Análisis Fonético, Morfosintáctico y Léxico del Asturiano Central
Fonética
Comentario 1 (nos pueblos…): La primera palabra en la que se observa algo diferente es xente, donde encontramos la grafía x, allí donde el castellano tiene g. La forma castellana es un cultismo, puesto que la g + e, i latina dio /ž/. También se sabe que en los textos dialectales la grafía x suele representar el fonema /š/. Se ha producido, por lo tanto, un ensordecimiento de /ž/ > /š/. Este ensordecimiento se produce tanto en el leonés como en el aragonés. Lo mismo se puede comentar en la palabra xúntase, aunque en este caso la x proviene de una / / latina, que tiene la misma evolución que g + e, i.
Nuiche: Esta palabra es interesante porque la diptongación de / / seguida de yod ocurre tanto en leonés como en aragonés, frente al castellano, cuya vocal es inflexionada por algunos tipos de yod. En concreto, la yod cuarta inflexiona siempre a la vocal –salvo en el caso de ẹct–, y por ello no diptonga en español. Evolución del diptongo [wé] a [wí]. No se puede hablar de vacilación en la realización de los diptongos, pues la vacilación dialectal se da entre [wé, wá, wó] para / / y entre [jé, já] para / /. Luego aquí lo que tenemos es un cierre del elemento más abierto del diptongo. Por ahora se deja así. Palatalización del grupo latino CT en / /. Este hecho ya nos puede hacer excluir algunos dialectos y zonas dialectales, puesto que en el aragonés no se produce la palatalización de la /t/, ni tampoco en las zonas más occidentales del leonés occidental, en las zonas C y D. Tampoco se produce en las zonas noroccidentales de la provincia de León. Es una forma que, por la palatalización, solo puede ser del leonés central, oriental y occidental A y B.
Aŝí: El signo encima de la consonante nos indica que se trata de un sonido africado. Se trata de un fonema muy particular: la llamada “tse vaqueira”, de carácter palatal, con realizaciones fonéticas diversas, según la zona. Es un texto transcrito por un filólogo, donde se ha introducido un signo fonético para indicar un fonema especial y característico. Ello se debe en gran parte a que es un sonido sin tradición gráfica, lo que quiere decir que lo podemos encontrar escrito de varias formas: ts, th, etc. La th vaqueira se registra en el leonés central. Este fonema procede fundamentalmente de -ll- latina y de l- inicial. Con respecto a esta palabra y a la palabra anterior, tenemos que este texto no puede ser de la zona A (no hay th vaqueira) ni C y D del leonés occidental (no hay palatalización de CT); tampoco puede ser del norte del leonés central ni del oriental porque en estas zonas no hay th vaqueira. Luego solo puede ser ya del occidental B o del sur de la zona central del leonés.
Sentaos: Nos encontramos con la pérdida de la /d/ intervocálica en un participio. Sería erróneo decir que es un rasgo dialectal, porque en leonés es muy frecuente, tanto o más que en el andaluz. La pérdida de la /d/ de los participios es general en el español.
Fuibu: De nuevo el cierre de la vocal más abierta del diptongo; además encontramos un cambio de /g/ por /b/ y el cierre de la vocal final. El cambio consonántico no es un rasgo leonés, sino vulgar, que se da también en español vulgar cuando a la consonante velar le sigue una vocal velar; es, por lo tanto, un caso de disimilación por contacto. No es de extrañar que aparezca una /b/ con vocal velar, puesto que las vocales velares tienen un componente labial. Volviendo al cierre de la vocal final, -/o/ se cierra en /u/ en todo el leonés y en el ángulo noroeste de Cáceres. En asturiano solo se suele cerrar la vocal final absoluta, mientras que en el leonés y extremeño se cierra también seguida de –s. Es decir, igualan vocálicamente el singular y plural. En este texto lo que se ve es el cierre casi sistemático.
Esquenu: De nuevo se tiene el cierre de la vocal final, y, lo más importante: la vocal tónica /a/ se ha cerrado en /e/, y tenemos /n/ en vez de /n/. La vocal tónica se puede cerrar por dos motivos: por la inflexión de una yod; por la inflexión de una vocal cerrada. Este segundo supuesto no se da en español –salvo en el verbo: veni > vine– y sí en dos zonas muy concretas del leonés: en la zona sur del asturiano central y en una pequeña zona del cabo de Peñas, en el norte del asturiano central. Fuera de Asturias se registra entre los pasiegos de Santander. Por lo tanto, el texto no puede ser del leonés occidental y que solo puede pertenecer a la zona sur central. Las zonas donde existe la th vaqueira, es decir, allí donde -ll- no ha dado /l/ sino /ŝ/, -nn- no ha dado /n/ sino /n/. No hay que confundir la /n/ procedente de la geminada con la que viene de una yod nasal -NY, GN-, pues esta última ha dado siempre /n/ incluso en las zonas de th vaqueira; en el texto la tenemos en la palabra años. Tenemos también que saber que -nn- puede dar también /n/ en la zona más occidental de Asturias y León.
Puyu: La yod tercera da /y/ como en español.
Tayuilu: Cuando el español tiene /x/ y el leonés /y/. TALEARE > tajar. La yod segunda –LY, CL– palatalizó en el latín vulgar a /l/, y, posteriormente, esa palatal lateral se hizo central. En el leonés central, oriental y en el occidental A y C se hizo /y/ –yeísmo leonés–, mientras que en el occidental B y D pasó a / / –las zonas donde CT no palatalizó–.
Omes: El grupo romance MN se ha simplificado sin que exista la evolución MBR.
Filan: La conservación de la /f/ inicial latina es general en el leonés y en el aragonés, frente al castellano. En el asturiano oriental se aspira.
