La División del Trabajo y el Estado según Émile Durkheim: Cohesión Social y Funciones Estatales

En su tesis doctoral, Émile Durkheim aborda la relación entre la personalidad individual y la solidaridad social. Se pregunta cómo es posible que, a medida que el individuo se vuelve más autónomo, también dependa más estrechamente de la sociedad. Su hipótesis central es que, mientras que las sociedades primitivas se mantienen unidas por la semejanza de sus miembros y una fuerte conciencia colectiva, en las sociedades contemporáneas, la división del trabajo es la principal fuente de solidaridad social.

La Génesis del Estado y la Solidaridad Social

Durkheim postula que el Estado nace de la sociedad y expresa su grado de solidaridad. Argumenta la anterioridad histórica de la solidaridad social respecto del Estado. En su análisis de la génesis de la pena, señala que originalmente era la asamblea del pueblo la que ejercía la función de tribunal. El crimen ofendía los estados fuertes y definidos de la conciencia colectiva, y la reacción se efectuaba con unidad, aunque la pena no estuviera predeterminada. El Estado, en este contexto, sirve para mantener la conciencia colectiva.

Con el tiempo, la asamblea se encarna en un jefe, quien se convierte en el órgano de la reacción penal. La naturaleza de los sentimientos colectivos es la que da cuenta de la pena y, por consiguiente, del crimen. El Estado, entonces, expresa la vida social.

Tipos de Sociedad y Relaciones Estado-Individuo

Durkheim distingue dos tipos principales de sociedad:

  • Sociedades con Solidaridad Mecánica: Se mantienen cohesionadas por la semejanza de sus miembros. La estructura social es un sistema de segmentos homogéneos.
  • Sociedades con Solidaridad Orgánica: Basan su integración en la división social del trabajo. La sociedad es un sistema de funciones diferentes y especiales, donde los individuos dependen unos de otros.

A partir de esta distinción, identifica dos tipos de relación entre el Estado y los individuos:

  1. Relación Despótica o Absolutista: Característica de las sociedades primitivas o antiguas con un poder centralizado. La solidaridad social no liga directamente al individuo con el grupo, sino con quien lo representa.
  2. Relación Orgánica o Funcional: Predomina la solidaridad orgánica, y la relación entre el Estado y los individuos se basa en la interdependencia y la especialización de funciones.

Solidaridad Mecánica

Se caracteriza por pueblos sometidos a un poder absoluto, donde la solidaridad social no vincula al individuo directamente con el grupo, sino con la figura que encarna su imagen.

Solidaridad Orgánica

Está constituida por órganos distintos, cada uno con una función específica. Estos órganos se encuentran coordinados y subordinados entre sí, reflejando la interdependencia de la división del trabajo.

El Derecho como Símbolo de la Solidaridad Social

Durkheim considera que la solidaridad es un fenómeno moral que escapa a la observación directa. Por lo tanto, propone que el “hecho interno” de la solidaridad se sustituya por un “hecho externo” que lo simbolice: el derecho. Las formas de la solidaridad social se expresan en el derecho, que es un aspecto constitutivo del Estado.

En las sociedades con solidaridad mecánica, predomina el derecho represivo, que castiga las ofensas a la conciencia colectiva. Con el desarrollo histórico, la solidaridad orgánica y el derecho restitutivo ganan importancia. Este último busca restablecer las relaciones perturbadas (derecho civil, administrativo, mercantil, constitucional).

El derecho expresa la vida social porque surge de ella. Durkheim afirma que la vida social, donde existe de manera permanente, tiende a tomar una forma definida y a organizarse, y el derecho es precisamente esa organización.

La Función del Estado y la Conciencia Colectiva

Durkheim identifica tres observaciones clave sobre la función del Estado:

  1. El Estado clarifica la conciencia colectiva difusa, poniendo en claro sentimientos sociales que, en sí mismos, son oscuros.
  2. El Estado puede suprimir una “fuerza antagónica” incluso si la sociedad no percibe su peligrosidad.
  3. La autonomía del Estado se relaciona directamente con el estado de la conciencia colectiva: a mayor poder de la conciencia colectiva, mayor autonomía del Estado.

Es importante destacar que Durkheim no entiende la autonomía del Estado como la subordinación a otras instancias sociales (grupos económicos, religiosos, etc.). Además, los Estados con gran autonomía se superponen con aquellos definidos como despóticos, característicos de las sociedades menos desarrolladas. Por lo tanto, el “progreso social” implica no solo un mayor respeto por la libertad individual, sino también una menor autonomía jurídica del Estado.

Estado y Economía: La Regulación sin Intervención Directa

Durkheim sostiene que el Estado debe regular, controlar y moderar la vida económica, pero no debe asumir funciones económicas directas (producción, planificación, reformas redistributivas). Las reformas estatales que buscan redistribuir la riqueza alteran el funcionamiento “natural” de los mecanismos sociales y no logran mitigar las desigualdades.

Argumenta que, en condiciones de absoluta espontaneidad (sin coacción), las desigualdades sociales reflejan “desigualdades naturales”. El Estado no debe alterar este orden social natural.

Formas Anormales de la División del Trabajo

Durkheim identifica dos formas anormales en las que la división del trabajo no produce solidaridad:

  • División Anómica del Trabajo: La especialización creciente relega a los individuos a empleos aislados y sin sentido, perdiendo de vista la tarea común. La división del trabajo se convierte en fuente de desintegración.
  • División Forzada o Coactiva: Se impone a los individuos sin considerar sus aptitudes y capacidades, generando desigualdad y falta de cohesión.

Con la diversidad de funciones y la consiguiente diversidad moral, los sentimientos colectivos se debilitan y las tendencias centrífugas, engendradas por la división del trabajo, aumentan.