Órdenes Arquitectónicos, Luz y Expresión: Del Barroco al Modernismo
Órdenes Arquitectónicos en el Barroco
Los arquitectos barrocos desarrollan especialmente el orden salomónico, el orden colosal y las columnas estípite, a los que eventualmente suman órdenes de diseño propio o variaciones.
El Orden Salomónico
Inspirado en la descripción bíblica del Templo de Salomón, se caracteriza por un fuste torso o entorchado, cuya espiral suele dar varias vueltas. Esta columna torsionada está especialmente decorada con diversos motivos. El fuste salomónico se yergue sobre una base y culmina en un capitel. Este último suele rematarse con motivos tomados de los órdenes clásicos conocidos, especialmente el orden toscano y el corintio.
El Orden Colosal o Gigante
Consiste en columnas o pilastras cuya altura se extiende a lo largo de varios niveles o plantas del edificio. Ya en el Renacimiento se hicieron proyectos con este tipo de columnas (muchos no llegaron a construirse), pero su uso se extendió en el Barroco.
El Estípite
Es una palabra que designa a las pilastras troncopiramidales invertidas, de sección cuadrada o rectangular y complejo perfil. Fueron muy utilizadas en el Barroco, especialmente en el Barroco hispánico y latinoamericano. Podían decorarse profusamente con todo tipo de formas vegetales, geométricas y antropomorfas.
Elementos Arquitectónicos Frecuentes en el Barroco
- Arcos de formas variadas: ovalados, elípticos y de doble curva (mixtilíneos).
- Aletas o aletones: elemento decorativo y estructural en forma de voluta, usado para ocultar las cubiertas de las naves laterales o como transición entre diferentes alturas, derivado de soluciones renacentistas pero con mayor dinamismo.
- Volutas: adornos en forma de espiral, usados abundantemente para el remate de capiteles, aletones, consolas y otros elementos arquitectónicos.
- Frontones de nuevo diseño, con preferencia por los fragmentados y/o curvos.
- Ventanas ovaladas, curvas, mixtilíneas.
- Escaleras complejas, curvas, retorcidas y majestuosas.
- Uso frecuente de nichos y hornacinas.
- Introducción de elementos escultóricos y decorativos profusamente integrados en fachadas y techos.
- Uso de la luz en función de los efectos pretendidos: en lugar de optar por una luz diáfana y natural, la arquitectura barroca se caracteriza por crear efectos atmosféricos mediante la manipulación y regulación de las entradas de luz. La búsqueda de los efectos del claroscuro es una constante.
La Pintura Barroca
La pintura barroca comienza aproximadamente en el año 1600 y continúa a lo largo de todo el siglo XVII y principios del siglo XVIII. Se caracteriza por un marcado realismo, colores ricos e intensos, y fuertes contrastes de luces y sombras (claroscuro), dramatizando las escenas mediante el uso de efectos lumínicos.
En oposición al arte renacentista, que a menudo mostraba el momento anterior o posterior a un acontecimiento clave, los artistas barrocos elegían frecuentemente el punto más dramático, el momento en que la acción estaba ocurriendo con su máxima intensidad.
Tenebrismo
Tenebrismo es el nombre que se da a un estilo o corriente de la pintura barroca en su fase inicial, a principios del siglo XVII. El tenebrismo se caracteriza por el violento contraste de luces y sombras mediante una forzada iluminación (a menudo, un foco de luz intenso marca una diagonal en la escena, como la que proviene de un tragaluz en un sótano, dejando gran parte del lienzo en penumbra).
Caravaggio y el Tenebrismo
Michelangelo Merisi da Caravaggio es considerado el iniciador del tenebrismo y una figura clave del Barroco. Heredero de la pintura humanista del Alto Renacimiento, su enfoque realista de la figura humana, pintada directamente del natural e iluminada dramáticamente contra un fondo oscuro, sorprendió a sus contemporáneos y abrió un nuevo capítulo en la historia de la pintura.
Artistas como José de Ribera, Juan de Valdés Leal y Diego Velázquez en España, realizaron grandes composiciones pictóricas en las que la luz tiene un gran protagonismo, y algunas de sus obras pueden considerarse tenebristas. Todos ellos dan mucha importancia a la representación de los sentimientos y temperamentos de los personajes, otorgando un tratamiento realista a los objetos y figuras, incluyendo personajes de clase baja o popular, como si el espectador presenciara la escena. Realizan composiciones complejas en las que las diagonales a menudo dirigen la mirada del espectador hacia fuera del cuadro o crean una fuerte tensión interna.
