El teatro español en las primeras décadas del siglo XX: tradición y vanguardia
En el panorama general del teatro de las primeras décadas del siglo XX, hay que diferenciar la producción que contaba con el favor de los espectadores (teatro comercial) y las propuestas que constituyeron intentos de renovación.
Teatro comercial
En la época gozaron de gran aceptación entre el público:
- El teatro de consumo (el género chico, las variedades…)
- El teatro poético de Eduardo Marquina, Francisco Villaespesa y los hermanos Machado (Las Adelfas)
- El teatro cómico, línea en la que destacan los sainetes de los hermanos Álvarez Quintero (El patio), la tragedia grotesca de Carlos Arniches (La señorita de Trévelez) o el astracán de Pedro Muñoz Seca (La venganza de don Mendo).
Pero el teatro de mayor éxito de la época corresponde a la comedia burguesa de Jacinto Benavente, en cuya producción teatral destacan Los intereses creados, Señora ama y La malquerida.
Teatro de renovación
Frente a los anteriores, aparece un grupo de dramaturgos decididos a renovar la escena pero que no tuvieron éxito en su momento. Son:
- Los autores de la Generación del 98, como Unamuno (Fedra, El otro) y Azorín (Lo invisible)
- Vanguardistas como Jacinto Grau (El señor de Pigmalión) y Ramón Gómez de la Serna (Teatro muerto)
- Escritores en torno a la Generación del 27 y la Segunda República, como Rafael Alberti (Fermín Galán), Miguel Hernández (El labrador de más aire), Max Aub, Enrique Jardiel Poncela (Cuatro corazones con freno y marcha atrás) o Alejandro Casona (La sirena varada), entre otros.
Sin embargo, el teatro español de las primeras décadas del siglo XX alcanzó la cima con Valle-Inclán y Lorca.
Ramón María del Valle-Inclán
Aunque los límites no son evidentes, en la producción teatral de Ramón María del Valle-Inclán se pueden distinguir varios períodos.
Etapas
- Etapa decadentista (El marqués de Bradomín): Aplica el Modernismo al drama y se aleja del teatro simbolista con la incorporación de personajes con lenguaje y actitudes realistas tratados de forma irónica y hasta caricaturesca.
- Ciclo mítico (Comedias bárbaras, El embrujado y Divinas palabras): Todas las obras están relacionadas por sus temas, personajes, atmósferas y significado, y se localizan en una Galicia mítica, intemporal; en ellas se representa una sociedad arcaica, elegida para ofrecer la visión de un mundo en el que la existencia humana se rige por fuerzas primarias.
- Ciclo de la farsa (La Marquesa Rosalinda): Se evocan escenarios exóticos y lejanos de carácter modernista pero ya aparecen la visión irónica, preesperpéntica, de España o unos personajes que se van aproximando a las formas del esperpento.
- Farsas (Tablado de marionetas para educación de príncipes): En esta línea continúan las farsas recogidas en Tablado de marionetas para educación de príncipes pero en ellas la sátira y la burla caricaturesca de los personajes se ha agudizado intensamente incorporando la crítica de la realidad española.
- Ciclo esperpéntico (Luces de bohemia, Martes de carnaval): El esperpento hay que entenderlo como una estética que recorre toda la obra de Valle, aunque sus procedimientos se intensifiquen en las obras de los años veinte.
El esperpento
Con esta estética, Valle-Inclán pretende ahondar en la realidad para extraer su más profundo sentido, poner de relieve lo grotesco, la inmoralidad de una sociedad, y todo ello a través de unos personajes que son fantoches, personajes deformados. El esperpento se caracteriza por:
- Lo grotesco como forma de expresión
- La deformación sistemática de la realidad
- El código doble (bajo el aparente tono burlesco subyace otro significado profundo, cargado de crítica)
- El empleo de contrastes violentos
- La presentación de lo extraordinario como normal y verosímil
- La mordacidad sarcástica
- La libertad formal
- El desgarro lingüístico
- La muñequización de los personajes
- La animalización y cosificación de los seres humanos
Federico García Lorca
Entre las características del teatro de Federico García Lorca podemos destacar:
- La importancia que le otorga a la música, la danza y la escenografía, configurando así un espectáculo total
- Las influencias del teatro modernista, el teatro clásico español, el teatro de títeres, así como las de Valle-Inclán y Shakespeare
- El amor imposible o frustrado, el conflicto entre realidad y deseo o el mito del deseo imposible y el enfrentamiento entre los principios de autoridad y libertad como temas centrales de sus dramas
- La presencia de personajes, que sin perder su carácter individual en el escenario, funcionan como arquetipos así como la aparición de personajes alegóricos o máscaras populares y el empleo constante de personajes femeninos (sus mujeres serán rebeldes, con una rebeldía tristemente ineficaz o trágicamente autodestructiva)
- La introducción de acotaciones más sugestivas que descriptivas, lo que provoca que el espacio escénico y las palabras se carguen de connotaciones simbólicas, al igual que los nombres propios
Obras
- Primeros dramas: Están emparentados con el teatro modernista y entre ellos destacan El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda, que conecta con el drama histórico.
- Farsas: Las cuatro farsas desarrollan el conflicto derivado del matrimonio de conveniencia entre el viejo y la joven y se dividen en farsas para guiñol (Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita, Retablillo de don Cristóbal) y farsas para personas (La zapatera prodigiosa, Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín).
- Comedias imposibles: Hacia los años treinta, bajo la influencia del Surrealismo, Lorca escribe tres obras simbólicas (Así que pasen cinco años, El público, Comedia sin título) que denomina “comedias imposibles”.
- Tragedias: Después, Lorca dará un giro decisivo hacia un camino propio, en donde une rigor estético y alcance popular y escribe las tragedias (Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores y La casa de Bernarda Alba, la culminación del teatro lorquiano). Estas obras se desarrollan en un ambiente rural en el que las fuerzas naturales imponen un destino trágico; en ellas, el argumento tiene escasa importancia, hay pocos personajes principales, intervienen coros y la mujer tiende a ocupar un puesto central.