Ciudadanía, Nación y Estado: Evolución desde la Antigua Grecia hasta la Ilustración
El Concepto de Ciudadanía
La condición de ciudadano es un estatuto jurídico-político que implica el reconocimiento de ciertos derechos y libertades. Así pues, la ciudadanía, en el sentido jurídico del término, es el conjunto de relaciones entre un individuo y el estado al que pertenece. Tales relaciones están reguladas por el derecho positivo de un Estado en cuestión.
La Nación y el Estado
El término “nación” tiene dos acepciones:
- La nación cultural o étnica consiste en una comunidad humana asentada en cierto territorio y que se define por compartir ciertos rasgos culturales diferentes de los de otras comunidades vecinas. La nación cultural se define por lo que se denomina en ocasiones señales de identidad, como pueden ser una lengua propia o religión, diferente de la de los pueblos vecinos.
La ideología nacionalista se sustenta en los siguientes principios:
- Toda nación cultural posee identidad propia que se mantiene en el transcurso del tiempo.
- Toda nación cultural tiene un derecho natural a constituirse en nación política y a ejercer la soberanía sobre el territorio que ocupa desde tiempos inmemorables.
Mientras que una nación cultural no haya alcanzado la soberanía política vive dominada por una nación política, y esta situación es injusta.
El nacionalismo es una doctrina ideológica porque se basa en una afirmación falsa, como es la existencia de naciones culturales aisladas entre sí y dotadas de una identidad o esencia inalterable.
El Estado se corresponde con la segunda acepción del término nación. El Estado es una nación política, es decir, una comunidad que ocupa un territorio del cual se ha apropiado y que defiende por medio de la fuerza de las pretensiones expansionistas de otros Estados.
El Estado es un conjunto de instituciones políticas que tienen por objeto hacer cumplir las leyes y administrar diversas áreas o servicios de una sociedad. Estos servicios están a cargo del Estado en ocasiones, de modo que las instituciones que prestan estos servicios forman parte del Estado, como el ejército, la policía, el poder judicial, el parlamento, la sanidad pública, la educación pública, etc. El objetivo fundamental del Estado es ejercer la soberanía política sobre su territorio.
La soberanía implica que el poder ejecutivo tiene la capacidad de hacer cumplir las leyes del Estado en su territorio y defender las fronteras nacionales.
Las relaciones entre los miembros de una comunidad política y el poder ejecutivo pueden ser de dos tipos. Cuando la soberanía reside exclusivamente en el poder ejecutivo, los miembros de la comunidad serán considerados súbditos en la medida en que no tengan recursos legales para obligar al ejecutivo a que respete sus derechos. Por el contrario, cuando la soberanía reside en la nación, los miembros de la comunidad serán considerados ciudadanos, en la medida en que puedan participar en la aprobación de la constitución política de su Estado. La condición de ciudadano implica que la soberanía no reside en las manos de un monarca absoluto o de un tirano, sino que radica en el pueblo. Este es soberano en la medida en que puede ejercer sus derechos, así como controlar los excesos del poder ejecutivo.
La Ciudadanía en la Antigua Grecia: Aristóteles y el Estoicismo
Aristóteles
Aristóteles, en su tratado “Política”, define la condición de ciudadano en términos semejantes a la realidad política de las democracias griegas. En la Atenas democrática, el derecho a ciudadanía estaba reservado a los varones mayores de edad que descendían de ciudadanos libres atenienses. La libertad específica de la antigua Grecia es la llamada Libertad Positiva, que consiste en el derecho de participar personalmente en la deliberación política que se producía en las asambleas.
Aristóteles atribuía el derecho de ciudadanía solo a los ciudadanos libres que tenían una renta anual mínima, de modo que quedaban excluidos de tal derecho los que carecían de recursos. La comunidad política ideal tiene por objeto la vida buena y no sólo la subsistencia. Se trata de una comunidad moral cuyos miembros comparten las mismas apreciaciones sobre lo justo y lo injusto. El Estado debe promover que los ciudadanos sean virtuosos mediante la promulgación de leyes justas, dado que un buen hombre es un buen ciudadano. La comunidad política ideal para Aristóteles es una forma mixta de aristocracia y democracia. Dicha comunidad se sustenta sobre una amplia clase media constituida por propietarios agrícolas que tienen tiempo libre suficiente para participar en la deliberación política que tiene lugar en la asamblea.
