Estandarización y Normativización del Español

El proceso de estandarización de una lengua implica la definición y promoción de ciertas formas lingüísticas, mientras que otras son relegadas o incluso penalizadas. Este proceso suele ir acompañado de:

  • Un sistema de pronunciación estándar, considerado “educado” o “adecuado” y libre de marcadores regionales.
  • Instituciones o personas que promueven el uso de la lengua y poseen autoridad, formal o informal, en la definición de sus normas de uso, como la Real Academia Española (RAE).
  • Un estatuto o constitución que le otorga un estado oficial en el sistema legal de un país.
  • El uso de la lengua en la vida pública, por ejemplo, en el poder judicial y legislativo.
  • Un canon literario.
  • La traducción de textos sagrados, como la Biblia.
  • La enseñanza escolar de la ortografía y gramática estandarizadas.
  • La preferencia de esta variedad para el aprendizaje del idioma como segunda lengua.

Agentes de Estandarización

Los agentes que contribuyen a la estandarización y normativización de una lengua son:

  • Las universidades y academias (con respecto al castellano, la RAE).
  • La cultura escrita en libros y revistas (textos literarios, históricos y, en general, los que constituyen la cultura).
  • Los medios de comunicación, especialmente los medios digitales como Internet.
  • Las instituciones educativas y elementos del proceso de enseñanza.

La Real Academia Española (RAE)

La RAE fija los usos normativos del español según tres criterios:

  • El uso literario.
  • El uso de las personas cultas.
  • El grado de generalización de un uso lingüístico entre la mayoría de los hablantes.

Estas reglas, que constituyen la norma y son aceptadas por los hablantes para determinar “lo correcto” y “lo incorrecto”, se recogen en:

  • Gramáticas
  • Ortografías
  • Diccionarios
  • Manuales de redacción y estilo

Las obras principales de la RAE en este ámbito son:

  • La Ortografía: creada desde el siglo XVIII y oficial desde 1844. Su última edición es de 2010, consensuada con las 21 academias de los países de habla hispana.
  • La Gramática: con numerosas ediciones. La Nueva Gramática de la Lengua Española se publicó en 2009.
  • El Diccionario: es normativo, selectivo (no exhaustivo) y descriptivo. Existe en formato papel, CD-ROM y en línea. También se han publicado el Diccionario Panhispánico de Dudas y el Diccionario del Estudiante.

Historia del Español

Evolución desde el Latín

Desde un punto de vista lingüístico y diacrónico, toda lengua es un dialecto de aquella de la que procede. Las lenguas romances (castellano, catalán, francés, portugués, etc.) son dialectos históricos del latín. Con el tiempo, un dialecto puede diferenciarse tanto de la lengua madre que se considera una nueva lengua.

Normalización del Castellano

Para dar carácter oficial a una nueva lengua y hacer de ella una lengua de cultura capaz de expresar cualquier concepto, tanto oralmente como por escrito, se requiere un proceso de normalización. Hay que establecer una norma que fije los usos y unifique las diversas variedades. Esto fue lo que hizo Alfonso X el Sabio en el siglo XIII al elegir e impulsar el castellano como “lengua oficial” y “de cultura”.

La razón principal de esta elección fue reconocer al castellano como la lengua de uso común entre la población, permitiendo así que más personas pudieran acceder al saber. Alfonso X institucionalizó el uso del castellano mediante una variada producción escrita (leyes, astronomía, historia, etc.) con la ayuda de la Escuela de Traductores de Toledo.

Esta decisión fue coherente con la adoptada en la cancillería de su padre, Fernando III, al redactar los documentos públicos en castellano (selección del castellano como lengua oficial de la cancillería). Esto no habría sido posible si el castellano no hubiera estado completamente estandarizado entre la población y hubiera alcanzado su plena madurez.

El rey sabio constató esta realidad y consiguió que la lengua castellana se normalizara en el siglo XIII en todos los escritos, tanto jurídico-administrativos como literarios. La prosa castellana adquirió identidad como lengua vehicular de una sociedad, trascendiendo la comunicación oral para abarcar las relaciones con la administración y la transmisión de la cultura escrita.

