Introducción

Contexto histórico y social

En 1898, España perdió sus últimas posesiones en Cuba, Puerto Rico y Filipinas (crisis del 98); ello generó un fuerte pesimismo en la sociedad española y creó una importante conciencia del atraso de España en relación con el resto de Europa.

Concepto de modernismo

En este contexto surge el modernismo (nacido en Hispanoamérica en el último cuarto del siglo XIX). Se trata de un movimiento literario difundido en España por Rubén Darío. Su auge fue breve y puede considerarse agotado hacia 1915, pero su importancia fue decisiva para la evolución de la poesía española, pues supuso una renovación total. El modernismo reacciona contra la imitación de la realidad, característica del realismo y defiende el valor de lo subjetivo en el arte. Los poetas modernistas pretenden regresar a la belleza del arte, “el arte por el arte”.

Características

Influencias que recibe el modernismo

Las influencias que recibe el modernismo vendrán de la poesía francesa simbolista y parnasianista (segunda mitad del siglo XIX), de los poetas Rimbaud, P. Valery y Mallarmé. Los parnasianos buscaban por encima de todas las cosas la perfección formal de la obra literaria. Representa un intento de alejarse de la realidad de su época por medio de la creación de otra realidad artificial en la que solo importa la belleza. Por otra parte, los simbolistas también reaccionan contra un arte, el realismo. Proponen ir más allá de lo que se puede percibir por los sentidos. La misión del artista será la de descubrir esas “otras realidades” que existen tras la realidad aparente y luchar con el lenguaje para intentar sugerir al lector. Aunque en buena parte el modernismo se olvida de la tradición literaria española, sí encontramos en sus obras referencias a algunos autores, como Bécquer (siglo XIX) o el empleo del verso alejandrino (14 o más sílabas) del mester de clerecía (escuela literaria de los siglos XIII- XIV).

Temas

Dos líneas principales se distinguen en los temas: la que trata de asuntos del pasado o exóticos y la que da lugar a la expresión de la intimidad del poeta. En ambas, es perceptible la huella del romanticismo.

  • La línea escapista: Es la más representativa. Los ámbitos donde se refugia el poeta modernista en busca de la belleza son lugares exóticos sin límite geográfico y épocas antiguas. Se recrean palacios, jardines, por los que desfilan caballeros, princesas tristes. El erotismo y las conductas amorales aparecen con frecuencia, como muestra del espíritu rebelde y antiburgués modernista.
  • La línea intimista: Muestra el malestar del poeta con lo que le rodea. El amor y el mundo son vistos con ojos melancólicos. Hay un deseo de plenitud que resulta irrealizable. En los poemas, esta nostalgia y este desasosiego se enmarcan en paisajes otoñales o despoblados jardines crepusculares, de clara raíz romántica.

Otros temas tratados son:

  • El cosmopolitismo: la necesidad de evasión de los modernistas desembocó en una devoción por la gran ciudad y por la vida bohemia.
  • El sentimiento amoroso: oscilará entre dos polos opuestos: la idealización de la mujer y del amor, entendido como amor imposible y doloroso; y la concepción vitalista del amor marcada por la búsqueda del sexo y del placer.
  • La recuperación del pasado precolombino: para los modernistas hispanoamericanos será importante recuperar el pasado precolombino y sus mitos, con el fin de autoafirmarse frente a la tradición española.

El estilo y la métrica

Los modernistas explotan todas las posibilidades que el lenguaje les ofrece para conseguir la ansiada belleza:

  • El color: es un elemento fundamental (la adjetivación cromática).
  • Léxico: se sirve de un léxico muy rico (neologismos) y de aliteraciones para crear sonoridad.
  • Musicalidad del verso: otro instrumento de los modernistas. Esta se acomoda a los temas: los ritmos muy marcados se reservan para grandes asuntos y las melodías suaves acompañan a las emociones delicadas. El sentido musical viene dado por la habilidad en el uso de la métrica.
  • Métrica: los versos de más tradición, como el octosílabo o el endecasílabo, se emplean habitualmente, pero los modernistas se inclinan por el alejandrino, el dodecasílabo o el eneasílabo, poco usados hasta entonces.
  • Estrofas: se modifican las estructuras tradicionales o se introducen estrofas innovadoras.

