Anticuerpos

La estructura básica de un anticuerpo está formada por dos cadenas proteicas pesadas y dos livianas, unidas por puentes disulfuro. Se dividen en varias clases que se identifican según el tipo de cadena pesada en: IgG, IgM, IgA, IgD e IgE. La acción de enzimas proteolíticas sobre los anticuerpos permite obtener fragmentos que presentan actividades biológicas diferenciales. Los fragmentos obtenidos son:

Fragmentos de Anticuerpos

Fc

Corresponde al extremo C-terminal de las dos cadenas pesadas. Este fragmento está constituido por la región constante de la cadena pesada y es característica de cada clase de inmunoglobulinas. Es en esta región donde radican las funciones efectoras de la molécula como son la fijación del complemento, la interacción con los receptores celulares de monocitos y macrófagos, la interacción con la proteína A de S. aureus y G de Streptococcus sp., etc. La región Fc es característica de especie.

F(ab)2

Corresponde al extremo N-terminal de las dos cadenas pesadas y a las dos cadenas ligeras. Se obtiene por digestión con pepsina. Tiene reconocimiento divalente del epítopo.

F(ab)

Corresponde al extremo N-terminal de una cadena pesada y a una cadena ligera, unidas por puentes disulfuro. Se obtiene por digestión con papaína. Tiene reconocimiento monovalente del epítopo.

El uso de una u otra Ig en un procedimiento inmunocitoquímico está limitado por su poder de penetración en la muestra. Por ello las IgM son poco utilizadas, y el estándar es la IgG. Cuando se requieren anticuerpos de un menor tamaño se utilizan enzimas proteolíticos para aislar los fragmentos correspondientes que pueden conservar (F(ab)2) o no la capacidad divalente.

Principio de la Inmunohistoquímica

Es una técnica para identificar componentes celulares o de los tejidos basándose en el principio de las interacciones entre los antígenos y anticuerpos.

Antígenos y Anticuerpos

Antígenos

Una molécula que induce la formación de un anticuerpo y que tiene uno o más lugares donde un anticuerpo puede unirse a ella. Esas regiones de la molécula que tienen la capacidad de unirse al anticuerpo están formadas por secuencias de aminoácidos o carbohidratos y se conocen como epítopes.

Anticuerpos

Un tipo de proteína sérica que se conoce como inmunoglobulina.

Antígenos, Antigenicidad e Inmunogenicidad

Virtualmente toda molécula ajena a un determinado organismo se comporta frente a éste como un antígeno. Se pueden diferenciar dos características primordiales en un antígeno. Por una parte, la inmunogenicidad o capacidad que presenta una molécula para generar una respuesta inmune en un organismo dado y la antigenicidad o particularidad del antígeno que hace que éste sea reconocido por un determinado anticuerpo. Ambas propiedades pueden o no estar presentes en un determinado antígeno. Moléculas de pequeño tamaño (haptenos o péptidos) son poco inmunogénicas y por ello se asocian a proteínas transportadoras de alto peso molecular o ‘carriers’ para inducir una respuesta inmune adecuada.

Anticuerpos Policlonales, Monoclonales y Recombinantes

Cuando se inmuniza un animal con un antígeno y se provoca una respuesta inmune, aumenta notablemente en el suero del animal la cantidad de Ig específicas del antígeno empleado. Esto es la consecuencia de la selección clonal de los linfocitos B que producen anticuerpos contra el antígeno. Como hemos visto, un antígeno puede presentar diferentes epítopes, y cada uno de ellos ser reconocido por un clon de linfocitos B que producirá moléculas Ig con una secuencia característica. Por ello en el suero de un animal inmunizado se acumulan un número elevado de diferentes moléculas de Ig, específicas en mayor o menor medida de nuestro antígeno. Se trata de un suero producido por la acción de síntesis de numerosos clones de linfocitos B y por ello se ha denominado policlonal.

Los anticuerpos monoclonales se producen ‘in vitro’, y son la consecuencia de la actividad de síntesis de un único clon celular de linfocitos B que se ha aislado y se mantiene en cultivo en el laboratorio. El proceso de obtención de un anticuerpo monoclonal es complejo y se basa en la inmunización de un ratón Balbc.

Anticuerpos Recombinantes

En la actualidad existe la tecnología necesaria para la producción de anticuerpos en ausencia de inmunización del animal. Es la denominada tecnología de los anticuerpos recombinantes. Los recientes avances en la tecnología génica han facilitado en gran medida la manipulación genética, producción, identificación y conjugación de fragmentos de anticuerpos recombinantes, obteniéndose nuevos anticuerpos multivalentes y multiespecíficos.

