La Metafísica del Valor en el Capitalismo según Karl Marx
La Metafísica de Marx y el Capitalismo
La metafísica tiene como objetivo la aclaración de en qué consiste la Realidad, qué tipos de cosas existen y qué relaciones hay entre estos tipos. La metafísica de Marx es una visión parcial de la realidad, puesto que no trata de explicar qué son las cosas, sino qué son las “nuevas” sociedades capitalistas. La teoría metafísica de Marx supone el análisis de las mercancías.
Marx analiza el mundo como es hoy, sabiendo que no siempre ha sido así, puesto que el actual es el resultado de muchas transformaciones. Para Marx, en las sociedades contemporáneas, todo lo que es real, es mercancía; por lo que todo lo que no puede ser asumido por el mercado, no es nada. Y la mercancía es un objeto externo, apto para satisfacer las necesidades humanas.
El Valor de Uso y el Valor de Cambio
Por su utilidad, los objetos tienen cierto valor de uso, el cual es el modo particular en que cada uno, según la cantidad, puede ser consumido. Ahora bien, todo valor de uso soporta también un valor de cambio, el cual son las proporciones en que pueden cambiarse las mercancías. [Ej. Un saco de trigo tiene cierto valor de uso (para hacer harina, cereales…), y su valor de cambio sería la proporción de otra cosa por el que lo puedo cambiar.]
El Trabajo Humano como Fuente de Valor
Pero ¿Cuál es el precio de las cosas en el mercado capitalista?
Si suponemos dos objetos cualitativamente distintos (valor de uso diferentes) A y B, los cuales se dan en cantidades diferentes x e y, pero tienen igual valor en el mercado, es decir, xA vale tanto como yB, debe admitirse que hay algo idéntico entre xA e yB, lo cual solo puede ser, el trabajo humano para producir A y B. La concepción de trabajo es abstracta, ya que se compara la cantidad. Por lo que en el enunciado anterior afirmaríamos que es necesaria la misma cantidad de trabajo (tiempo) para producir A y B.
Dicho tiempo de trabajo, es el tiempo de trabajo medio (hay trabajadores más rápidos y otros más lentos) socialmente necesario (empleando todas las fuerzas productivas disponibles en la sociedad donde trabaja), puesto que el mercado capitalista paga lo mínimo posible.
La Mercancía como Equivalente Universal: El Dinero
Todas las mercancías tienen equivalencias entre sí, puesto que el trabajo contenido en xA es igual al que contiene cualquier otra mercancía dada según cierta cantidad. La mercancía que actúa como equivalente universal es el dinero, y por tanto, la expresión del valor de cada una de las mercancías en términos del dinero es el precio. La vida de una sociedad que produce mercancías sólo tiene sentido cuando se da una circulación de las mismas. Dicha circulación consiste en la repetición de un ciclo (Mercancía–Dinero –Mercancía) = (M–D–M). Donde una mercancía (M) se cambia en el mercado por cierto (D), posteriormente, con este dinero se compra otra mercancía del mismo valor de cambio, pero con distinto valor de uso. Por lo que obtenemos diferente valor de uso por el mismo valor de cambio.
El Ciclo del Dinero y la Plusvalía
Por otro lado, la circulación del dinero sigue el ciclo inverso (D–M–D). Ahora bien, el ciclo del dinero sólo puede tener lugar en las sociedades mercantiles cuando el dinero inicial sea cuantitativamente distinto al final, es decir (D–M–D’), siendo D’ > D, y ese valor positivo se llama plusvalía.
Lo único que genera valor a dicha mercancía es el trabajo humano. Por lo que se compra una mercancía (D–M), y se le añade fuerza de trabajo (trabajo eficiente), por lo que la mercancía aumenta su valor, para posteriormente venderlo por D’. El trabajador vende su fuerza de trabajo al capitalista [(M–D–M) por lo que su mercancía es su fuerza de trabajo], pero el trabajador debe cobrar menos de lo que produce para que haya plusvalía y obtenga beneficio el capitalista. Con esta afirmación podríamos decir que el capitalista accede al mercado invirtiendo con el ciclo del dinero (D-M-D), mientras que el proletario accede al mercado vendiendo su fuerza de trabajo con el ciclo de las mercancías (M-D-M). El capitalista paga al trabajador, lo que le cuesta reproducir indefinidamente su fuerza de trabajo, y el capitalista se queda con el trabajo.
La Sociedad Capitalista y la Producción de Mercancías
La sociedad capitalista es una estructura compleja organizada en torno a la producción de mercancías. Puesto que el sistema productivo es el que determina la realidad moderna, ya que sólo puede considerarse real aquello que está integrado en el sistema productivo. El capitalismo supone tanto ciertas fuerzas productivas como ciertas relaciones de producción. Su mercado funciona solo, sin ningún sujeto que lo controle, y es regulado por su propia racionalidad (precios, producción, salarios…) a través de la competencia.
La Crítica de Marx a la Sociedad Moderna
Marx hace una crítica filosófica del modo en que las sociedades modernas pretenden conocerse a sí mismas. Y propone una metafísica del valor que no sólo incluye a las realidades que estudia el economista, sino también, un proyecto político que va más allá de la simple contabilidad.
No tendría sentido aplicar el método de Marx al análisis de otras sociedades no-capitalistas ya que él simplemente analiza lo que hay, el ser mismo de las cosas