Con el nombre de Generación del 98 se conoce a un grupo de escritores, en su mayoría novelistas, que adoptan este nombre por el desastre del 98, año en el que España pierde sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas, tras ser derrotada en sendas guerras en Cuba y Filipinas. El grupo tiene como precursor a Ángel Ganivet y como ideólogo a Ramiro de Maeztu. Sus componentes son: Antonio Machado, Pío Baroja, Miguel de Unamuno, José Martínez Ruiz “Azorín” y Ramón María del Valle-Inclán.

Antonio Machado es el único integrante del grupo que no escribió novelas. Es poeta y también escribió alguna obra de teatro en colaboración con su hermano Manuel Machado. En cuanto a Valle-Inclán, además de novelas escribió teatro e innovó en este género. Miguel de Unamuno cultivó otros géneros además de la novela: la poesía, el ensayo y el teatro.

1902 es un año clave para el grupo porque se publican 4 novelas: Amor y pedagogía, de Unamuno; Camino de perfección, de Pío Baroja; Sonata de otoño, de Valle-Inclán y La voluntad, de Azorín.

Características del grupo del 98:

  1. Denuncia de los males de España: el caciquismo, el hambre y la ignorancia…
  2. Pesimismo ante la situación histórica (el desastre colonial de 1898) y ante el desmoronamiento de los valores sociales y espirituales. En palabras de Unamuno, “les duele España”.
  3. Vuelven los ojos a la Castilla del siglo XV, que fue el motor de España, y a la que consideran la quintaesencia de lo español.
  4. Influencia de la filosofía existencial y pesimista de Schopenhauer (el escepticismo, la vida como algo absurdo y carente de sentido).
  5. Renovación estética o del estilo mediante el subjetivismo o antirrealismo: no se persigue, como en la estética realista, la reproducción exacta de la realidad, sino la expresión de la realidad interior. También aparece una concepción totalizadora: la novela, un género multiforme en el que tienen cabida también la reflexión filosófica, el ensayo, el lirismo.

UNAMUNO (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936)

Miguel de Unamuno acuñó el término “nivolas” para denominar a sus novelas. En sus novelas refleja sus ideas obsesivas sobre la religión, la vida, la muerte y la propia conciencia. Entre sus novelas destacan Abel Sánchez, donde plantea el tema de la lucha entre hermanos, inspirada en la historia bíblica de Caín y Abel; La tía Tula, que plantea el tema de la maternidad. Sin duda, sus dos obras fundamentales fueron Niebla y San Manuel Bueno, mártir, la cara y la cruz de su conflicto interior fe/razón.

En Niebla plantea el sentimiento cómico de la vida porque su protagonista, Augusto Pérez, es un personaje de ficción, inventado por su autor, Miguel de Unamuno. Utiliza el conocido juego vida/literatura: Augusto Pérez se enfrenta con su creador en un ambiente de confusión entre lo que es verdad y lo que es ficción.

En San Manuel Bueno, mártir plantea el sentimiento trágico de la vida. En ella aparecen todos los motivos que, recurrente e insistentemente, habían ido apareciendo en sus novelas anteriores: la lucha agónica del individuo en este mundo, el creer y el aparentar creer, la soledad, los problemas de la fe, la vida como sueño… Cuenta la historia de un cura de pueblo que ha perdido la fe, pero que aparenta tenerla para que sus feligreses mantengan intactas sus creencias.

VALLE-INCLÁN (Villanueva de Arosa, 1866- Santiago de Compostela, 1936)

Dos estilos definen la obra de Valle: modernismo y esperpento. Los años iniciales están marcados por la tendencia modernista (prosa poética) y representados por las cuatro “Sonatas”, subtituladas “Memorias del Marqués de Bradomín”: Sonata de otoño, Sonata de Estío, Sonata de Primavera y Sonata de invierno; supuestas memorias del Marqués de Bradomín, una especie de donjuán, “feo, católico y sentimental”. De esta primera época también es la trilogía de “La guerra carlista”, en la que narra episodios de la última guerra carlista de España.

Entre las obras marcadas por el esperpento (deformación degradada de personajes y ambientes) destaca la que, sin duda, es una de las mejores novelas de la primera mitad del siglo XX, Tirano Banderas. Por último, las tres novelas del “Ruedo ibérico” reflejan la historia y vida de nuestro país desde el reinado de Isabel II hasta el desastre del 98.

AZORÍN (Alicante, 1873- Madrid, 1967)

En las novelas de Azorín (José Martínez Ruiz) la narración se fragmenta en instantáneas que congelan el tiempo y captan la impresión del instante. Ejemplo de novela impresionista son La voluntad, Antonio Azorín, Confesiones de un pequeño filósofo. Más tarde escribe Don Juan y Doña Inés, en las que se describe minuciosamente el ambiente y la sensibilidad de los personajes.

PÍO BAROJA (San Sebastián, 1872- Madrid, 1956)

Sus novelas se caracterizan por los siguientes rasgos:

  1. Novelas centradas en un personaje -activo y dominador o pasivo y sin voluntad (abulia).
  2. Acción y diálogos abundantes.
  3. Marcada presencia del narrador a través de comentarios y reflexiones.
  4. Descripciones impresionistas a base de pinceladas o unos pocos detalles físicos y psicológicos.

Su producción narrativa se suele organizar en grupos de tres novelas (trilogías) que siguen un tema. Destacan novelas como La busca, Zalacaín el aventurero y, dentro de la trilogía La raza, El árbol de la ciencia.

Novela novecentista (Generación del 14)

La generación del 14 es muy heterogénea, sus integrantes proceden de las más variadas parcelas del saber: hay un poeta, Juan Ramón Jiménez; un filósofo, Ortega y Gasset; científicos como Severo Ochoa y novelistas como Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró. Estos autores suponen una superación de los patrones o esquemas narrativos anteriores.

GABRIEL MIRÓ (Alicante, 1879-Madrid, 1930)

Destacan sus obras Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso. La acción transcurre en Oleza (trasunto de Orihuela), representación de un mundo nebuloso, casi desaparecido, que el autor pretende rescatar. Las cerezas del cementerio (1910) y El abuelo del rey (1915) son otras obras importantes.

La composición

Procedimiento que consiste en la unión de dos lexemas para formar una palabra.

Derivación

Procedimiento para formar palabras nuevas que consiste en añadir prefijos o sufijos a la raíz de una palabra.

La parasíntesis

Procedimiento para formar palabras nuevas que consiste en derivar palabras compuestas.