Procesamiento en Portaobjetos y por Flotación ‘Free Floating’

La detección inmunohistoquímica de un antígeno se puede realizar bien sobre secciones o muestras unidas a un portaobjetos o sobre cortes en flotación (‘free floating’). El primer método se emplea para los tejidos incluidos en plástico o en parafina. Los cortes obtenidos mediante vibratomo, micrótomo de congelación y criostato se pueden procesar tanto sobre portaobjetos como por flotación. En el procesamiento sobre portaobjetos es necesario unir los cortes a la superficie del portaobjetos. Esto se consigue empleando bien portas previamente gelatinados, con poli-l-lisina o empleando portaobjetos con carga positiva. En el caso de los cortes adheridos al portaobjetos es importante tener cuidado con los tratamientos proteolíticos pues pueden facilitar el despegamiento de los cortes.

En el proceso de flotación los cortes se recogen y procesan en recipientes especialmente diseñados: cilindros abiertos por la base que se ha cubierto con una fina rejilla. El protocolo inmunocitoquímico es rápido y sencillo. En cada recipiente se pueden procesar de 50 a 100 secciones. Todas las incubaciones y lavados se hacen con agitación constante, en un agitador rotatorio u orbital. Este procedimiento asegura la máxima penetración y homogeneidad de tinción.

Preincubaciones

Una vez obtenidos los cortes y antes de iniciar las incubaciones con los anticuerpos se han de hacer diversas preincubaciones y lavados a fin de facilitar la penetración de los anticuerpos y disminuir el marcaje inespecífico. Generalmente todas las preincubaciones se realizan en tampón (fosfato o tris-HCl) o en solución salina tamponada. En el caso de que el proceso se realice sobre portaobjetos gelatinizados hay que calentarlos previamente entre 37 y 50ºC (dependiendo de la sensibilidad de los antígenos a la temperatura) durante 10 min.

Permeabilización del Tejido

Este paso se realiza para facilitar el acceso de los anticuerpos al interior del tejido. El método más común es el tratamiento con una solución de detergente (Tritón X-100, saponina o Tween 20) al 0.1 -1%. En ocasiones este tratamiento es suficiente para asegurar una fácil penetración de los anticuerpos. Sin embargo es conveniente hacer el resto de incubaciones y lavados con soluciones que contengan una concentración más baja de detergente (por ej. Tritón X-100 al 0.05-0.2%). La concentración de detergente se determina en cada caso y está muy relacionada con el tipo de fijación empleada. Si los cortes se han obtenido por congelación el pretratamiento con detergentes no es estrictamente necesario, especialmente si el grosor del corte no supera las 6-8 micras.

La utilización de detergentes en los procesos de inmunodetección de antígenos de membrana está contraindicada. Un método alternativo de permeabilización consiste en congelar y descongelar el tejido repetidamente. Es un método sencillo pero que destruye la estructura y es poco repetible. Un tercer método consiste en el tratamiento con proteasas. Normalmente los cortes se someten a la acción de la pepsina, tripsina o pronasa durante 15 a 30 min a 37ºC. La concentración del enzima varía según el proceso histológico utilizado (fijación, grosor de los cortes, etc.), del antígeno a detectar y del tipo de tejido. Normalmente se emplean en el rango 0.1 a 1 mg/mL. Es obvio que un tratamiento fuerte con proteasas puede afectar gravemente la conservación estructural del tejido. Frecuentemente también provoca que el corte se desenganche fácilmente del portaobjetos, ya que las proteasas también digieren la gelatina. La digestión con proteasas es muy recomendable en el caso de tejidos fijados con altas concentraciones de glutaraldehído.

Un cuarto método consiste en tratar los tejidos con una escala creciente de etanol (5 a 10 min en cada etanol) y finalmente sumergirlos en xilol. Este proceso permeabiliza extrayendo parte de los lípidos presentes en el tejido. Es muy eficaz y permite una conservación estructural óptima. No obstante no se puede emplear siempre ya que puede disminuir o eliminar la antigenicidad de algunos epítopos. Se emplea para incrementar la permeabilidad de cortes gruesos (>100 micras) y preparaciones enteras (‘whole mount’). Por último la fijación también puede facilitar la permeabilización, mediante el uso de tampones hipoosmóticos (0.04 M) o de soluciones de pH variados (método del doble pH). Los diferentes métodos de permeabilización no son excluyentes y existen protocolos en los que se emplean dos secuencialmente.

Bloqueo de Uniones Inespecíficas

El bloqueo de uniones inespecíficas tiene dos objetivos: 1) Bloquear los radicales aldehído libres que quedan después de la fijación y que pueden reaccionar con el anticuerpo primario. 2) Bloquear los lugares de unión inespecíficos del anticuerpo primario.

