos en el mundo franco.En el caso particular de España surge a partir del siglo VI el reino visigodo, que desarrolla una interesante arquitectura que repite elementos anteriores como la planta basilical y cruciforme, capiteles de tradición clásica, sillar como material constructivo, bóvedas de medio cañón y de arista; el arco de herradura, adoptado luego por los árabes, es la aportación más original, junto a las creaciones de orfebrería. Ejemplos significativos de su arquitectura son San Juan de Baños (Palencia), Quintanilla de las Viñas (Burgos), Santa Comba de Bande (Orense) y San Pedro de la Nave (Zamora). Tras la invasión musulmana y la desaparición del reino visigodo, a principios del siglo VIII surge, en Asturias, el más importante núcleo de resistencia cristiana en el que, sin antecedentes artísticos,  florece un arte considerado el más claro antecedente del estilo románico, tanto por sus elementos como por los sistemas constructivos empleados (arcos fajones, multiplicación de contrafuertes exteriores, pilares cruciformes, capiteles que dejan a un lado la tradición clásica, arcos de medio punto peraltados, celosías de piedra…), y la incorporación de la decoración al edificio (pintura mural junto a alfices, medallones, decoración de cuerda, etc.). Destaca la utilización de la bóveda de medio cañón peraltada, que no se generalizó en Europa hasta el siglo XI, y la sustitución, en las iglesias basilicales, de las columnas por pilares. Las principales muestras son San Julián de los Prados, Santa María del Naranco, Santa Cristina de Lena, San Miguel de Lillo…