Vanguardias

La Primera Guerra Mundial marcó una nueva etapa en Europa con la aparición del fascismo y el nazismo. España sufrió un empobrecimiento generalizado que provocó la huelga general de 1917. La dictadura de Primo de Rivera intentó frenar las tensiones políticas, y tras las elecciones del 14 de abril de 1931, se instauró la Segunda República. En literatura, aparecen el Novecentismo, las Vanguardias y la Generación del 27. Esta etapa se conoce como la Edad de Plata de la literatura española.

Las Vanguardias se desarrollan durante el primer tercio del siglo XX y rompen con el arte del siglo XIX. Son provocadoras, despreciando al gran público y a la burguesía. Las Vanguardias europeas más relevantes son:

  • Expresionismo: Propone revelar la realidad interior, exagerando características físicas o psicológicas. Abundan las descripciones simbólicas o caricaturescas. En España, lo más cercano es Valle-Inclán con el esperpento.
  • Futurismo: Defiende que el arte se debe al futuro y rechaza el pasado. Su principal representante es Marinetti.
  • Cubismo: Ligado a la pintura cubista, se caracteriza por la fragmentación de la realidad o la superposición de planos. Guillaume Apollinaire introdujo el collage y creó los caligramas.
  • Dadaísmo: Tristan Tzara cuestiona los valores tradicionales de modo provocador. Se caracteriza por la exaltación de lo infantil y lo primitivo, la predisposición por lo absurdo, la irreverencia, la sorpresa y el lenguaje incoherente.

Surrealismo

El Surrealismo es la revolución artística más importante de principios del siglo XX. Impulsado por André Breton en el Manifiesto Surrealista, pretende una revolución estética con la liberación del hombre de la esclavitud impuesta por la sociedad burguesa. En poesía, utiliza la escritura automática, el collage o la reseña de los sueños. Se produce una liberación del lenguaje.

Las Vanguardias aparecen en España a finales de la primera década del siglo XX gracias a los viajes de muchos poetas españoles a París, exposiciones cubistas en Madrid y Barcelona, y revistas como la Revista de Occidente. La llegada del chileno Vicente Huidobro, fundador del Creacionismo, en 1915, tras su estancia en París, supuso la difusión de los movimientos vanguardistas europeos. Ramón Gómez de la Serna las difunde en España, crea las greguerías y lo que él llama “novela libre”.

En España destacan:

  • Creacionismo: Su estética rechaza la narración y la descripción, ya que se limitan a la realidad, y se recurre a la metáfora. Destacan influencias de todas las Vanguardias y el arte se convierte en un juego. Fue de corta duración y su promotor fue Guillermo de la Torre.
  • Surrealismo: Llega con el Manifiesto Surrealista y se difunde por un grupo de surrealistas en Málaga. Destacan temas como el ansia de libertad, la importancia de los sueños y el amor. Destaca la liberación de la imagen y los juegos de palabras.

En Hispanoamérica destacan las tres últimas explicadas. El realismo mágico influyó en su literatura. Estas Vanguardias reflejan la diversidad y riqueza de la producción literaria en España e Hispanoamérica durante el siglo XX.

Novecentismo y Generación del 14

En 1914 comienza una nueva etapa en Europa: estalla la Primera Guerra Mundial. España sufre las consecuencias económicas, sociales y políticas del conflicto. La sociedad queda dividida en liberales y conservadores. La crisis de la Restauración termina con el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, que instaura una dictadura a la que se opone la mayoría de los intelectuales del país. En 1931 surge la Segunda República, que termina con la Guerra Civil (1936-1939).

Sobre 1914 surge el Novecentismo y las Vanguardias. El Novecentismo pretendía modernizar España, acercándola a Europa, con una perspectiva más intelectual y elitista. El auge de este movimiento se da con los “felices años 20”, tomando así el nombre de Novecentismo o Generación del 14. El autor más destacado es José Ortega y Gasset, y destacan el europeísmo, el esteticismo, el intelectualismo y la preocupación formal. Los escritores divulgan sus ideas a través de revistas como El Sol o la Revista de Occidente. Los géneros literarios más representados son la novela, la lírica y el ensayo, que será el método para difundir las ideas y europeizar España.

José Ortega y Gasset es el inspirador del grupo y escribe ensayos filosóficos en torno a España y a la estética. Tuvo primero influencia francesa y después de la filosofía alemana. Su estilo es claro y elegante. Se opone al irracionalismo. En 1914 aparece Meditaciones del Quijote, su primera obra.

Novela del 39 al 74

El 18 de julio de 1936, Franco dio un golpe de Estado, desencadenando la Guerra Civil Española, que terminaría en 1939 con el triunfo del bando nacional, estableciéndose una dictadura hasta 1975. La guerra fue dura y cruel, provocó miles de muertes, hambre, venganzas y una dura represión que llevó al exilio a miles de españoles.

En la posguerra, la cultura y la literatura estaban condicionadas por la opresión, la censura y la ausencia de grandes escritores en el exilio. Resalta la narrativa de grandes autores como Ramón Sender, con obras como Réquiem por un campesino español; Rosa Chacel, con novelas filosóficas como Estación de ida y vuelta; Max Aub, con obras realistas y vanguardistas; y Francisco Ayala, autor de obras como El boxeador y un ángel.

