Comentario del poema del arpa de Bécquer

El autor de este poema es Gustavo Adolfo Bécquer. Bécquer nació en Sevilla en 1836 y murió en Madrid en 1870, a la temprana edad de 34 años. Es uno de los poetas más influyentes de la literatura española. Tras su fallecimiento su obra ha ido ganando popularidad y sus Rimas se publicaron en un solo volumen.

Bécquer se sitúa en el Romanticismo, movimiento artístico y literario, caracterizado además por ser un período de gran tensión política. El Romanticismo es de carácter liberal y está basado en el régimen de soberanía nacional y con una monarquía constitucional.

En el poema, Bécquer nos explica su visión y sentimientos frente a un arpa situada en un rincón de su salón. Nos la describe como silenciosa y cubierta de polvo, y olvidada por su dueña. El poeta reflexiona sobre la inspiración que le viene al contemplarla, y la contempla como algo más que un simple objeto.

El poema presenta tres apartados temáticos muy marcados, que coinciden con las estrofas:

  1. El primero es el constituido por la primera estrofa (vv. 1-4). Contiene una descripción de un instrumento musical, el arpa. Está olvidada y relegada en un lugar remoto poco frecuentado.
  2. El segundo apartado lo conforma la segunda estrofa (vv. 5-8). Expresa el lamento porque un instrumento tan noble y bello no sea empleado por una mano diestra para crear música, es decir, belleza y placer estético.
  3. El tercer apartado es la última estrofa (vv. 9-12). El sujeto lírico identifica esa arpa con el genio creador de una persona; yace dormido en el fondo del alma, por lo que es necesario un pequeño milagro para que despierte y se desarrolle.

Análisis formal

Los doce versos del poema se agrupan en tres estrofas de cuatro versos. Los tres primeros versos de cada estrofa son endecasílabos (11 sílabas); el último es heptasílabo (7 sílabas), excepto en la última estrofa, que también es endecasílabo. En todas las estrofas riman en asonante (á-a) los versos pares; los impares quedan libres. Estamos, pues, ante una silva romanceada. Es muy común en Bécquer este tipo de estrofa.

Primera estrofa

En la primera estrofa llama la atención el profundo hipérbaton, que abarca toda la estrofa. La palabra clave, “arpa”, aparece al final. Los adjetivos, personificados, como “silenciosa” (v. 3), aportan fuerza expresiva. El abandono del arpa se expresa bellamente con la expresión “de su dueña tal vez olvidada”. Como si hubiera dejado de ser útil, ya nadie la recuerda.

Segunda estrofa

En la segunda estrofa, toda ella es una exclamación; expresa el disgusto y lamento del poeta porque nadie utilice esa arpa para crear bellas melodías. Está ahí, olvidada, como un árbol dormido en la rama de un árbol; este símil expresa vivamente la absurda situación, que nadie corrige. La metáfora “mano de nieve” (v. 7) expresa que solo una persona sensible y talentosa podrá arrancar una melodía al arpa.

Tercera estrofa

En la última estrofa se deja ver la exclamación retórica que la abre y en el verbo en primera persona. Ahora se identifica el término imaginario de la metáfora: el genio, es decir, el talento artístico. Este muchas veces “así duerme en el fondo del alma” (v. 10), es decir, olvidado, moribundo. Está esperando la llamada de la persona, metonimizada en “una voz”, que la despierte y la incite a vivir.

El símil de “como Lázaro”, muy elíptico, se refiere al pasaje bíblico en el que Jesucristo resucita a un muerto. Es decir, hace falta un pequeño milagro para que la genialidad despierte y viva.

El epifonema que cierra el poema expresa aún más dramatismo y nos da la clave de lectura: todos llevamos algo genial dentro, pero solo adquirirá vida si lo despertamos y obramos con él un pequeño milagro.

Conclusión

En definitiva, este poema representa el estilo de la poesía romántica, que es exaltada, pasional y desbordada, y emplea muchas exclamaciones e interrogaciones retóricas.