El Simbolismo de la Luz en el Arte Medieval
El simbolismo de la luz encuentra su principal manifestación en la luz física, entendida como emanación divina. Sin embargo, aquellos elementos tales como el oro y las piedras preciosas, que por su brillo se asimilan a la luz, fueron sumamente valorados en la Edad Media como objetos representativos del esplendor de lo sagrado.
Mosaicos Bizantinos
Durante el inicio del Imperio Bizantino se perfeccionó la técnica del mosaico de pasta vítrea (teselas) de variados colores. Sus reflejos dorados y brillantes crean, en el interior de las iglesias, una atmósfera trascendente y desmaterializada. Un ejemplo paradigmático es la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla (siglo VI), con sus muros interiormente recubiertos originalmente de mosaicos dorados. La cúpula también estaba revestida de mosaicos y estaba construida de tal manera que parecía flotar sobre el espacio de la iglesia.
Iconos
El icono es la representación sagrada de Cristo, de María o de los santos en la tradición oriental. La figura sagrada se pinta sobre un fondo dorado, llamado simbólicamente “luz”, una referencia a la divinidad. La escena representada se desarrolla en un espacio trascendente y sobrenatural, impregnado del Espíritu divino.
La Luz en la Arquitectura Románica
Los pesados muros de los edificios románicos y su orientación litúrgica hacia el este hacen que sea un espacio donde domina la penumbra, con una iluminación controlada, a menudo lateral. La iluminación natural a través de las escasas ventanas de la nave contribuye a la lectura de la iconografía, los ornamentos y la disposición de las figuras. Las ventanas son pequeñas y abocinadas, consideradas focos de luz limitados por la necesidad arquitectónica de muros gruesos para soportar el peso de las bóvedas de cañón. El espacio se articula como un caminar hacia el ábside (hacia Dios), lugar donde se ubicaban las fuentes luminosas principales (altar y ventanas del presbiterio). La escasez de luz crea un ambiente de recogimiento, mientras que la mayor luminosidad relativa del crucero y del ábside conduce la vista hacia la cabecera.
La Arquitectura Gótica
La catedral gótica es el edificio más representativo de la ciudad medieval y del poder de la Iglesia. Se caracteriza por su verticalidad y su luminosidad. En las catedrales, los elementos sustentantes (pilares fasciculados, arbotantes, contrafuertes) ganan altura y se afinan gracias a los nuevos avances técnicos (arco apuntado, bóveda de crucería).
Estas nuevas técnicas constructivas permiten “rasgar” los muros, reduciendo su función portante y sustituyéndolos por grandes vidrieras de colores. Las vidrieras tienen una doble función: aislar el espacio interior e iluminarlo de forma coloreada y simbólica. El vano prevalece sobre el muro. El Gótico es, en esencia, una arquitectura de la luz.
Desaparece así la pintura mural característica del Románico y en su lugar se desarrolla la pintura sobre tabla (retablos) y los tapices.
Luz y Espacio en el Gótico (Vidrieras)
La luz inunda todo el espacio gótico en forma de potentes haces tamizados por los cristales de las vidrieras, cuyos rayos coloreados se proyectan sobre la superficie mural. Esta luz transforma la percepción de la arquitectura y la sustancia material de los muros. Se proyecta sobre ellos, transformándolos y diluyendo su solidez en un reflejo multicolor de las vidrieras, como si quisieran convertirse en ellas mismas. No se diferencia entre luz trascendente y luz material: todas las manifestaciones de esa luz son reflejo de la divinidad. La luz es fuente y belleza en sí misma, a ello contribuye la gran verticalidad de la nave central. Solo se advierten formas ascendentes que enlazan con los nervios de las bóvedas, puntos de unión de las líneas de fuerza.
Hay un espacio diáfano en la nave central que no está delimitado por un muro compacto como una masa continua, sino por un fondo espacial fluido: el de las naves laterales, el triforio y el claristorio, donde las vidrieras irradian esa luz suprasensorial que contribuye a desmaterializar la escasa superficie de piedra de los pilares. No hay límites espaciales firmes y apreciables; son fluidos y difíciles de abarcar visualmente.
