Émile Durkheim: Sociología, Hechos Sociales y el Estudio del Suicidio
Émile Durkheim: Un Pionero de la Sociología Moderna
Los escritos del autor francés Émile Durkheim han tenido una influencia duradera en la sociología moderna, incluso mayor que la de Auguste Comte. Durkheim consideraba que la mayor parte de los trabajos de Comte eran demasiado especulativos y vagos, y que no había logrado darle a la sociología una base científica.
Según Durkheim, la sociología era una ciencia nueva que podía utilizarse para dilucidar las tradicionales preguntas filosóficas mediante análisis de tipo empírico. En similitud con Comte, Durkheim creía que debíamos estudiar la vida social con la misma objetividad con que los científicos se ocupan de la naturaleza.
El primer principio de la sociología para Durkheim era el famoso: ¡estudia los hechos sociales como si fueran cosas!
Temas Clave en la Obra de Durkheim
Los escritos de Durkheim cubrieron un amplio espectro de temas. Tres de los principales que abordó fueron:
- La importancia de la sociología como ciencia empírica.
- El ascenso del individuo y la formación de un nuevo orden social.
- Las fuentes y naturaleza de la autoridad moral de la sociedad.
Al analizar la religión, la desviación y la delincuencia, y el trabajo y la vida económica, nos encontramos de nuevo las ideas de Durkheim.
Los Hechos Sociales
Según Émile, la preocupación principal intelectual de la sociología es el estudio de los hechos sociales. Los sociólogos tienen que analizar hechos sociales: aspectos de la vida social, como la situación de la economía o la influencia de la religión, que conforman nuestras acciones como individuos. Durkheim pensaba que las sociedades tienen su propia realidad, es decir, que la sociedad no se compone sólo de las acciones e intereses de cada uno de sus miembros.
Según este autor, los hechos sociales son formas de actuar, pensar o sentir externas a los individuos y tienen una realidad propia al margen de sus vidas y percepciones de sus integrantes. Los hechos sociales también se distinguen por su capacidad para ejercer un poder coactivo sobre los individuos. De acuerdo con Durkheim, es frecuente que la gente no haga más que seguir las pautas habituales en su sociedad. Los hechos sociales pueden condicionar la actuación humana de diferentes maneras, que van desde un rotundo castigo hasta el rechazo social.
Durkheim aceptaba que los hechos sociales son difíciles de estudiar puesto que son invisibles e intangibles, no pueden observarse directamente. En lugar de ello, sus propiedades han de ponerse de manifiesto indirectamente mediante el análisis de sus efectos o analizando los intentos que se han hecho para expresarlas, como son las leyes, los textos religiosos o las normas de conducta escritas. Al estudiar los hechos sociales, Durkheim subrayaba lo importante que era abandonar los prejuicios y la ideología. Una actitud científica exige una mente abierta a las evidencias sensoriales, y libre de ideas preconcebidas procedentes del exterior.
Solidaridad Social
Durkheim sostenía que sólo se podían generar conceptos científicos mediante prácticas científicas. Tenía un especial interés en la solidaridad de tipo social y moral, es decir, la que mantiene unida a la sociedad y evita que se precipite el caos. La solidaridad se mantiene cuando los individuos consiguen integrarse en grupos y se rigen por un conjunto de valores y costumbres compartidos.
En su primera gran obra, ‘LA DIVISIÓN DEL TRABAJO SOCIAL’, Durkheim presentó un análisis del cambio social que propugnaba que el advenimiento de la era industrial comportaba la aparición de un nuevo tipo de solidaridad. Al plantear este argumento, Durkheim proponía dos clases de solidaridad – la mecánica y la orgánica -, relacionándolas con la división del trabajo, el desarrollo de la diferenciación entre diversas ocupaciones.
