En su obra sobre la división del trabajo social, Émile Durkheim propone examinar desde un punto de vista sociológico el problema de la división del trabajo y aborda el tema de la solidaridad, entendida como los lazos o vínculos que unen a las personas dentro de una sociedad. Estos lazos pueden ser valores, normas, costumbres, ideas o formas de pensar. Durkheim establece una comparación entre dos tipos opuestos de sociedad: la sociedad tradicional y la sociedad moderna.

Sociedad Tradicional (Antigua o Primitiva)

En la sociedad tradicional, la división del trabajo es escasa, ya que la población es poco numerosa y puede sobrevivir realizando el mismo tipo de tareas. Esta sociedad no está formada por un conjunto de personas que realizan actividades distintas, sino por familias o grupos similares que desarrollan la misma labor. Dado que el grupo está constituido por unidades o segmentos iguales, Durkheim la denomina “segmentada”.

En esta sociedad rige el principio de similitud, lo que significa que los individuos actúan sin cuestionar ni pensar, movidos por lo que el colectivo hace. No pueden apartarse de las normas establecidas, ya que serían mal vistos y podrían ser rechazados. El vínculo que une a estos integrantes constituye un tipo de sociedad llamado solidaridad mecánica, en la que las tradiciones y la moral compartida constituyen el lazo que mantiene unida a la sociedad y genera identidad colectiva. Como consecuencia, las personas se vinculan de forma casi automática debido a la escasa diferenciación entre ellas.

Características de la Solidaridad Mecánica

  • Predominio de la conciencia colectiva sobre la individual.
  • La conciencia colectiva dicta cómo deben actuar los individuos.
  • Fuerte presión social para conformarse a las normas colectivas.
  • El derecho represivo castiga severamente a quienes se desvían de las normas.
  • La sociedad es homogénea, con poca o ninguna diferenciación entre sus miembros.

Sociedad Moderna (Avanzada)

Según Durkheim, el cambio social hacia la sociedad moderna se produce debido al aumento de la población. Este crecimiento demográfico se debe a que las personas viven más años gracias a los avances tecnológicos. Los individuos comienzan a pensar de manera diferente y, al haber más gente, pueden pasar desapercibidos, lo que reduce la opresión social y da lugar a la conciencia individual. El aumento de la población lleva a la necesidad de cubrir más necesidades, lo que incrementa la producción y la división del trabajo. Surgen más trabajos y hay más libertad para que todos trabajen. Como resultado de que cada uno realiza tareas distintas, comienza a darse una interdependencia entre todos los miembros del grupo, que deja de ser segmentado y presenta una determinada “organización”. El principio que rige este tipo de sociedad es la diferencia, y el vínculo que une a sus integrantes constituye la solidaridad orgánica. La industrialización trajo consigo la división del trabajo social y la especialización de tareas, de manera que el principio ordenador pasó a ser la diferencia y las personas comenzaron a vincularse desde la necesidad mutua.

El Suicidio como Hecho Social

Según Durkheim, el suicidio es un hecho social y no debe ser visto únicamente como un hecho psicológico. Las características del hecho social en el suicidio son que es colectivo, coercitivo y exterior. Durkheim no descarta que existan otros fenómenos de suicidio que no sean hechos sociales, pero se centra en estudiar aquellos que sí lo son.

Tipos de Conducta Suicida

  • Inmediata: Ocurre en el momento.
  • Mediata: Ocurre a largo plazo.

Toda muerte es una conducta humana. Las conductas mediatas e inmediatas pueden ser positivas o negativas. Los actos son negativos cuando no se hace nada para evitar la muerte, y son positivos cuando se realiza el acto para suicidarse. No hacer nada es una acción negativa, y es positiva cuando se busca activamente la muerte.