Evolución de la Arquitectura Gótica
El Gótico abarca aproximadamente desde 1150 hasta 1525. Su evolución se suele dividir en las siguientes etapas:
- Gótico inicial o protogótico (c. 1150-1200): Conviven elementos románicos con otros ya góticos (uso de rosetones en fachadas, arcos ojivales, bóvedas de ojivas sencillas). Se incluyen en este periodo los monasterios del Císter.
- Gótico pleno o clásico (Siglos XIII y principios del XIV): El Gótico alcanza todas sus características y elementos representativos: verticalidad, preponderancia del vano sobre el muro, luminosidad, equilibrio estructural. Es la época de las grandes catedrales. En Francia, destacan Chartres, Reims y Amiens. En España (Castilla y León): Burgos, León y Toledo.
- Gótico radiante (Siglo XIV, especialmente en Francia): La arquitectura sigue haciéndose más esbelta y ligera, con una mayor decoración calada en ventanas y triforios (tracería). Empieza a manifestarse una relativa independencia de la escultura y la pintura respecto al marco arquitectónico.
- Gótico tardío, florido o flamígero (Siglo XV y principios del XVI): Es la fase final, en la que se produce una explosión decorativa, hasta el punto de hablar de “barroquización” del Gótico. Junto al arco ojival se usan nuevos arcos como el escarzano, carpanel (tres centros) y conopial (cuatro centros). También proliferan las bóvedas muy decoradas (estrelladas, de abanico) y ventanas muy grandes con complejas tracerías. Esta etapa, en España, se denomina Gótico isabelino o estilo Reyes Católicos.
Características de la Arquitectura Gótica
- Verticalidad: Los edificios tienden a la altura. Tienen un sentido simbólico de ascensión, de llegar al cielo.
- Luminosidad: Espacios interiores muy luminosos y coloristas. Se debe al predominio de los vanos con vidrieras sobre los muros. La luminosidad coloreada pretende representar las sensaciones de la Jerusalén celestial.
- Naturalismo: Los elementos escultóricos integrados en la arquitectura (capiteles, gárgolas, decoración de portadas) suelen ser bastante naturalistas: follajes, hojas, animales y figuras humanas con mayor realismo que en el Románico.
- Estructura del alzado interior: Sigue su precedente románico pero modificado: arcadas que conducen a las naves laterales, un triforio (estrecho pasadizo con arquerías, a veces ciego, a veces calado) que sustituye a la tribuna románica, y un claristorio o cuerpo superior de ventanales con vidrieras coloreadas.
Manierismo
El término Manierismo corresponde al período y estilo artístico que se sitúa aproximadamente entre 1520 y 1600 (siglo XVI), surgiendo en la fase final del Alto Renacimiento. Fue en parte una reacción al clasicismo anterior, buscando romper con las reglas y proporciones estrictas del Renacimiento pleno y explorar nuevas formas de expresión artística más subjetivas y sofisticadas.
Inicialmente se definió peyorativamente como la imitación de la “maniera” (estilo) de los grandes maestros del Alto Renacimiento como Rafael o Miguel Ángel. Posteriormente se entendió como una reacción contra el ideal de belleza clásica y la armonía renacentista.
Características del Manierismo
A nivel formal:
- Empleo de la línea “serpentinata” (figura en forma de S o llama), especialmente en escultura y pintura.
- Figuras elongadas, proporciones alteradas.
- Exageración de los movimientos, posturas forzadas e inestables.
- Uso de texturas contrastadas, acabados pulidos.
- Alteración del orden y las reglas clásicas en elementos arquitectónicos.
- Composiciones complejas, a menudo asimétricas o descentradas.
- Colores irreales, ácidos o contrastados.
A nivel conceptual:
- Abandono del equilibrio, la serenidad y la naturalidad del Renacimiento en favor de la tensión, la sofisticación y la artificialidad.
- Arte intelectualizado y elitista, a menudo ambiguo y complejo en su significado, opuesto al arte más directo y universal del Renacimiento o al patetismo popular del Barroco posterior.
- Considerado durante mucho tiempo como una mera decadencia o prolongación epigonal del genio creativo de los grandes del Alto Renacimiento (Leonardo, Rafael, Miguel Ángel). Sin embargo, también fue apreciado por su extravagancia y originalidad, siendo plenamente valorado a partir del siglo XX.