Solidaridad Mecánica
Según Durkheim, las culturas tradicionales en las que se da una reducida división del trabajo se caracterizan por una solidaridad mecánica. Como la mayoría de los miembros de la sociedad realizan ocupaciones similares, les unen las experiencias comunes y las creencias compartidas. La fuerza de estas creencias tienen un carácter represivo: la comunidad castiga inmediatamente a cualquiera que cuestione las formas de vida convencionales. Queda poco espacio para el disentimiento individual. Por lo tanto, la solidaridad mecánica se basa en el consenso y en la similitud de creencias. Sin embargo, las fuerzas de la industrialización y de la urbanización han producido una creciente división del trabajo que ha contribuido a la quiebra de este tipo de solidaridad.
Solidaridad Orgánica
Para Durkheim, la especialización de las tareas y la creciente diferenciación social en las sociedades avanzadas iban a producir un nuevo orden en el que había una solidaridad orgánica. A las sociedades que se caracterizan por este tipo de sociedad las mantiene unidas la interdependencia económica de las personas y el reconocimiento de la importancia de las aportaciones ajenas. A medida que se expande la división del trabajo, la gente depende cada vez más de los demás. Las relaciones de reciprocidad económica y de dependencia mutua llegan a sustituir a las creencias compartidas como fundamento del consenso social.
Sin embargo, los procesos de cambio que ocurren en el mundo contemporáneo son tan rápidos e intensos que dan lugar a dificultades aún mayores. Durkheim vinculaba estas condiciones a la anomia, la sensación de falta de sentido o de desesperación que provocaba la vida social moderna.
El Estudio del Suicidio de Durkheim
Según Durkheim, el suicidio era un hecho social que sólo podía explicarse mediante otros hechos sociales. El suicidio no era sólo la suma de una serie de actos individuales, era un fenómeno en el que aparecían ciertas pautas. Descubrió que había más suicidios entre hombres, más entre protestantes que entre católicos, más entre ricos que entre pobres, y más entre personas solteras que entre casadas. Émile también percibió que los índices de suicidio solían ser menores en tiempo de guerra y mayores en las épocas de cambio económico y de inestabilidad.
Durkheim llegó a la conclusión de que hay fuerzas sociales fuera del individuo que influyen en el número de suicidios. Relacionó su explicación con la idea de solidaridad social y con dos tipos de vínculos sociales: la integración social y la regulación social. Durkheim creía que era menos probable que se quitaran la vida las personas que estaban muy integradas en grupos sociales y cuyos deseos y aspiraciones se hallaban regulados por normas sociales.
El estudio de Durkheim mostraba que un acto tan personal como el suicidio se ve influido por un mundo social.
El escaso número de suicidios entre católicos podría explicarse a partir de la fuerza de su comunidad social, mientras que la libertad personal y moral de los protestantes conlleva que `estén solos´ ante Dios. El matrimonio protege del suicidio al integrar al individuo en una relación social estable, mientras que las personas solteras siguen estando más aisladas dentro de la sociedad. Según Durkheim, el menor número de víctimas de suicidios en tiempos de guerra puede interpretarse como un signo de la mayor integración social.
Tipos de Suicidio
- Suicidio Anómico: Se produce por falta de regulación social. Durkheim se refería a las condiciones sociales de la anomia, situación en la que las personas se quedan `sin normas´ debido a un rápido cambio en la sociedad o a la inestabilidad de éste. La pérdida de un punto fijo de referencia para las normas o deseos – como la que se da en época de convulsiones económicas o de conflictos íntimos como un individuo-.
- Suicidio Altruista: Tiene lugar cuando un individuo está `demasiado integrado´ – los vínculos sociales son demasiado fuertes – y valora más la sociedad que a sí mismo. En este caso, el suicidio se convierte en un sacrificio que se realiza en beneficio de un `bien superior´.
- Suicidio Fatalista: Durkheim lo consideraba de poca importancia en su época, creía que se origina cuando un individuo está excesivamente regulado por la sociedad. La opresión del individuo produce un sentimiento de impotencia ante el destino o la sociedad.
Los índices de suicidios varían de una sociedad a otra, pero a lo largo del tiempo presentan pautas regulares dentro de cada una de ellas.