Clase Social, Educación y Desigualdad: Perspectivas Sociológicas
Clase Social y Éxito Educativo: Perpetuación de la Desigualdad
La relación entre la clase social de origen y el éxito educativo es clave para entender cómo las desigualdades sociales se perpetúan. Según Bourdieu y Passeron, las familias de clases altas transmiten un capital cultural que coincide con las expectativas del sistema educativo. Este capital (hábitos, lenguaje y formas de pensar) favorece que los estudiantes de clases altas destaquen académicamente, mientras que los de clases bajas enfrentan mayores dificultades. Además, el sistema educativo enseña un “arbitrio cultural” que refuerza los valores de las clases dominantes, perpetuando su ventaja.
Por otro lado, la teoría de la correspondencia de Bowles y Gintis, desde una perspectiva marxista, señala que la escuela reproduce las desigualdades del sistema capitalista. Las escuelas preparan a los estudiantes de clases trabajadoras para roles subordinados, mientras que los de clases altas acceden a posiciones de poder. Esto refleja la estructura jerárquica del mercado laboral.
El funcionalismo, aunque defiende la meritocracia, reconoce que el origen familiar afecta el acceso a recursos como educación de calidad y apoyo académico. Las familias de clases altas fomentan aspiraciones elevadas y socializan a sus hijos con hábitos que facilitan el éxito escolar, como la disciplina y la organización.
En conclusión, la clase social de origen influye directamente en el éxito educativo, ya que los recursos y valores familiares condicionan las oportunidades de aprendizaje. Aunque la educación debería promover la igualdad, actúa como un mecanismo que perpetúa las desigualdades sociales.
Evolución Histórica del Sistema Educativo
El sistema de enseñanza ha sido una construcción histórica y social que ha evolucionado a lo largo del tiempo.
Sistema Escolástico y Antiguo Régimen
Surge con la Universidad medieval, vinculada al modo de producción capitalista. Su función era reproducir la ideología dominante, legitimando el orden feudal a través de una red de escuelas limitada y orientada a una minoría selecta, principalmente la nobleza. Hasta el siglo XVIII, la alfabetización era mínima, con solo un 5% de la población española sabiendo leer y escribir.
Sistema Liberal
Con la industrialización, el sistema educativo se adapta para socializar a la fuerza laboral. La Ley Moyano (1857) estructuró la educación en dos niveles: primaria obligatoria (para los más pobres, pero con muchas limitaciones) y secundaria (minoritaria y clasista). El modelo segregaba físicamente a los alumnos y mostraba un gran desinterés del Estado, reflejado en altas tasas de desescolarización hasta el siglo XX.
Sistema Tecnocrático
Durante los años 50-60, con la llegada de los tecnócratas y el desarrollismo, la educación se expandió como herramienta de crecimiento económico, promoviendo la meritocracia. La Ley General de Educación de 1970 unificó la educación básica (6-14 años), el bachillerato y la formación profesional, integrando también el preescolar.
Modelo Socialdemócrata
Surge en Europa para combatir la desigualdad social en el acceso a la educación. Este modelo promovía la escuela inclusiva o comprensiva, con contenido común y un retraso en la selección de los alumnos según ramas educativas. La LOGSE (1990) adoptó este enfoque en España, estableciendo la primaria (6-12 años) y la ESO (12-16 años), seguida de ciclos formativos o bachillerato.
En síntesis, el sistema educativo ha pasado de ser un privilegio para las élites a una herramienta de inclusión social, aunque enfrentando críticas y limitaciones en cada etapa de su desarrollo.
Teorías sobre la Estratificación Social
Las teorías sobre la estratificación social explican la desigualdad desde diferentes perspectivas:
Funcionalismo
El funcionalismo considera la desigualdad social como algo necesario para el funcionamiento de la sociedad. Cada ocupación tiene un nivel de preparación y habilidad requerido, y las más importantes o difíciles reciben mayores recompensas (renta y prestigio) para motivar a las personas a desempeñarlas. Este sistema se basa en la meritocracia, donde el mérito personal determina la posición social.
Sin embargo, se critica que no es posible medir objetivamente la importancia de cada ocupación, aunque el sistema de recompensas explica en parte las desigualdades.
Teoría Marxista
Marx ve la estratificación como una forma de explotación que beneficia a una clase a costa de otra. En el capitalismo, la sociedad se divide entre los propietarios de los medios de producción (burguesía) y los trabajadores (proletariado). Estas diferencias en riqueza y poder generan un conflicto de clases que, según Marx, debería llevar a una revolución para abolir el capitalismo.
La sociedad capitalista reproduce la estructura de clases, ya que las riquezas y oportunidades se heredan, y las escuelas exclusivas refuerzan la posición de las élites. Sin embargo, se critica que esta revolución no ha ocurrido, lo que sugiere que la teoría necesita ajustes.
Teoría Weberiana
Weber amplía la visión de Marx al considerar la estratificación como un fenómeno multidimensional, que no depende solo de la economía. Propone tres dimensiones:
- Clase: posición económica.
- Estatus: prestigio social.
- Poder: capacidad de influencia política.
Un individuo puede tener privilegios en una dimensión y desventajas en otra, lo que genera una mayor complejidad en la estratificación social.
En resumen, mientras el funcionalismo justifica la desigualdad por su utilidad, Marx la ve como un sistema de explotación, y Weber aporta una visión más compleja que incluye dimensiones sociales y políticas.