El Manierismo se considera subjetivo e inestable. Los artistas se dejan llevar por sus gustos personales y su virtuosismo técnico (la “maniera”), alejándose de la verosimilitud naturalista y tendiendo a la irrealidad y a la abstracción formal. Se prefiere, en la escultura sobre todo, la línea o figura serpentinata, en que las figuras se disponen en una torsión helicoidal ascendente.
Cuando los principios fundamentales del Renacimiento (armonía, proporción, perspectiva clara, expresiones mesuradas) empezaban a entrar en crisis, el Manierismo significó un abandono progresivo de la proporción clásica de las figuras, de la perspectiva espacial unificada, del uso de líneas claras y definidas y de las expresiones serenas y dulces de los personajes renacentistas. El concepto de “maniera” significaba un saber hacer virtuoso, casi sin esfuerzo aparente; era un arte a menudo exclusivo de las cortes (ej. Sofonisba Anguissola).
Arquitectura de los Siglos XIX y XX
Características Generales
La arquitectura que surge con la Edad Contemporánea inicia, en mayor o menor grado, a reflejar los avances tecnológicos y las paradojas socioculturales generadas por la Revolución Industrial.
Las ciudades pasan a crecer de manera desconocida anteriormente, y nuevas demandas sociales relativas al control y planificación del espacio urbano deben ser respondidas por el Estado, lo que acabará llevando al surgimiento del urbanismo como disciplina académica.
El papel y la estética de la arquitectura serán cuestionados. Algunos críticos alegan que surge una crisis en la producción arquitectónica que solamente será resuelta con la llegada de la arquitectura moderna en el siglo XX.
Todo el siglo XIX asistirá a una serie de crisis estéticas que se traducen en los movimientos llamados historicistas y eclécticos: bien por el hecho de que las innovaciones tecnológicas (como el uso del hierro y el cristal) no encuentran una manifestación formal adecuada y propia, bien por diversas razones culturales y contextos específicos, los arquitectos del período ven en la copia o reinterpretación de la arquitectura del pasado (Neogótico, Neorrománico, Neobarroco, etc.) y en el estudio de sus cánones un lenguaje estético legítimo.
Neoclasicismo
La arquitectura neoclásica surgió a mediados del siglo XVIII como una reacción a los excesos ornamentales de los estilos Barroco y Rococó, inspirándose en las líneas limpias, la simetría y la grandeza contenida de la arquitectura griega y romana antigua.
La Revolución Industrial modificó profundamente la forma y el ritmo de vida en las ciudades y propició el empleo de nuevos materiales. Se buscaba dar un carácter más científico y racional a las artes, por lo que los artistas y arquitectos debían tener una sólida formación técnica. Proliferaron así las construcciones destinadas a mejorar la vida urbana y cultural, como hospitales, bibliotecas, museos, teatros, parques, etc., pensadas con carácter monumental y representativo.
Los arquitectos neoclásicos buscaron una síntesis espacial y formal más racional y objetiva, basada en los órdenes clásicos, pero aún no tenían una idea clara de cómo aplicar las nuevas tecnologías constructivas en una nueva expresión arquitectónica plenamente integrada.
En este período, antiguos materiales como la piedra y la madera pasaron a ser sustituidos o complementados gradualmente por el hierro fundido, y más adelante por el acero y el hormigón (y posteriormente el hormigón armado).
Términos que definen la arquitectura neoclásica:
- Inspiración clásica (Grecia y Roma)
- Monumentalidad
- Predominio de la línea recta
- Equilibrio y Simetría
- Orden y Racionalidad
- Apariencia sobria y contenida
- Claridad en las composiciones
Art Nouveau o Modernismo
Características generales:
- Se caracteriza por la inspiración en las formas orgánicas de la naturaleza (líneas curvas y sinuosas, motivos vegetales y florales) que invaden la estructura y la decoración, rompiendo con la rigidez y el historicismo anteriores.
- Se tiende a buscar la fluidez, el movimiento, la gracia y los toques ligeros y elegantes.
- Utilización de nuevos materiales industriales en arquitectura de forma visible y estética: hierro forjado, remaches, cristal, cerámica coloreada.
- Creación de espacios interiores diáfanos y luminosos, a menudo de gran amplitud.
- Potenciación de la arquitectura como espectáculo, vinculada al ocio y al disfrute burgués (teatros, cafés, estaciones, pabellones de exposición), incorporando a menudo la iluminación eléctrica como parte del diseño.
