La Buena Fe Contractual: Fundamentos, Interpretación y Aplicación en el Derecho Peruano
La Cláusula Normativa General de Buena Fe Contractual
1. Premisas
La buena fe ha sido un concepto ampliamente explorado por diversos autores a lo largo de la historia, desde el drama histórico de Johann Wolfgang Goethe hasta las reflexiones de Cervantes, Nietzsche, Montaigne y Borges, abordándola desde diversas perspectivas. Para Goethe, la buena fe se ve frustrada por la decepción en la fidelidad y lealtad de otros. En contraste, Cervantes la presenta como la base de la amistad entre Sancho y su asno, reflejando un vínculo sólido y confiable. ¿Qué es la buena fe? La buena fe es un principio fundamental en el ámbito jurídico que implica comportarse sin malicia y con transparencia en las relaciones. Se aplica en diversas áreas legales y en la interacción entre las partes, desde la negociación hasta la justicia, siendo esencial en la sociedad.
2. Perspectiva Filosófica y Sociológica
Enfoque Filosófico: La buena fe es vista como un ideal ético por algunos filósofos como Cicerón, Rousseau y Kant, mientras que otros como Nietzsche, Sartre y Cioran la consideran inalcanzable, siendo la mala fe inherente al ser humano.
Perspectiva Sociológica: Se destaca la necesidad de tipificar las manifestaciones de buena o mala fe en la legislación, pero su aplicación efectiva se ve limitada por el incivismo y la transgresión sistemática en la sociedad.
Ámbito Jurídico: La buena fe se ha vuelto fundamental en el derecho, especialmente en la justicia contractual, considerándose de orden público y buscando orientar las conductas de las personas. La imposición legal de la buena fe no es suficiente; se necesita un cambio cultural y mayor conciencia sobre su importancia.
3. Los Significados de la Buena Fe en el Código Civil Peruano
El concepto de “buena fe” en el Código Civil tiene tres significados principales: garantiza que las acciones no perjudiquen injustamente a otros, implica comportarse de manera leal, honesta y transparente, y sirve como criterio para interpretar los negocios jurídicos. En la interpretación según la buena fe, el juez debe ser objetivo, no imponer su perspectiva ética y dar sentido al acuerdo según lo acordado por las partes.
Las “merger clauses” son declaraciones en contratos que indican que el documento refleja todo el acuerdo, excluyendo lo no documentado. Las partes deben interpretar sus acuerdos de buena fe, pero el juez no debe modificar los términos del contrato, sino determinar cómo se aplica la buena fe según lo acordado.
4. Problemática de las Cláusulas Normativas Generales
La “buena fe” es una cláusula clave en el Código Civil y otros sistemas legales, permitiendo adaptar la ley a distintas situaciones, aunque su interpretación a veces necesita intervención judicial para casos específicos. Estos conceptos, incluyendo “orden público”, “buenas costumbres”, “interés social” y “conflicto de intereses”, brindan flexibilidad en la aplicación de la ley para abarcar diversas situaciones. Las cláusulas normativas generales, como la buena fe, pueden ser malinterpretadas o mal utilizadas por los tribunales, e incluso por agendas políticas. Para ser efectivas, los jueces deben estar preparados y supervisados. En ausencia de estas condiciones, es preferible una legislación detallada para evitar interpretaciones arbitrarias. Aunque la buena fe es fundamental en los contratos, su aplicación efectiva requiere medidas correctivas específicas para garantizar relaciones justas.
- La cláusula de buena fe contractual es crucial en el Código Civil y otros sistemas legales, permitiendo adaptar la ley a diferentes situaciones, pero su interpretación puede generar incertidumbre y su valor práctico es limitado en nuestra legislación debido a la falta de especificación de los remedios legales asociados.
- Negociar los contratos de buena fe implica actuar con lealtad y transparencia hacia los demás tratantes, sin engaños sobre la exclusividad de la negociación, ya que la falta de exclusividad puede constituir una infracción de la buena fe.
- En la celebración de contratos, la buena fe excluye aquellos celebrados en contra de ella, como los que afectan derechos de terceros o son resultado de corrupción, y requiere una lectura diferente en modalidades modernas de contratación.
- Ejecutar los contratos de buena fe implica llevar a cabo las prestaciones comprometidas con lealtad, honestidad y rectitud, y su violación puede canalizar la tutela resarcitoria. Por ejemplo, el despido injustificado en el ámbito laboral puede lesionar la buena fe.
La legislación peruana prohíbe el uso abusivo de un derecho, pero históricamente ha tenido dificultades para aplicar esta prohibición con remedios concretos. Además, el deber de comportamiento coherente, que busca evitar acciones contradictorias con lo afirmado previamente, ha sido más un concepto teórico que una práctica efectiva en los tribunales peruanos. La buena fe también se utiliza para justificar la renegociación y adaptación de contratos en caso de cambios imprevistos, pero en Perú, esto se ve más como una cuestión de interpretación contractual que como un deber explícito de buena fe. Por otro lado, se emplea la buena fe para modificar los términos y condiciones de los contratos ante eventos no previstos, evitando así el abuso de la norma de buena fe para evadir responsabilidades. Los deberes de protección, derivados de la buena fe, se han convertido en obligaciones legales en ámbitos como la protección de los derechos de los usuarios de servicios de salud y seguridad laboral. Finalmente, en la responsabilidad poscontractual, ciertas obligaciones pueden persistir después de la terminación del contrato, y su incumplimiento puede dar lugar a acciones legales basadas en la buena fe.
6. La Común Intención de las Partes
El artículo comentado establece que los contratos se basan en la buena fe y la común intención de las partes.
Este concepto de “común intención” se originó en el Código Civil francés de 1804 y refleja un principio de interpretación de contratos propuesto por Pothier.
En Francia, este enfoque se consideraba derivado del derecho natural y la autonomía de la voluntad.
Sin embargo, los jueces franceses solían rechazar interpretaciones basadas en la buena fe o la equidad, centrándose únicamente en la intención explícita de las partes.
El Código Civil peruano de 1936 mantuvo la idea de la buena fe y la común intención de las partes como principios rectores de los contratos.
Sin embargo, la legislación actual en Perú no ha desarrollado completamente este concepto como criterio hermenéutico.
En legislaciones como la italiana, se reconoce la importancia de la común intención y se exige al intérprete que vaya más allá del sentido literal de las palabras.
En el sistema judicial peruano, los contratos deben regirse por la buena fe y la común intención, según el artículo 1362 del Código Civil.
Aunque la jurisprudencia peruana ha destacado la importancia de estos principios, no ha establecido pautas claras para su aplicación como criterio hermenéutico.
¿Cómo influye la doctrina de los actos propios en la interpretación de la buena fe contractual en el derecho peruano?
Respuesta: La doctrina de los actos propios, importada de la práctica estadounidense del estoppel, se relaciona estrechamente con la buena fe contractual en el derecho peruano. Esta doctrina establece que una persona no puede ir en contra de sus propios actos anteriores si estos han generado una expectativa razonable en otra parte. En el contexto contractual, esto significa que una parte no puede actuar de manera contradictoria con lo que ha hecho o dicho anteriormente si ello perjudica a la otra parte. La doctrina de los actos propios refuerza el principio de buena fe al requerir coherencia y lealtad en las acciones de las partes, evitando comportamientos oportunistas o abusivos.