La aristocracia se define no solo por la riqueza, sino ante todo por la virtud. Por lo tanto, los aristócratas son los más indicados para la dirección política de la comunidad. El bien común es el fin último de la comunidad política.
El Estoicismo
La Stoa (Escuela estoicista, fundada en Atenas por Zenón de Citio en el siglo IV a.C.) fue una corriente filosófica del periodo helenístico que ejerció honda influencia sobre las élites políticas e intelectuales romanas.
El estoicismo sostenía que todos los seres humanos son iguales en derechos en la medida en que todos tienen una razón que participa en el “logos” o razón universal que gobierna el cosmos. Los estoicos condenaban, por lo tanto, la esclavitud y las desigualdades jurídicas en general, porque todas ellas son artificiales, es decir, contrarias a la naturaleza humana. Por ello mismo, los estoicos afirmaban que las fronteras políticas son igualmente artificiales, dado que el sabio, al menos, es ciudadano del mundo o cosmopolita antes que griego, persa, cartaginés…
Los estoicos defendían una ética deontológica, cuyo principio fundamental es que la razón humana, que es el elemento rector del ser humano, debe gobernar las pasiones del cuerpo. La ética estoica es universalista y considera que existe un fundamento moral para el planteamiento político del estoicismo.
La Ciudadanía en la Ilustración: Jean-Jacques Rousseau y Kant
Jean-Jacques Rousseau
En su obra “Contrato social”, este filósofo ginebrino (Rousseau) sostiene que podemos utilizar una ficción histórica para explicar el origen de los primeros Estados. Los hombres se encontraban en un estado de naturaleza que se corresponde con lo que Rawls denomina Posición Original; en tal estado, los hombres tenían ya ciertos derechos naturales, así como un sentimiento innato de simpatía hacia el prójimo. El contrato social que aprobaron unánimemente no tenía como objetivo acabar con las disputas entre los hombres, como afirmaba Hobbes, sino tan solo garantizar el libre ejercicio de los derechos naturales. El contrato social dio origen a una sociedad política en la que todos los seres humanos conservaban sus derechos naturales. Las leyes que regían en ese Estado originario procedían de la Voluntad General, que es un ente metafísico que reúne a todos los miembros de una comunidad a condición de que sean justos y racionales. La voluntad general no es la voluntad de la mayoría, porque esta puede estar siempre corrompida, sino que es la fuente de leyes universales. Estas leyes garantizan la libertad de todos los miembros de la comunidad política y deben procurar basarse en dos principios: la libertad y la igualdad.
La libertad en todos los miembros de la comunidad asegura que el Estado sea suficientemente poderoso, porque de este modo podrá reclutar a todos los ciudadanos sin excepción.
Kant
Kant aceptaba el principio rousseauniano según el cual toda constitución procede de la voluntad general. Una constitución es justa si está constituida de acuerdo con los siguientes principios:
- El principio de la libertad de los miembros de una sociedad en cuanto a hombres.
- La dependencia de todos con respecto a una única legislación común, en cuanto a súbditos.
- La igualdad de todos los súbditos en cuanto ciudadanos.
Kant llama constitución republicana a aquella que deriva del contrato originario por medio del cual una masa se convierte en un pueblo. Todas las normas jurídicas de un pueblo deben fundarse en el contrato originario.
La condición de ciudadanía se define por el derecho de voto, que debe quedar reservado a los varones mayores de edad que tengan un nivel de renta mínimo. La constitución republicana es aquella que se basa en la división de los poderes del Estado. Cualquier otra modalidad de constitución es despótica porque atribuye la propiedad del Estado al soberano.