El primer objetivo se consigue saturando el tejido de moléculas de bajo peso molecular que reaccionan con radicales aldehído. Generalmente se emplea el borohidruro de sodio o el cloruro amónico (0.5 M). Para el segundo objetivo se han probado diferentes estrategias: saturación de los cortes con una concentración elevada (1-10%) de albúmina sérica bovina (BSA), de suero preinmune de la especie donadora del segundo anticuerpo o de otra especie diferente a la donadora del primario (5-10%), de suero bovino fetal (FCS) (5-10%) y con leche en polvo desnatada (Molico, Nestlé) (5 %).

Técnicas de Inmunohistoquímica

Técnica Directa

  • El anticuerpo está ligado directamente al marcador que detectará la presencia o no del antígeno para el cual está dirigido el anticuerpo.
  • Baja sensitividad.
  • Todavía la utilizamos para IF (Inmunofluorescencia).

Técnica Indirecta

  • Se utiliza un anticuerpo primario de otra especie diferente a la humana en contra del antígeno que estamos tratando de identificar (ratón o conejo).
  • Se utiliza un segundo anticuerpo (anticuerpo secundario) contra la especie de animal del cual está creado el anticuerpo primario y este tiene el visualizador.
  • Más sensitivo.

Saturación de Peroxidasas Endógenas

De este modo se bloquea la actividad peroxidasa de las células, salvo de las sanguíneas. Es por ello recomendable que en los procedimientos que empleen HRP como marcador los tejidos se obtengan mediante perfusión.

Composición del Medio de Incubación

El medio de incubación del anticuerpo primario puede ser tampón fosfato o tris-HCl (0.1-0.15 M, pH 7.0-7.6). Sin embargo conviene añadir una concentración 0.154 M (0.9%) de NaCl que reduce los enlaces inespecíficos producidos por fuerzas iónicas y hidrofílicas presentes en el tejido. Se puede emplear BSA (0.1-3%), FCS (5-10%), gelatina (0.1-0.2%) o suero preinmune (1-10%) que además de competir con el anticuerpo primario por los lugares inespecíficos de unión del tejido disminuye la adherencia del anticuerpo al vidrio o plástico empleado en las incubaciones sobre porta o en flotación. Además hay que añadir, salvo contraindicación expresa, cantidades moderadas de Tritón X-100 (0.1-0.3%) y de azida sódica (0.05-0.1%). El detergente reduce las uniones inespecíficas además de permeabilizar el tejido. La azida sódica retarda el crecimiento bacteriano y es necesaria en las incubaciones largas (> 6 h).

Interacción Antígeno Anticuerpo

Afinidad y Avidez

La interacción entre antígeno y anticuerpo se estabiliza mediante enlaces débiles, como puentes de hidrógeno, fuerzas de Van der Waals e interacciones electrostáticas e hidrofóbicas. La suma de todos estos enlaces genera una interacción estable entre el lugar de unión del anticuerpo (paratope) y el lugar de unión del antígeno (epítope). Estas fuerzas son inversamente proporcionales a una potencia de la distancia entre los grupos interactuantes, lo que implica que epítope y paratope deben presentar estructuras complementarias para obtener una energía de unión suficiente como para resistir la disrupción termodinámica. La suma de estas fuerzas de atracción y de repulsión se conoce como afinidad del anticuerpo.

Especificidad y Reacción Cruzada

La complementariedad existente entre epítope y paratope condiciona la relación específica entre antígeno y anticuerpo. Dicha complementariedad afecta tanto a una relación espacial entre los grupos químicos reaccionantes, a la relación complementaria de cargas netas como a la relación estérica entre las estructuras reaccionantes. La relación entre un antisuero o anticuerpo determinado y el antígeno que ha dado lugar a su producción se conoce como interacción específica. Cuando el antisuero da reacción positiva con otros antígenos, relacionados o no con el utilizado en la inmunización, se habla de reacción cruzada. Pueden establecerse interacciones de baja afinidad entre un anticuerpo y antígenos que presenten epítopos no relacionados. Así mismo determinados grupos químicos pueden generar interacciones no específicas entre éstos y el anticuerpo (determinados fijadores utilizados en inmunohistoquímica como el paraformaldehído y el glutaraldehído generan grupos amino libres altamente reactivos). Dichas interacciones se definen como inespecíficas (señal de fondo) y pueden soslayarse modificando las condiciones del ensayo. Así, un incremento en la fuerza iónica o la presencia de detergentes a bajas concentraciones sólo permiten el establecimiento de interacciones de alta afinidad. La utilización de agentes saturantes, por ej. soluciones de proteínas o aminoácidos pueden actuar como bloqueantes de grupos reactivos presentes en la preparación. En un sentido amplio la especificidad de un anticuerpo debe ser entendida como de “lugar específico” más que como de “antígeno específico”, así la existencia de estructuras (“lugares”) relacionadas en antígenos distintos pueden dar reacción positiva con anticuerpos no relacionados.