Bienestar Financiero

El bienestar financiero es tener las finanzas bajo control, es decir, cuando una persona consigue una gestión idónea de sus ingresos y gastos que le permita atender imprevistos y alcanzar sus objetivos vitales. Para ello es importante:

  • Tener un control de ingresos y gastos a través de la elaboración de un presupuesto.
  • Reducir la incertidumbre disponiendo de dinero ahorrado y de rápido acceso (fondo de emergencias) si surge un imprevisto. Otra opción complementaria sería contratar un seguro.
  • Tener control del endeudamiento.
  • Buscar rentabilidad para nuestros ahorros a través de inversiones, teniendo en cuenta que a mayor rentabilidad esperada mayor riesgo se asume.

El Presupuesto Personal

Un presupuesto personal o familiar es una herramienta de planificación financiera cuya finalidad es detallar los ingresos y gastos previstos para un período de tiempo y que nos permite ir comprobando si estamos gestionando bien nuestra economía con el fin de alcanzar nuestro bienestar financiero. Para que la elaboración de un presupuesto sea útil vamos a poner en práctica unos principios básicos:

  • Tomar decisiones racionalmente. Debemos elaborar un listado de gastos desde la racionalidad, es decir, valorando lo que nos aportan y su coste, esto es, aquello a lo que renunciamos para llevarlos a cabo.
  • Destinar una cantidad o proporción fija al ahorro. Debemos conocer qué cantidad de dinero podemos gastar, en base a nuestros ingresos, destinando una cantidad o porcentaje al ahorro de manera continua (mínimo 10 % de nuestros ingresos).
  • Priorizar los gastos. Debemos ser conscientes de qué gastos no podemos dejar de asumir, cuáles podemos controlar su cantidad y cuáles son aquellos de los que sí podemos prescindir.

Endeudamiento

El endeudamiento es la consecuencia de una situación de déficit en el presupuesto: los gastos superan a los ingresos. La deuda nos permite adquirir en el presente bienes, que de otro modo, no podríamos adquirir, lo que mejora nuestra calidad de vida actual. Sin embargo, a cambio, estamos incrementando nuestros gastos futuros, dado que tendremos que devolver el dinero prestado más sus correspondientes intereses. Una deuda representa una obligación de pago que se contrae con la intención de realizar un consumo presente gracias a ingresos futuros.

El Ahorro. Productos de Inversión

Gracias al ahorro disponemos de dinero para objetivos concretos o para un fondo de emergencia. Mientras no usamos ese dinero podemos tratar de sacarle rentabilidad. Es entonces cuando aparece el término inversión. A la hora de realizar una inversión debemos tener en cuenta los siguientes factores:

  • Liquidez. Entendiendo como tal la capacidad de una inversión para convertirse en dinero. Cuanto mayor es la liquidez menor es la rentabilidad a obtener.
  • Riesgo. Hace referencia a la posibilidad de recuperar menos dinero del esperado invertido e incluso perder el dinero invertido. Cuanto menor es el riesgo menor es la rentabilidad a obtener. La diversificación es la forma más eficaz de reducir el riesgo total de nuestras inversiones. Consiste en distribuir el ahorro en planes de inversión diferentes con niveles de riesgo diferentes.
  • Rentabilidad. Se trata de la capacidad para obtener beneficios adicionales sobre la inversión inicial.

Productos de inversión:

  • Depósitos o imposiciones a plazo fijo
  • Valores de renta emitidos por el Estado
  • Valores emitidos por empresas privadas
  • Valores de renta variables
  • Fondos de inversión
  • Fondos de pensiones

El Seguro

El seguro es un producto ofrecido por un tipo de compañías, denominadas aseguradoras, cuya finalidad es la de cubrir determinados riesgos del cliente, a cambio del pago de un precio.

El seguro es un contrato mediante el cual, a cambio de una prima, un asegurador se compromete, en caso de que se produzca una contingencia o siniestro, a indemnizar a un tercero.

Los elementos que intervienen en todo contrato de seguro son:

  • Prima: Es el precio del seguro.
  • Póliza: Es el documento donde figuran las condiciones del contrato.
  • Asegurador: Es la compañía de seguros que ofrece el contrato de seguro, cobrando la prima y ofreciendo la cobertura.
  • Asegurado: Es la persona expuesta al riesgo previsto en el seguro. Dicho riesgo puede recaer sobre la propia persona, sus bienes o su patrimonio.
  • Tomador: Es la persona que contrata el seguro y paga la prima.
  • Beneficiario: Es la persona que recibe el capital o la prestación convenida en caso de que se produzca el evento asegurado.
  • Suma asegurada: Es el límite máximo de indemnización a pagar en caso de que se produzca la contingencia o siniestro.
  • Contingencia o siniestro: Es el evento previsto en la póliza que da lugar al cumplimiento de las obligaciones del asegurador.
  • Cobertura: Es el riesgo cubierto.

Los seguros más habituales son los siguientes:

  • Seguro de vida. Se contratan para disminuir el impacto económico de ciertos acontecimientos sobre la vida de las personas. En el contrato más habitual de este tipo el asegurador se obliga, en caso del fallecimiento del asegurado, a pagar al beneficiario la cantidad de dinero pactada.
  • Seguro de asistencia sanitaria. Cubre los gastos médicos relacionados con el beneficiario.
  • Seguro de decesos. Cubre los trámites y gastos de fallecimiento y sepelio.
  • Seguro de hogar. Cubre los daños materiales en el hogar, como por ejemplo los desperfectos causados por el agua o un incendio. También cubre la responsabilidad civil originada por daños o lesiones que se puedan causar a otras personas o a sus bienes desde la vivienda del asegurado, como por ejemplo la caída de objetos desde la ventana o balcones, un grifo abierto que inunde el piso inferior, etc.
  • Seguro de vehículos. Existe una gran variedad dentro de ellos. Es obligatorio el llamado seguro a terceros, que cubre los daños causados por el conductor a otras personas fruto de su conducción, con independencia de quién sea el propietario.