La producción de Alfonso X abrió el camino del castellano, acercando la cultura a un público mayoritario que se comunicaba en castellano y no en latín, y sistematizando la lengua hablada. En ese momento, además del castellano, se hablaban gallego-portugués, astur-leonés, catalán y aragonés. El castellano nació en el entorno de lo que hoy es Burgos y La Rioja, siendo uno más de los romances peninsulares.

La Primera Gramática

La caracterización del castellano de la época ya presentaba una completa evolución desde el latín, configurando un sistema lingüístico propio. No obstante, la primera gramática de nuestra lengua fue publicada por Antonio de Nebrija en 1492.

La RAE en la Actualidad

La Real Academia Española se fundó en 1713 bajo el lema Limpia, fija y da esplendor, con el propósito de combatir lo que alterara la elegancia y pureza del idioma, y de fijarlo en el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI.

La institución ha ido adaptando sus funciones a los tiempos. Actualmente, según sus Estatutos, la Academia “tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico”.

El Diccionario de Autoridades

Fue el primero publicado por la institución y se conoce como “de autoridades” por incluir en sus artículos citas de autores que ejemplifican o corroboran la definición, con el objetivo de autorizar el uso de las voces y representar el “bien hablar y escribir”. Consta de 6 volúmenes.

Entre los autores utilizados como autoridades de la lengua se incluyen figuras destacadas de la literatura en castellano, sobre todo del Siglo de Oro, como Mateo Alemán, Santa Teresa de Jesús, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Fray Luis de León, Antonio de Nebrija, Pedro Calderón de la Barca, Miguel de Cervantes y Lope de Vega.

Asociación de Academias de la Lengua Española

La Asociación de Academias de la Lengua Española está integrada por las veintidós Academias de la Lengua Española que existen en el mundo:

La Real Academia Española (1713), la Academia Colombiana de la Lengua (1871), la Academia Ecuatoriana de la Lengua (1874), la Academia Mexicana de la Lengua (1875), la Academia Salvadoreña de la Lengua (1876), la Academia Venezolana de la Lengua (1883), la Academia Chilena de la Lengua (1885), la Academia Peruana de la Lengua (1887), la Academia Guatemalteca de la Lengua (1887), la Academia Costarricense de la Lengua (1923), la Academia Filipina de la Lengua Española (1924), la Academia Panameña de la Lengua (1926), la Academia Cubana de la Lengua (1926), la Academia Paraguaya de la Lengua Española (1927).

El Instituto Cervantes

El Instituto Cervantes es una institución cultural pública española creada el 11 de mayo de 1990 por el Gobierno de España, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores. Su tarea es la promoción y enseñanza de la lengua española, así como la difusión de la cultura de España e Hispanoamérica. Tiene dos sedes centrales en la Comunidad de Madrid y sedes en todo el mundo.

El Centro Virtual Cervantes es un sitio web creado y mantenido por el Instituto Cervantes desde 1997 para contribuir a la difusión de la lengua española y las culturas hispánicas.

Conclusiones

El castellano tuvo su origen en un lugar geográfico preciso, como idioma de una pequeña comunidad. El proceso de Reconquista y la pujanza del reino de Castilla lo expandieron por el territorio peninsular. Desde la conquista de América, es un idioma internacional, con innumerables variedades diatópicas y diastráticas en España y América.

A pesar de ello, su unidad se mantiene firme gracias a la existencia de una norma culta que responde a un mismo ideal de lengua, forjada a lo largo de los siglos. La norma culta del español es el resultado de la coincidencia, en principio espontánea y voluntaria, de las personas instruidas y los escritores de ambas orillas del Atlántico. Es codificada por los gramáticos (RAE), enseñada por la escuela e instituciones como el Instituto Cervantes, y difundida por los medios de comunicación.