Yera: La diptongación –erat– pervive en el leonés occidental y central.
Xilu: A los fenómenos anteriores –G + e, i > /š/, -o > -u–, hay que añadir que la inflexión ha hecho que el primitivo diptongo se simplifique: [šjélu] > [šjílu] > [šílu].
Šubu: La palatalización de /l/- corre pareja a la de -ll-: en el leonés central, oriental y occidental A da /l/, mientras que en el resto del occidental da th vaqueira.
Bona: La no diptongación puede deberse a dos causas: el frecuente uso átono del adjetivo y a que en el leonés hay una tendencia a que la nasal trabante cierre la vocal anterior. Pero en este caso la nasal no es trabante, pero sí en el masculino bon, por lo que pudo extenderse al femenino por analogía.
Vocalismo
En el texto hay dos hechos concomitantes: cierre de la vocal final e inflexión metafonética.
- Metafonía: la vocal final cerrada influye en la vocal tónica cerrándola:
- a > e: esquenu
- o > u: puyu
- o > wé > wí: fuibu, tayuilu, suilu, cuintu
- e > jé > i: xilu
Hay inflexión sin que exista vocal cerrada en nuiche, pero no en nieve. Se podría pensar que la no inflexión de esta última se debe a que el diptongo no es etimológico; sin embargo, el cambio vocálico debió ocurrir ya en el latín vulgar. El diptongo se mantiene sin inflexionar cuando no hay una vocal final cerrada: invierno, pueblos, muertas, yera.
- Cierre de vocal final: lo primero que observamos es que solo se cierra la vocal velar final, así se mantiene en pueblos, etc. Pero tenemos otras palabras que conservan la /o/ final. Luego se puede afirmar que el cierre solo ocurre en el nombre; aun así hay palabras con la -o conservada: invierno, mundo, paisano. No hay cierre de –as > es, típico del bable central y de una pequeña zona occidental del bable oriental: las horas muertas, cosas curiosas. No hay diptongos decrecientes, lo que implica que no es un texto del leonés occidental. Fai y foi no tienen nada que ver con la conservación de los diptongos decrecientes [éi], [óu]. No hay cierre de –os > –us. Por lo tanto, no pertenece a la provincia de León. No hay diptongación de ET, que en el texto es y, y sí del verbo ser –yera–.
Consonantismo
En los textos dialectales suele haber grafías que no reflejan la pronunciación sino que se corresponden con las del español normativo.
- /y/: muyeres, puyu, abuyetan, tayuilu, cayíu
- /š/: xente, xúntase, dear, xilu, Xuacón
- /ŝ/: aŝí, ŝubu, ŝes, ŝugar
/y/ proviene de GY, DY, BY + e, i, i, y de LY. LY da / / en el asturiano B y D. /š/ tiene su origen en G + e, i o I latina iniciales y de KS. Es resultado general en todo el leonés. /ŝ/ es característico del leonés occidental –menos A– y del sur del central. Procede de l- y -ll-. En B también de PL-. Lo que no tenemos en el texto son ejemplos de palatalización de PL-, CL- y FL-.
Otros rasgos:
- No palatalización de NN: esquenu.
- Mantenimiento de F-: filar, fai.
Morfosintaxis
El Nombre
El asturiano tiene una fuerte tendencia a la hipercaracterización morfológica; esto es, a señalar los componentes morfológicos de género y de número con más de un rasgo fónico. Ello explica la alternancia entre singular perru y plural perros, o, en gran parte del asturiano central, singular perra, plural perres. Esta tendencia es más acusada en las zonas con metafonía, ya que el cierre de la vocal tónica por inflexión hace que sean tres los rasgos diferenciadores: singular ŝubu, plural ŝobos. De los sufijos señalar –ON: Xuacón, listones. Muy usados en asturianos con muchos matices: ponderativo, aumentativo, superlativo. El sufijo diminutivo leonés es –IN/INOS. De ahí que algunas palabras con esta terminación pierdan la vocal final, como si se trata de diminutivos; es el caso de vecín.
El Pronombre y el Artículo
Característico del leonés es la posposición del pronombre: xúntase. El artículo se funde con las preposiciones con, en y por: nos, nel, nun, na.
El Verbo
Es general en toda Asturias la aféresis de la primera sílaba del verbo estar: tan, taba.
Léxico
El léxico es más difícil de estructurar y de comentar debido a que cada palabra tiene su historia. La palabra filaguiru o filanguiru es un derivado de filar, que con este significado tiene en el leonés múltiples formas: filandero, filandón, filera, etc.
Alreor: No hay pérdida de ninguna sílaba, sino que se trata de la conservación de la antigua forma redor (con pérdida de la –d–).
Abuyetar: Es un derivado de ACUCULA “aguja” con el yeísmo leonés, y el cambio G > B, del que ya se ha hablado.
Torvoniar: Es un derivado del latín TURBO, aplicado a fenómenos atmosféricos. Suele tener los significados de “tempestad”, “remolino de nieve o lluvia”, etc.
Rúbica: Es un cultismo. En sentido figurado rubricar o dar rúbrica puede significar “dar testimonio”, “atestiguar”.
Conclusión
Se trata de un texto leonés –solo en este dialecto la yod segunda da /y/ y existe la th vaqueira–. No es oriental, entre otros motivos, por la diptongación del verbo ser y la no aspiración de F-; tampoco es occidental porque no diptonga la conjunción y no existen diptongos decrecientes; por lo tanto, solo puede ser de la zona central del asturiano, en la zona en la que se dan estos tres rasgos: th vaqueira; metafonía; plurales femeninos en –as. Esta confluencia de rasgos solo se produce en las tierras altas del sur del asturiano central (la zona alta de Lena; de Aller no sería por la realización de LY).