La Implementación de la Política Monetaria en España

Los estados modernos tratan de encauzar su actuación a través de medidas de política económica para conseguir los siguientes objetivos macroeconómicos:

  1. Maximización del PIB.
  2. Equilibrio interno mediante la estabilidad de los precios y el empleo.
  3. Equilibrio externo mediante la estabilidad de la balanza de pagos.
  4. Equidad en la distribución de la renta.

Es la política monetaria la encargada de utilizar una serie de instrumentos a fin de afectar a la cantidad de dinero y a los tipos de interés para incidir en el objetivo interno de control de la inflación o en el objetivo externo de mantenimiento del tipo de cambio. La cantidad demandada de dinero deberá ser suministrada por el sistema mediante la oferta monetaria. Para modificar su valor se utilizan tres instrumentos:

Instrumentos de la Política Monetaria

  1. El coeficiente de caja. Si el banco emisor elevara el coeficiente legal de caja, se produciría una disminución de las reservas excedentes o incluso adquirirían un valor negativo. Si sucediera esto, los bancos se verían obligados a contraer el crédito y los depósitos, reduciéndose la oferta monetaria. Al contrario, la reducción del coeficiente de caja ocasionaría un importante excedente de reservas, poniéndose en marcha sobre ese excedente la creación de créditos y depósitos, lo que aumentaría la oferta monetaria.
  2. Operaciones de compra-venta. El banco emisor siempre podrá aumentar o reducir la base monetaria, siempre podrá compensar lo que está sucediendo con los factores autónomos de creación de liquidez con el manejo de la deuda pública, comprando parte de la misma cuando se quiera inyectar liquidez y vendiendo cuando se quiera drenar liquidez.
  3. El tipo de redescuento al que conceden préstamos a las instituciones financieras. Si este se reduce, las entidades de depósito verán aumentado su estímulo a pedir prestado al banco emisor, de forma que, en la medida en que lo hagan, se elevará la base monetaria y las reservas de los bancos. Ocurriría lo contrario si el objetivo fuera producir una contracción del crédito y los depósitos, en cuyo caso se elevaría el tipo de redescuento con efectos opuestos a los anteriores.

La forma de estructurarla en los niveles siguientes:

  1. Se determinará el objetivo último, p.e. la estabilidad de precios.
  2. Se señalará el objetivo intermedio o indicador, alcanzable para conseguir el objetivo último perseguido, que puede ser cualquier agregado o cualquier tipo de interés a largo plazo.
  3. Se elegirá la variable operativa manejable para percutir sobre el objetivo intermedio, variable que podría referirse a los AC (activos de caja), tipos de interés a corto plazo, etc.
  4. Se manejarán los instrumentos: coeficiente de caja, operaciones de mercado abierto y tipos de redescuento.

La Política Monetaria Practicada en España

Periodo Comprendido entre la Guerra Civil y el Año 1959

Desde el final de la Guerra Civil y hasta 1959, en que se puso en marcha el Plan de Estabilización, el gobierno llevó a cabo una política económica de corte autárquico y con plena autonomía para manejar su tipo de cambio. La política monetaria consistía en adaptar la oferta monetaria a la demanda de dinero. El Estado se financiaba colocando deuda pública en la banca, a tipos de interés muy bajos, la cual podía pignorarla en el Banco de España. La banca utilizaba este proceso cuando necesitaba fondos, por lo que la cantidad de dinero del sistema venía determinada por la actuación del sistema bancario, produciéndose una endogeneización de los activos de caja.

Periodo Comprendido de 1959 a 1969

En 1959 se establece el Plan de Estabilización, que supuso la apertura al resto del mundo de la economía española y que fue seguido durante los 60 con la puesta en marcha de sucesivos planes de desarrollo. La política monetaria de este periodo se utilizó para mantener unos tipos de interés y unos niveles de crédito compatibles con el objetivo señalado en dichos planes: el crecimiento del PIB.

La Política Monetaria de los Setenta

Se ponen en marcha una serie de medidas:

  1. La creación de los coeficientes de caja para la banca comercial y cajas de ahorros.
  2. Se pusieron en marcha una serie de mecanismos que permitieron un avance en el conocimiento estadístico de los activos de las entidades.
  3. Se eliminaron las líneas de redescuento especial.
  4. Con intención de drenar liquidez y financiar el déficit presupuestario, se emitió deuda pública.

En 1974 se elige como objetivo intermedio M3. Como instrumentos monetarios se utilizaron: el coeficiente de caja (el más utilizado), los bonos del Tesoro y los créditos de regulación monetaria. Durante los últimos años de los 70, tanto el sector público como el exterior estuvieron inyectando liquidez. La política monetaria fue una política drenante, instrumentándose a través de:

  1. La colocación de bonos del Tesoro en las entidades bancarias.
  2. La redefinición del coeficiente de inversión.
  3. El establecimiento del coeficiente de depósitos obligatorios remunerados.
  4. La emisión de certificados de depósito por el Banco de España.

La Política Monetaria de los Ochenta

Hechos importantes que determinaron la implementación de la política monetaria:

  1. El elevado déficit público que inyectaba grandes dosis de liquidez al sistema.
  2. La fuerte innovación financiera que impidió que el objetivo M3 fuese tan efectivo como se pretendía.

Para resolver la falta de efectividad de M3 como objetivo intermedio, se sustituyó por los activos líquidos en manos del público (ALP) que estaban mejor relacionados con las variables reales en términos nominales. Los ALP incluían, además de los activos de M3, pasivos bancarios sustitutivos de los depósitos tradicionales y deuda del Estado emitida a muy corto plazo. La entrada de España en la CEE marcó dos hechos en la implementación de la política monetaria:

  1. Se estableció como objetivo último el mantenimiento del tipo de cambio.
  2. Se produjo un fuerte ritmo expansivo de la economía, creando tensiones inflacionistas.

La Política Monetaria y el Sistema Monetario Europeo

La entrada de la peseta en el Sistema Monetario Europeo (SME) en 1989, obligó al Banco de España a dar una nueva orientación a su política monetaria. La implementación de una política fiscal expansiva y una monetaria restrictiva, permitió que la peseta se mantuviera en la parte superior de la banda de fluctuación. El SME pronto dio muestras de las contradicciones inherentes a su funcionamiento. Por una parte, la cotización de las monedas de todos los países se fijaba en relación con el marco alemán, cuando en realidad la situación económica de aquellos era muy diferente a la del país germano y requerían políticas económicas distintas. Durante 1992 y 1993 el mecanismo del SME hizo crisis; se produjo una ola de devaluaciones y el SME fue abandonado por la lira y la libra esterlina. A partir de la Ley de Autonomía de 1994 el Banco de España define un objetivo final distinto: la tasa de inflación. En la misma ley se dota de plena autonomía a nuestro banco emisor, con la finalidad de preservar mejor el objetivo de estabilidad de precios señalado. Ventaja de la elección de este objetivo: las intervenciones de la autoridad monetaria son conocidas con suficiente anticipación y pueden servir de referencia en la toma de decisiones a los diferentes agentes sociales. También facilita las posibilidades de control por parte del Parlamento. Además, impide la utilización del recurso financiero directo al Banco Central, por parte del gobierno, lo que permite aislar las decisiones de aquel de los avatares políticos.