- La fotografía y las revistas ilustradas ayudaron a difundir rápidamente los avances y modelos arquitectónicos, facilitando su influencia internacional.
Escultura Barroca: Bernini
Análisis del David de Bernini
- Material: Mármol
- Dimensiones: 1,70 m de altura
- Estilo: Barroco (siglo XVII)
- Autor: Gian Lorenzo Bernini
- Tema: David, el pastor israelita, representado en el momento justo en que va a lanzar la piedra con su honda para derribar a su adversario, Goliat.
- Concepción espacial: Fue concebida para ser colocada idealmente contra una pared o en un nicho, de manera que un punto de vista principal permitiera percibir la máxima intensidad y violencia del movimiento al contemplarla.
- Composición y Movimiento: Fuerte contraposición dinámica entre la posición de los pies, la torsión del cuerpo, el giro del cuello y la cabeza. Captura la tensión previa a la acción inminente.
- Expresión: El rostro es un compendio de acción y tensión psicológica: labios contraídos, músculos faciales rígidos, fosas nasales dilatadas, ceño fruncido.
- Comparación: Contrasta radicalmente con el David de Miguel Ángel (Renacimiento), que es clásico, contenido y meditabundo, al proponer la acción en pleno desarrollo y la emoción desatada.
- Esquema compositivo: Adaptado al esquema dinámico de la línea “serpentinata”, aunque llevada a su máxima tensión barroca.
Bernini poseía una habilidad extraordinaria para crear en sus esculturas escenas narrativas muy dramáticas, de captar intensos estados psicológicos y también de componer conjuntos escultóricos que transmitían una magnífica grandeza. Por su virtuosismo técnico para tallar el mármol, se le ha considerado un digno sucesor de Miguel Ángel, muy por encima de sus coetáneos.
Bernini empleó la luz como un recurso metafórico y escenográfico que completaba sus obras, en ocasiones diseñando la arquitectura circundante o utilizando puntos de iluminación ocultos que intensificaban el foco de adoración religiosa o amplificaban el dramatismo de la escena (como en el Éxtasis de Santa Teresa).
Pintura Manierista: Tintoretto
Análisis de ‘El Lavatorio’ (o similar, basado en la descripción)
Nota: La descripción parece mezclar elementos de ‘La Última Cena’ y ‘El Lavatorio’ de Tintoretto. Se intentará corregir y clarificar asumiendo una obra tardía de Tintoretto con características manieristas y pre-barrocas. La fecha “Alle 1586” podría referirse al año 1586.
- Autor: Jacopo Tintoretto
- Fecha aproximada: Último cuarto del siglo XVI (ej. c. 1586)
- Técnica: Pintura al óleo sobre lienzo.
- Temática: Religiosa (ej. La Última Cena o El Lavatorio de los pies).
- Características Técnicas: Óleo con pincelada suelta y enérgica (las figuras pueden parecer abocetadas o vibrantes). El soporte de lienzo era común en las grandes decoraciones venecianas, ya que evitaba los problemas técnicos del fresco en el ambiente húmedo de Venecia, daba más luminosidad a las obras y permitía un trabajo más rápido en el taller.
- Composición: A menudo asimétrica y diagonal, marcada por una perspectiva audaz y a veces forzada. Es frecuente en el Manierismo y en Tintoretto contraponer zonas llenas de figuras con otras más vacías, o situar el tema principal en un segundo plano o en una zona menos iluminada, rompiendo la armonía compositiva clásica y guiando de forma compleja el recorrido visual del espectador. La organización del tema puede seguir esta tendencia manierista: por ejemplo, en El Lavatorio, el acto principal de Cristo lavando los pies a Pedro puede estar en un lateral o en segundo plano, mientras que los apóstoles preparándose ocupan un lugar más prominente.
- Color: La paleta puede ser variable, pero a menudo Tintoretto utiliza colores intensos y contrastados, con predominio de tonos fríos o sombríos en algunas zonas para acentuar el dramatismo.
- Luz: Uso dramático del claroscuro con función expresiva. Pueden existir varios focos de luz, a menudo artificiales o sobrenaturales, creando fuertes contrastes y una atmósfera teatral. Un foco puede provenir del exterior de la escena, mientras que otros pueden emanar de lámparas o de las propias figuras (aureolas).
