El Cultivo de Maní: Guía Completa para una Producción Exitosa
Superficie Destinada al Maní
En los años 1997 a 1998 se produjo el pico más alto de 250.000 ha, luego disminuyó entre 180.000 y 100.000 ha.
En la campaña 2003 y 2004 de maní en Córdoba:
- Distribución de la superficie sembrada en la región sur: 6,85%
- Distribución de la producción en toneladas en la región sur: 4,87%
Origen
Noroeste de la República Argentina y sur de Bolivia, por lo tanto, las mejores condiciones se encuentran en esta región. Sin embargo, el 95% de la producción se encuentra en Córdoba por la cercanía a los puertos.
Ciclo General
Forma de resistencia que queda en el suelo que forman esporas (forma de reproducción). Los hongos son heterótrofos que tienen un cuerpo vegetativo. Se comportan como parásitos (descomponiendo materia viva) o como saprófitos (descomponiendo materia orgánica).
Preparación del Suelo
Las labores de suelo:
Las labores del suelo deben favorecer la retención de humedad, disminuir el encostramiento y destruir el “piso de arado”.
Preparación del suelo:
- Manejo del rastrojo del cultivo anterior, de ser picado y semienterrado, no pastoreado.
- Se debe dejar un barbecho en la superficie para acumular H2O en el suelo, facilitando la infiltración de las lluvias y disminuyendo la evaporación del agua acumulada.
- Labranza convencional: incluye 1 o 2 arados, sucesivas pasadas de rastra para obtener una buena cama de siembra y controlar malezas.
- Hay una amplia variedad de herbicidas específicos, que controlan las malezas sin depender de las labores mecánicas.
- Cinceles: reemplazan arados de rejas permitiendo hacer una remoción del suelo dejando el rastrojo en la superficie. La idea es llegar a la siembra con un suelo removido en profundidad y con los residuos del cultivo anterior semienterrados.
Fertilidad del Suelo
El maní no responde a la aplicación directa de fertilizantes excepto en suelos extremadamente pobres en nutrientes.
Nitrógeno:
El maní es muy difícil en la fijación de nitrógeno. La inoculación artificial es recomendable en suelos donde nunca se cultivó maní. La ausencia de la bacteria Bradyrhizobium sp, una sequía prolongada o un encostramiento que limite la aireación del suelo puede limitar la efectividad de la fijación de nitrógeno. Cuando falta N puede ocurrir clorosis generalizada – color amarillento. Los síntomas aparecen en estado reproductivo.
Fósforo:
- Menor crecimiento
- Hojas pequeñas de color oscuro
- Si es muy extrema la falta de F se puede observar un color rojizo en tallos y hojas.
Potasio:
Un exceso de P en la zona de formación de vainas puede causar un desbalance nutricional con otros cationes ocasionando pudrición.
Calcio:
El maní es muy sensible a la falta de Ca. Las vainas deben absorber el Ca directamente del suelo. Una deficiencia de uso agrícola puede subestimar el problema.
Magnesio:
Las deficiencias se manifiestan como clorosis intervenal, comenzando en las hojas viejas y luego en las hojas nuevas.
Azufre:
Es necesario para la formación de nuevas células y el desarrollo de la clorofila. Influye en el rendimiento y calidad de la semilla. La deficiencia de S restringe el crecimiento de la raíz y las hojas son de color verde pálido.
Hierro:
La deficiencia de Fe es muy difícil de observar. Se caracteriza por falta de clorofila en las hojas más jóvenes tomando un color verde pálido, y hasta amarillento en sus hojas. Se restringe el crecimiento de la planta y sus hojas. La falta de hierro se hace presente en suelos calcáreos, de alto pH. El tratamiento con fertilizantes no es efectivo, a diferencia de la aplicación de Fe en forma de quelatos, pero esta es muy cara. Se recomienda la aplicación de fertilizantes foliares, pulverizando con una solución al 3% de sulfato ferroso amoniacal.
Zinc:
La deficiencia genera clorosis intervenal de las últimas hojas maduras. Cuando el pH del suelo sube la disponibilidad de Zn disminuye. El exceso de Zinc es muy raro.
Manganeso:
La deficiencia de Mn provoca una clorosis intervenal en las hojas jóvenes. Esta ocurre en suelos de elevado pH. Las aplicaciones foliares son las más económicas.
Cobre:
Se requiere una cantidad mínima a todos los otros elementos. La deficiencia ocurre en suelos orgánicos.
Boro:
Su deficiencia provoca un verde muy oscuro en las hojas y un crecimiento restringido en la planta. Afecta la semilla disminuyendo su calidad. Cuando el grano es tostado los dicotiledones toman un color marrón. El daño se lo llama “corazón hueco”. La deficiencia es común en suelos arenosos y ácidos, muy lavados. La falta de boro se elimina con la aplicación 0.5 kg/ha de B, nunca una dosis mayor.
Molibdeno:
La disponibilidad incrementa con el pH. La cantidad requerida es muy baja.
Cultivares
En la actualidad se disponen de dos subespecies y a su vez dos clases de cada uno.
- Virginia:
- Virginia: actualmente no se cultiva en nuestro país.
- Runner: se siembra en el 90% del área manicera.
- Español:
- Valencia: se siembra en un 10% del área.
- Español: se lo deja debajo de cultivar.
Descripción de los Cultivares
Blanco Manfredi 68 INTA (Español)
Planta de porte erecto, compacta, bien ramificada y de regular desarrollo. Los clavos son fuertes, lo que reduce la pérdida de vaina en la cosecha. Vainas de tamaño medio con dos granos medianos a grandes. El pericarpio presenta nervaduras visibles, que evita la adherencia de tierra. El tegumento de los granos es rosado pálido. 100 gramos pesan 42.43 gr y el contenido de materia grasa es del 45 al 47%. El ciclo de siembra a cosecha es de 130-140 días. Relación grano/cosecha 66-73.