El Contacto de Lenguas: Bilingüismo y Diglosia

1. Conceptos Previos: Lengua y Dialecto

Concepto de Lengua

Tradicionalmente, se llama lengua a la forma de comunicación estándar establecida oficialmente en una comunidad por razones extralingüísticas, con condiciones como: tradición escrita, literatura, número de hablantes, estatuto institucional, etc.

Según estos criterios, el gallego, el catalán y el vasco no fueron consideradas lenguas hasta el siglo XX por no tener estatutos oficiales o un número considerable de hablantes. Hoy se consideran lenguas con todos los derechos, aunque sean las mismas de antes.

El criterio más aceptado hoy es el de lengua como sistema lingüístico de comprensión mutua (inteligibilidad, intercomprensión): dos hablantes usan una misma lengua cuando se entienden lingüísticamente entre sí y poseen un sistema lingüístico funcional complejo (fónico, léxico, sintáctico, semántico, pragmático) que consideran diferente a otro, aunque se le parezca en algunos aspectos.

Ya no se considera relevante para la categoría de “lengua” el número de hablantes, que sea escrita, que tenga literatura, que sea oficial o cooficial. Muchas lenguas amerindias, indúes, eslavas, etc., se clasifican como tales sin esos criterios. Se priorizan, por tanto, razones puramente lingüísticas.

Concepto de Dialecto

Estas interpretaciones lingüísticas precisan el término “dialecto”, que algunos rechazan. Desde el punto de vista comunicativo, tiene la misma función que una lengua: los hablantes se entienden perfectamente. Un dialecto es toda variedad lingüística que procede de otra, que deriva de una lengua con el tiempo. Así, el castellano, francés, catalán y gallego son dialectos que evolucionaron desde el latín. Todas las lenguas romances son dialectos del latín vulgar, el latín hablado en las distintas provincias romanas.

Es un concepto puramente histórico: diacrónico. Del castellano se derivaron otros dialectos, que dieron lugar a las lenguas hispanoamericanas (cubano, mexicano, argentino, colombiano, etc.) y a los dialectos peninsulares (andaluz, extremeño, canario, etc.).

El dialecto histórico es aquel que procede del latín pero no tiene la consideración de lengua cooficial (asturiano y aragonés). Está en un plano distinto a los dialectos del castellano. Por la misma razón evolutiva, algunas de estas variantes geográficas podrían llegar a ser consideradas lenguas con el tiempo, como podría ser el caso del andaluz o el canario.

2. Bilingüismo y Diglosia

En una misma comunidad social, junto a hablantes monolingües pueden convivir otros bilingües, como en algunas zonas de España, donde el castellano es lengua cooficial con el catalán, vasco o gallego. En estas comunidades, la actividad lingüística se caracteriza por variedades en el uso de un mismo código (variedades intralingüísticas: diatópicas, diafásicas, diastráticas) y por variación interlingüística, ya que la presencia de dos o más sistemas lingüísticos produce interferencias causadas por el contacto de lenguas.

2.1 Bilingüismo

En las teorías más actuales, los conceptos de bilingüismo y diglosia se han ampliado. Resumiendo:

Bilingüismo: situación lingüística de una comunidad donde coexisten dos lenguas en igualdad de condiciones para el hablante y las instituciones. Según las nuevas corrientes sociolingüísticas, no es necesario que sean lenguas cooficiales; basta que sean sistemas lingüísticos diferentes, incluso variedades de una misma lengua.

Diglosia: situación lingüística en la que una variedad estándar se establece como alta y se usa en relaciones formales (de prestigio, cultas, institucionales), mientras que la otra se considera baja, propia de relaciones informales (familiares, coloquiales, vulgares).

El bilingüismo implica el uso de dos lenguas en igualdad de condiciones, sin que una (lengua A) se use con superioridad y desprecio de la otra (lengua B). Se dice que solo en países como Suiza o Canadá la situación de igualdad entre las lenguas coexistentes es más notoria.

El bilingüismo puede considerarse desde dos perspectivas:

a) Perspectiva individual: competencia lingüística desarrollada por un hablante para comunicarse con eficacia similar en dos lenguas distintas.

b) Perspectiva social: uso de dos lenguas en igualdad de condiciones en una misma comunidad, región o país.