- Perspectiva y Espacio: Uso de la perspectiva lineal (desarrollada desde el Quattrocento), visible en las líneas de fuga de las baldosas del suelo o la arquitectura del fondo, que a menudo terminan en un punto de fuga alejado o truncado. Sin embargo, la perspectiva central clásica suele ser sustituida por perspectivas oblicuas o múltiples, que recorren el cuadro de forma dinámica, interrumpidas por personajes en primer y segundo plano y por elementos como mesas dispuestas en diagonal.
- Profundidad: Tintoretto consigue una gran sensación de profundidad a través de varias técnicas:
- Siguiendo las ideas de Leonardo, emplea la perspectiva aérea, azulando y difuminando los fondos arquitectónicos o paisajísticos.
- El corte de las figuras cercanas por el marco fuerza la percepción del espacio, al dar un punto de referencia intermedio entre el espectador y el escenario principal.
- El fuerte escorzo de algunas figuras contribuye a crear profundidad y dinamismo.
- Figuras: Generalmente bien proporcionadas anatómicamente, pero a menudo representadas en posiciones excesivamente forzadas, inestables o con torsiones exageradas, típicas del Manierismo.
Escultura Barroca en España: La Imaginería (Siglos XVII-XVIII)
Temática y Técnica
- Temática: Predominantemente religiosa, respondiendo al espíritu de la Contrarreforma católica. Son imágenes de gran patetismo y realismo, que buscan conmover al fiel representando vívidamente el sufrimiento humano de Cristo, la Virgen y los santos.
- Focos Principales:
- Escuela Castellana: Principalmente en Valladolid (Gregorio Fernández). Caracterizada por un realismo más sobrio y dramático.
- Escuela Andaluza: Con centros en Sevilla (Martínez Montañés, Juan de Mesa) y Granada (Alonso Cano, Pedro de Mena). Tiende a una mayor idealización y belleza formal, aunque sin renunciar al patetismo.
- Rasgos Comunes:
- Escultura principalmente religiosa, aunque también encontramos algunas representaciones profanas (retratos, temas mitológicos) para un público cortesano.
- Clientela: Principalmente la Iglesia (catedrales, conventos), cofradías penitenciales, gremios y, en menor medida, la Corte.
- Tipos: Retablos monumentales, imágenes devocionales individuales (de bulto redondo o para vestir) y grupos escultóricos procesionales (pasos de Semana Santa).
- Materiales: Principalmente madera policromada.
- Técnica: Se busca el máximo realismo, utilizando postizos como ojos de cristal, pelo natural, dientes de marfil, lágrimas de resina, etc. La policromía se realiza con la técnica del estofado (aplicar pan de oro y luego pintar encima, raspando para dejar ver el oro en los diseños de las vestiduras) y el encarnado (aplicación de colores para imitar la piel, con acabados mates o brillantes).
Escultura Barroca en Francia
Pierre Puget
Pierre Puget (1620-1694) fue un escultor, pintor y arquitecto ocasional francés, uno de los principales introductores y exponentes del arte Barroco en el país, aunque con un estilo muy personal y vigoroso que a veces chocó con el clasicismo imperante en la corte de Luis XIV.
Fue celebrado por muchos autores en los siglos posteriores, comparándolo a veces con Miguel Ángel por su fuerza expresiva (“el Miguel Ángel de Francia”), y considerado uno de los representantes más originales frente al epítome más clasicista francés del Gran Siglo en la escultura (representado por artistas como Girardon o Coysevox).
Al comienzo de su carrera se trasladó desde su Marsella natal hasta Italia (Roma y Florencia), donde tuvo a Pietro da Cortona como maestro entre 1640 y 1643. Desarrolló su carrera principalmente entre Marsella y Toulon.
Entre sus primeros trabajos dignos de mención se encuentra la decoración escultórica del portal del ayuntamiento de Toulon (los famosos Atlantes). Sus obras más conocidas son el grupo escultórico de Milón de Crotona (1672-1682) y el relieve del Encuentro de Alejandro con Diógenes (1671-1693), dos de las pocas obras aceptadas por la Corte de París para la decoración de las residencias reales (Versalles).
El pathos de sus modelados, de una plasticidad cargada de sentimiento y tensión dramática, convirtió las obras de Puget en unas de las más originales de la escultura barroca francesa y serán todo un referente para escultores franceses posteriores, como el también marsellés Antoine Duparc.