La Poesía Española de la Guerra Civil a los Años 70
La Poesía Española de la Guerra Civil a los Años 70
LA POESÍA DURANTE LA GUERRA CIVIL. MIGUEL HERNÁNDEZ
Miguel Hernández, situado entre la Generación del 27 y la del 36, sintetiza la inspiración popular y la habilidad técnica. Su obra refleja el amor como destino trágico y la guerra como arma revolucionaria.
LA POESÍA EN LOS AÑOS 40
2.1. Poesía arraigada
- Formalmente armónica, con resonancias clásicas y temas intimistas, religiosos, familiares y paisajísticos.
- Grupos: Garcilaso y Escorial.
2.2. Poesía desarraigada
- Lenguaje directo y desgarrador, expresa angustia existencial y malestar social.
- Temas: muerte, destrucción, vacío existencial, silencio de Dios.
- Revista: Espadaña.
LA POESÍA SOCIAL DE LOS AÑOS 50: GABRIEL CELAYA Y BLAS DE OTERO
Características:
- Denuncia de injusticias y transformación de la sociedad.
- Lenguaje claro y directo.
- Temas: solidaridad, represión política, Guerra Civil, España.
Autores:
- Gabriel Celaya:”Cantos íbero”
- Blas de Otero:”Anci”,”Pido la paz y la palabr”
LA POESÍA EN LOS AÑOS 60 Y PRINCIPIOS DE LOS AÑOS 70
A. LA PROMOCIÓN DE LOS SESENTA.
1. Definición: La promoción de los sesenta es un grupo de poetas nacidos entre 1925 (Ángel González) y 1938 (Carlos Sahagún), que, procedentes en parte de la poesía social, renuevan la poesía española en esa década. Algunos críticos los llaman poetas del “medio siglo” o Generación del 50 porque entonces aparecieron sus primeros libros, pero su apogeo se dio en los sesenta. No están tan marcados por la Guerra Civil, pues la vivieron en su infancia. Son amigos, en especial los miembros de la Escuela de Barcelona: Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo. Con ellos se relacionan Ángel González, José Ángel Valente, Francisco Brines y Claudio Rodríguez, vinculados a Madrid. Una de las antologías que los dio a conocer fue la de José María Castellet: “Veinte años de poesía española” (1939-1959), donde se los incluía junto a figuras de promociones anteriores.
2. Características: La poesía deja de ser ante todo comunicación, como pensaban los poetas sociales, y es principalmente conocimiento: el poeta no tiene claro de antemano un contenido que quiera comunicar, sino que el poema es una exploración mediante las palabras, una “revelación de lo encubierto”. Para ello, es necesario enriquecer el lenguaje, así que huyen tanto del carácter prosaico como del extremo opuesto (el preciosismo formal); se alejan, sin abandonarlos del todo, de los temas sociales, pero no quieren caer en patéticas confesiones. En todo caso, adoptan de la poesía social el realismo, el tono narrativo y el compromiso moral, pero les dan un nuevo enfoque. Sus características son las siguientes:
– Influencias. Antonio Machado es la referencia estética y moral. Admiran a Pablo Neruda y a César Vallejo y, del 27, a Luis Cernuda por su tono conversacional y su fondo meditativo.
– Tono y actitud del yo lírico. Ponen más énfasis en lo personal que en lo colectivo, aunque también aluden a las circunstancias, muchas veces cotidianas. Se basan en experiencias propias (algunos críticos hablan de “poesía de la experiencia”), pero se distancian de los propios sentimientos mediante el humor y una ironía escéptica.
– Temas. Evocación de la infancia y la adolescencia como un paraíso perdido (la causa de la guerra); el paso del tiempo y la nostalgia por la brevedad de la vida; el amor, teñido a veces de erotismo; la amistad; la crítica de la situación española desde posiciones autobiográficas; la mala conciencia burguesa y la reflexión sobre la poesía.
– Lenguaje. Dignifican el lenguaje poético. Parten del discurso conversacional, antirretórico y lo someten a elaboración artística, Practican la intertextualidad, es decir, introducen citas de otros autores. En métrica, tienden al verso libre aparentemente sencillo; de los tradicionales, optan por el endecasílabo, el heptasílabo y el pentasílabo.