Badía i Margarit señala otras dos clases de bilingüismo:

Bilingüismo natural: caracteriza a los hijos de padres de lenguas diferentes o a quienes, por alguna razón, se encuentran en contacto con dos lenguas desde los primeros momentos de su vida consciente.

Bilingüismo ambiental: el que ofrecen, en general, las lenguas menos favorecidas o lenguas minoritarias en su convivencia con la lengua que tiene más potencia y vitalidad dentro del Estado español (cooficialidad del catalán, gallego y vasco).

También se distingue entre individuos bilingües activos, que usan alternativamente ambas lenguas, y bilingües pasivos, que entienden otra lengua pero no la hablan.

Un bilingüismo equilibrado sería la situación ideal: uso indistinto de ambas lenguas en cualquier ámbito social. Cuando las dos lenguas tienen igual valoración oficial, cultural y social, existe un bilingüismo horizontal. Sin embargo, suele darse con mayor frecuencia la diglosia: una de las lenguas se considera superior a la otra, aunque oficialmente haya bilingüismo.

2.2 Fenómenos Asociados a las Lenguas en Contacto

En comunidades con dos idiomas en contacto suelen darse ciertos fenómenos:

a) Alternancia de códigos (o lenguas): los hablantes bilingües cambian de una lengua a otra según la situación e intencionalidad comunicativa. Pueden alternar ambos idiomas en una misma conversación e incorporar palabras o sintagmas de uno de ellos cuando hablan en el otro. En muchos casos, esta alternancia se debe a la diglosia, pues obedece a razones sociales.

b) Interferencias: transferir elementos lingüísticos de una lengua a otra. Hay diferentes tipos de interferencias:

  • Fonéticas y prosódicas: afectan a los sonidos y a la entonación.
  • Morfosintácticas: afectan al orden y a la relación de las palabras en un enunciado.
  • Léxico-semánticas: palabras de una lengua que se utilizan en otra.
  • Ortográficas: dificultades o errores en la escritura (por ejemplo, el verbo “haber”, con “b” en castellano y con “v” en catalán y gallego).

c) En situaciones de contacto pueden surgir lenguas nuevas, como los casos pidgin y criollo. Un pidgin es una lengua creada para la comunicación entre dos o más grupos que poseen sus propias lenguas y que solo usarán la nueva lengua para comunicarse con el otro grupo. Históricamente se ha dado en circunstancias de esclavismo y de relaciones comerciales. Un criollo es el desarrollo de un pidgin, que evoluciona y se enriquece convirtiéndose en la lengua principal de la comunidad. Es el caso del papiamento (criollo español de Curazao).

2.3 Lengua Oficial y Lenguas Cooficiales

Se prefiere la denominación “lengua española” a nivel internacional y “lengua castellana” a nivel peninsular. Los regionalismos, las nacionalidades y las autonomías prefieren evitar referencias a la nación única, el estado único o la lengua única. El término “lengua española” puede provocar susceptibilidades.

Los Estatutos de Autonomía para Cataluña, País Vasco y Galicia, en el desarrollo del artículo 3º de la Constitución, declaran oficiales (cooficiales) la lengua propia de cada Comunidad, junto con el castellano o español, para evitar diferencias y reticencias del término “español” respecto a las distintas regiones.

Estatutos de Autonomías – Artículo 3 de la Constitución Española (1978):

La situación de bilingüismo en España está reconocida en la Constitución española de 1978, en el artículo 3: “El castellano es la lengua española oficial del estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Las demás lenguas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.”

Los Estatutos de Autonomía de distintas Comunidades Autónomas reconocen y amparan esta situación en Galicia, País Vasco, Comunidad Foral de Navarra, Cataluña, Islas Baleares y Comunidad Valenciana. En Asturias y Aragón, se alude a que “el bable y las diversas modalidades lingüísticas de Aragón gozarán de protección y se promoverá su uso”.

Estatuto de la lengua catalana (2006) – Artículo 6: