Poesía Española del Siglo XX

Década del 40

Poesía Arraigada

La poesía arraigada se centra en temas intemporales como la familia, la patria o la religión, alejados de la realidad social del momento. Propugna una vuelta a las formas clásicas, como el soneto y la décima. Predomina una ideología conservadora y una visión optimista y esperanzada del mundo. Autores importantes de esta tendencia son Ridruejo, Luis Rosales y José García Nieto.

Poesía Desarraigada

Los poetas desarraigados manifiestan su angustia ante una realidad inhóspita. Sus poemas hablan de las miserias sociales, la injusticia y la hostilidad de la existencia. El iniciador de esta corriente es Dámaso Alonso, con su obra Hijos de la ira (1944), que se caracteriza por una perspectiva nihilista y un tono desgarrador.

Década del 50: La Poesía Social

Esta poesía denuncia las desigualdades sociales y la falta de libertades políticas durante el franquismo, sin olvidar la preocupación existencial de los desarraigados. La poesía se concibe como una herramienta para transformar la realidad.

  • Miguel Hernández: Considerado un epígono de la Generación del 27, su obra de madurez se enmarca en la poesía social.
  • Blas de Otero (1916-1979): Cultivó en sus primeras obras una poesía existencial, influida por la mística de San Juan de la Cruz. Temas recurrentes son la figura de un Dios culpable y distante, y la mujer como símbolo de plenitud. Su poesía viró hacia temas sociales como la injusticia, la miseria y la violencia. Una obra destacada de esta etapa es Que trata de España.
  • Gabriel Celaya (1911-1991): Autor de una obra extensa, sus libros más importantes se inscriben en la poesía social. Sostenía que la poesía es “un arma cargada de futuro”, una herramienta de transformación social.
  • José Hierro (1922-2002): Muestra intereses próximos a la poesía social en sus primeros libros. En obras como Libro de las alucinaciones y Agenda, deriva hacia una lírica personal, caracterizada por imágenes irracionales y la concepción de la realidad como un enigma.

Generación del 50

Estos poetas conciben la poesía como un medio de conocimiento y una forma de indagar en la propia experiencia. Temas habituales son la infancia, la juventud, la amistad, el amor y el tiempo, tratados con un lenguaje coloquial y con ironía.

  • Claudio Rodríguez (1934-1999): Usa un lenguaje con resonancias rurales para indagar en la existencia y celebrar la belleza del mundo. Su obra más destacada es Don de la ebriedad.
  • Jaime Gil de Biedma (1929-1990): Explora la experiencia cotidiana con ironía. Sus poemas tienen un tono confesional y narrativo. Su obra poética está recogida en Las personas del verbo.
  • José Ángel Valente (1929-2000): Su lírica evoluciona desde un realismo inicial a la reflexión sobre la poesía. Su estilo es escueto y preciso. Gran parte de su poesía se recopila en Punto cero.
  • Ángel González (1925-2008): Muestra una preocupación ética y critica la hipocresía social mediante la ironía. Su obra, Palabra sobre palabra, tiene un pesimismo existencial con toques de humor.

Los Novísimos (Décadas 60/70)

En 1970, José María Castellet publicó Nueve novísimos poetas españoles, marcando el inicio de los Novísimos. Esta generación rompe con la poesía anterior y se caracteriza por su carácter experimental, la perfección formal y las numerosas referencias culturales (cine, música, cómics). Es una poesía artificiosa para un público minoritario. Félix de Azúa, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero pertenecen a esta generación. El autor más emblemático es Pere Gimferrer, cuya obra destaca por su léxico rico, imágenes irracionales y ritmo.