Autores modernistas españoles

Rubén Darío

A pesar de ser nicaragüense, es incluido en las historias de la literatura española por su decisivo papel en la implantación del modernismo en España. En su obra poética aparecen fusionadas las corrientes poéticas, desde las más clásicas a las más modernas.

  • Segunda etapa: publica Azul (1888), obra que abre el modernismo.
  • Tercera etapa: publica Prosas profanas (1896).
  • Cuarta etapa: Cantos de vida y esperanza (1905), es considerado su mejor libro de poesía.

Las figuras de la poesía modernista española son Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, que después evolucionarán alejándose del movimiento. En ellos y otros representantes —Manuel Machado, Villaespesa o Eduardo Marquina—, la poesía adquiere un tono más intimista y se expresa con modos más cercanos al simbolismo.

Juan Ramón Jiménez

La trayectoria poética de Juan Ramón Jiménez está marcada por su total dedicación a la poesía y a la búsqueda incesante de la belleza. Su poesía fue variando desde el modernismo hasta llegar a una obra personalísima.

La poesía de Juan Ramón puede dividirse en las siguientes etapas, pero nos centraremos en la primera:

  • La etapa sensitiva (hasta 1915): está inspirada por el modernismo. La suave musicalidad en metros breves y la ambientación en paisajes crepusculares son las notas dominantes de Arias tristes (1903). Hacia 1908, el verso se expande y lo sensorial aumenta. Es el momento más modernista: La soledad sonora (1908). En estos primeros libros, predomina el tono melancólico e intimista, un suave colorido y una delicada musicalidad. Platero y yo (1914), escrita en prosa con multitud de imágenes poéticas, se convirtió en la obra más popular de Juan Ramón Jiménez.

Antonio Machado

Los inicios machadianos estuvieron cercanos al modernismo de la época. Durante los dos viajes que hizo a París (1899 y 1902), se puso en contacto con las nuevas corrientes poéticas: el simbolismo y sobre todo, el modernismo. A su vuelta a Madrid, publica Soledades (1903) que incluía poemas de ese corte modernista. Se reeditó en 1907 -con el título de Soledades, galerías y otros poemas— y fueron suprimidos. El encanto de la ciudad y el ensueño de las evocaciones se reflejan en los ambientes quietos y silenciosos, en los jardines y parques desiertos. El intimismo, el tono melancólico y el simbolismo de algunos motivos difieren de los contenidos poemáticos de Rubén Darío, pero la deuda con él se advierte en la métrica, en el léxico, en algunas imágenes y en el predominio de los aspectos musicales y cromáticos. Machado evolucionó alejándose del modernismo en Campos de Castilla (1912).

Ramón María del Valle-Inclán

Valle-Inclán fue un auténtico innovador de la literatura castellana en una época de grandes cambios y transformaciones. Cultivó todos los géneros: la narrativa, el teatro y la poesía lírica, y como buen modernista, los mezcló en sus obras buscando lo que él llamaba “el arte total”. Dentro de la estética modernista, escribió Femeninas y las Sonatas. Las Sonatas, absolutamente modernistas por su lenguaje sensorial y la musicalidad de su prosa, son cuatro novelas cortas: Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de invierno.

Otros autores modernistas

También se pueden incluir en la nómina de autores modernistas españoles a Manuel Machado (Alma), los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos), Eduardo Marquina (Las hijas del Cid), Francisco Villaespesa (El alcázar de las perlas), Ricardo Gil (La caja de música) y Manuel Reina (Poemas paganos).

Conclusión

En conclusión, con el modernismo, las letras hispanoamericanas se incorporan a principios del siglo XX a la literatura universal. De hecho, fue un movimiento multinacional, pues cada país le aportó su dinámica particular. El Modernismo recibió la influencia de movimientos europeos como el parnasianismo y el simbolismo, pero también la de algunos clásicos españoles. En un sentido más amplio, el modernismo fue la manifestación hispánica de la crisis espiritual que se vivió a finales del siglo XIX y principios del XX.