El Sistema Nervioso: Impulso Nervioso, Sinapsis y Parkinson
Meninges
Son 3 membranas concéntricas de tejido conjuntivo que envuelven el sistema nervioso central y se prolongan para recubrir toda la médula espinal. De fuera adentro son:
- Duramadre: Tiene dos capas: externa o periostio (en contacto con el hueso) e interna o meníngea. Espacio subdural.
- Aracnoides: Penetra en la cisura interhemisférica y presenta una serie de prolongaciones que sirven de conductos de absorción de LCR al sistema venoso.
- Piamadre: Se adhiere al encéfalo y a la médula espinal. Penetra en los surcos y circunvoluciones formando la capa vascular que nutre al tejido nervioso mediante los plexos coroideos.
Los espacios son importantes pues pueden acumular líquidos en circunstancias traumáticas y/o patológicas (hematomas subdurales y hemorragias subaracnoideas).
La Transmisión del Impulso Nervioso: La Sinapsis
La llegada del estímulo a los receptores genera un impulso eléctrico que, al alterar la carga de la membrana, produce una despolarización. En reposo, en la membrana neuronal predomina la carga positiva en el exterior y la negativa en el interior, pero al despolarizarse se genera una microcorriente eléctrica al abrirse los canales que permiten el intercambio de cargas eléctricas a ambos lados de la membrana. Esta despolarización se propaga como una onda por la membrana de la dendrita o el axón.
Las sinapsis son estructuras muy pequeñas; cualquier neurona puede presentar miles de contactos con las células cercanas. En cada sinapsis, el impulso nervioso se transmite en una única dirección y participan las siguientes partes:
- Membrana presináptica: Es la membrana anterior a la sinapsis y pertenece al axón de la primera neurona.
- Membrana postsináptica: Es la posterior a la sinapsis y pertenece a la dendrita o al cuerpo de la segunda neurona.
- Espacio, surco o hendidura sináptica: Es el espacio virtual que existe entre ambas membranas.
En la comunicación que tiene lugar en las estructuras sinápticas, hay varias fases:
- El impulso nervioso llega al botón terminal del axón presináptico que contiene mitocondrias y vesículas cargadas con neurotransmisores (sustancias químicas: acetilcolina, dopamina, serotonina…).
- La membrana presináptica se estimula y libera acetilcolina al surco sináptico.
- Los neurotransmisores estimulan a la dendrita o al cuerpo celular de la neurona postsináptica provocando movimientos e intercambios en los iones celulares con dos consecuencias o potenciales:
- De excitación: El impulso se transmite a la neurona siguiente.
- Inhibitorio: La señal queda bloqueada. Gracias a ello, el Sistema Nervioso discrimina la información y evita la sobreestimulación neuronal o sobrecarga de estímulos que podría resultar en graves descargas incontrolables generalizadas.
Transmisión del Impulso Nervioso y Contracción del Músculo Esquelético
El axón se invagina sobre la fibra muscular. El conjunto formado por fibra nerviosa (membrana presináptica), hendidura sináptica y fibra muscular (membrana postsináptica) constituye la unión neuromuscular o placa motora.
La acetilcolina se dirige a través del espacio sináptico hacia la fibra muscular donde es distribuida por la acetilcolinesterasa (enzima) haciendo que el impulso nervioso llegue hasta la membrana muscular y se inicie la contracción. El breve tiempo que la acetilcolina está en contacto con la membrana muscular antes de ser distribuida basta para excitar dicha fibra y poner en marcha la contracción.
El impulso nervioso hace que los iones de calcio se muevan del líquido extracelular a la placa terminal, colaborando así en la liberación de la acetilcolina.
Enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es un proceso neurodegenerativo, crónico y progresivo del Sistema Nervioso Central que afecta a la sustancia negra de las neuronas del mesencéfalo. Se produce una alteración de la transmisión neuronal que controla el movimiento (contracción muscular) por la muerte de las células nerviosas productoras de dopamina en los ganglios basales.
Las causas no se conocen con exactitud, pero pueden tener un componente familiar y se asocia a infecciones virales o a elementos tóxicos. Suele aparecer en edades medias y avanzadas.
La enfermedad suele comenzar con un ligero temblor en una extremidad, sobre todo en reposo, que desaparece al usarla. Cuando la enfermedad avanza, afecta a todo el cuerpo y sus rasgos más importantes son:
- Temblor de reposo (constante en las manos como en forma de contar monedas y a veces hay sacudidas de la cabeza).
- Rigidez articular y muscular (hipotonía muscular).
- Lentitud de movimientos voluntarios corporales (bradicinesia).
- Inestabilidad postural y alteraciones de la talla.
- Inexpresividad facial sin parpadeos (rigidez e inmovilidad de los músculos cutáneos responsables) “cara de máscara”.
- Deambulación típica por la rigidez, debilidad y temblores musculares, con marcha rígida desequilibrada, pasos cortos con arrastre de pies sin acompañar por brazos y dificultad para detenerse o girar con riesgo de caída.
Realizar las actividades de la vida diaria se va haciendo gradualmente más difícil con el avance de la enfermedad y hasta fases muy avanzadas no se ve alterada la capacidad intelectual.