3. Autores y obras.
José Ángel Valente, sigue una línea muy personal. Inicialmente se acerca a la poesía de la experiencia, después opta por una poética del silencio (donde las palabras sugieren más que dicen) o por la metapoesía. “La memoria y los signos” (1966).
Jaime Gil de Biedma, quien influirá mucho en las generaciones siguientes, sobre todo en la poesía “de la experiencia”. La ironía y el coloquialismo, producto de una bien encubierta retórica, serán los ejes de su poética. “Las personas del verbo”, que recoge toda su obra.
Ángel González: “Tratado de urbanismo” (1967) influido por el engaño que le supone la propia vida.
Claudio Rodríguez, poeta de gran singularidad por su noción de la “poesía como conocimiento”. Entre sus obras destaca “Don de la ebriedad”.
José Agustín Goytisolo, en él confluyen lo social y lo experimental, con un lenguaje irónico y coloquial: “Algo sucede”.
Francisco Brines: “Las brasas”.
Carlos Barral: “Figuración y fuga”.
En conclusión, la promoción poética de los sesenta marca la transición de una poesía social a una poesía más experimental que se impondrá en los setenta.
B. LA PROMOCIÓN DE LOS SETENTA. LOS NOVÍSIMOS.
1. Definición: Se denomina poetas de los setenta o promoción del 68 a un grupo de autores nacidos entre 1938 y 1950, que, aprovechando en parte el camino abierto por la generación anterior, van a renovar radicalmente la poesía española. Jóvenes universitarios en los que han influido los medios de comunicación, el cine, los tebeos o la música pop.
Ya algunas figuras de mayor edad habían entrado en esta senda de renovación, caso de Blas de Otero, José Hierro o Vicente Aleixandre (con “Poemas de la consumación”, 1968). Una antología sirve de carta de presentación: “Nueve novísimos poetas españoles”, publicada en 1970 por José María Castellet. Son: Pere Gimferrer, Antonio Martínez Sarrión, Guillermo Carnero, Leopoldo María Panero, Manuel Vázquez Montalbán, José María Álvarez, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix y Ana María Moix.
2. Características: Sus rasgos comunes son:
– Influencias. Rechazan la tradición española, con las excepciones de Aleixandre, Cernuda y Gil de Biedma. De los hispanoamericanos prefieren a Lezama Lima y a Octavio Paz. Se inclinan por poetas extranjeros del siglo XX, como los surrealistas franceses, los anglosajones T.S.Eliot y Ezra Pound y el griego Constantin Cavafis.
– Tono y actitud del yo lírico. Oscila entre la frivolidad, a veces provocadora, y la seriedad. Adoptan un esteticismo heredado de las vanguardias: no se trata tanto de transmitir ideas y sentimientos como de experimentar con el lenguaje en busca de una creación formalmente bella y autónoma.
– Temas. Rehúyen el realismo y, aunque se aprecie un trasfondo crítico o desmitificador, suelen limitarse a jugar con motivos heterogéneos, procedentes unos de la cultura clásica y otros de la popular: mitos del cine y de la música, personajes de tebeos… El menosprecio del contenido lleva con frecuencia a la metapoesía, a la reflexión sobre la propia poesía. También tratan el amor y el erotismo, la evocación de lugares exóticos o refinados y, en ocasiones, denuncian la guerra y la sociedad consumista.
– Lenguaje. Usan recursos vanguardistas que rompen con la lógica habitual, como las imágenes irracionales, de tipo surrealista (llegan a la escritura automática), las enumeraciones caóticas, los juegos tipográficos, la mezcla de fragmentos heterogéneos (citas literarias, publicitarias…). El lenguaje cotidiano, con intención desmitificadora, se mezcla con un registro culto. En la métrica practican el verso libre, generalmente extenso.
3. Autores y obras.
Pere Gimferrer: “Arde el mar”
Antonio Martínez Sarrión: “Teatro de operaciones”
Guillermo Carnero: “Dibujo de la muerte”
Leopoldo María Panero: “Así se fundó Carnaby Street”
Manuel Vázquez Montalbán: “La educación sentimental”
José María Álvarez: “Museo de cera”
Félix de Azúa: “El velo en el rostro de Agamenón”
Vicente Molina Foix: “Los espías del realista”
Ana María Moix: “Baladas del dulce Jim”
Otros poetas afines son Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena y Jaime Sile.