En los años 40 aparece la novela idealista y arraigada, con valores del régimen franquista, con obras como La camisa azul de Felipe Ximénez de Sandoval, y la novela humorística de evasión, basada en la creación de mundos imaginarios, como El bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez. También destaca la novela desarraigada, que expresaba la angustia de la posguerra. Destacan La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela o Nada de Carmen Laforet.

La publicación de La familia de Pascual Duarte en 1942 inicia una polémica en torno al tremendismo, ya que creaba un ambiente desagradable que chocaba con la novela arraigada. En la década de los 50, con La colmena de Camilo José Cela en 1951, se inicia la novela social. Abandona las inquietudes existenciales de la narrativa desarraigada. Esta otra tendencia aborda temas como la falta de libertad, la represión o las dificultades de la ciudad.

Generación del 27

El apoyo de Alfonso XIII a Primo de Rivera favorece la Segunda República. El 14 de abril de 1931 se inició un programa de múltiples reformas, estableciendo derechos y libertades. El gobierno afronta situaciones como la crisis económica del 29, el paro o la conflictividad social de una Europa con el fascismo de Hitler y Mussolini. El 18 de julio de 1936, Franco da un golpe de Estado, provocando la Guerra Civil Española, que termina en 1939, estableciéndose una dictadura hasta 1975.

En 1927, con la muerte de Góngora, se reúnen un grupo de intelectuales que forma la Generación del 27. Consiguen el equilibrio entre tradición y vanguardia, siendo la promoción más relevante del siglo XX. Destaca que todos tienen cualidades similares y colaboran en revistas y publicaciones como la Revista de Occidente. Participan en tertulias, conferencias y actividades culturales. Su poesía busca el equilibrio entre tradición y vanguardia, con la influencia del Romancero y el Cancionero, y autores como Garcilaso, Góngora y Jorge Manrique. Valoran la metáfora y combinan el verso libre con formas métricas clásicas.

La poesía del 27 se divide en tres grandes etapas:

  1. Hasta 1929: Predomina el gusto por la poesía de Bécquer y Góngora. Destaca una poesía deshumanizada con influencias de vanguardias, neopopularismo y poesía pura.
  2. Hasta 1936: Se produce la rehumanización de la poesía. La base del poeta es la metáfora.
  3. A partir de 1939: La poesía se centra en la angustia, las preocupaciones existenciales y sociales, y la nostalgia por España.

La guerra provoca el exilio de muchos intelectuales, el exilio interior o la muerte de otros, terminando con la Generación del 27. Con la democracia, algunos vuelven, y Vicente Aleixandre recibe en 1977 el Premio Nobel de Literatura como reconocimiento a toda la generación.

Autores destacados de la Generación del 27

  • Pedro Salinas: Se exilió a América. Escribió alguna obra narrativa y libros de crítica literaria, destacando con su poesía. Su obra se divide en tres etapas: 1. Recoge la influencia de Bécquer. 2. Destaca el tema del amor. 3. Refleja la angustia y las preocupaciones sociales.
  • Jorge Guillén: Máximo representante de la poesía pura. Tiene tres etapas que se corresponden con tres obras: Cántico, Clamor y Homenaje. Su poesía es un diálogo con la naturaleza, el amor y la muerte. Usa metáforas surrealistas, verso libre y una etapa que predomina el pesimismo y la angustia existencial.
  • Luis Cernuda: Refleja el enfriamiento entre la realidad y el deseo.
  • Dámaso Alonso: Tiene éxito tras la posguerra en la poesía existencial o desarraigada.
  • Gerardo Diego: Recibe el Premio Cervantes en 1984. Su poesía se divide en vanguardista y clasicista.
  • Rafael Alberti: Recibe el Premio Nacional de Literatura en 1925. Su poesía se divide en neopopular, vanguardista y surrealista.
  • Federico García Lorca: Es de los poetas más relevantes del siglo XX. Su obra está marcada por el dramatismo y el tono trágico. Tiene una primera etapa hasta 1928 con rasgos modernistas y populares, y otra del 1929 al 1936 que muestra la rebeldía con el mundo.
  • Miguel Hernández: Se considera del 27 por su amistad con muchos poetas. Combina lo popular y lo culto. Destaca Cancionero y romancero de ausencias, escrito en la cárcel.

En 1927 triunfó una generación de mujeres pintoras, poetisas, novelistas… Destacan María Teresa León, Josefina de la Torre, Concha Méndez…

Juan Ramón Jiménez

Destacan España invertebrada o La rebelión de las masas de José Ortega y Gasset. Eugenio d’Ors propone el término de Novecentismo y acepta las nuevas corrientes intelectuales y artísticas. Es ensayista y filósofo, y destaca en un tipo de ensayo breve que critica el arte catalán. La novela novecentista continúa en 1895, optando por la renovación formal y la subjetividad, huyendo de la estética realista. Destacan Gabriel Miró con Las cerezas del cementerio o Ramón Pérez de Ayala con una narrativa experimental.

En lírica destaca Juan Ramón Jiménez, que entrega su vida a la poesía. Los poetas de la Generación del 27 lo toman como modelo. Su obra se divide en tres etapas:

  1. Sensitiva: De rasgos modernistas y elementos románticos y simbólicos. Publicó en 1914 Platero y yo.
  2. Intelectual: Crea la poesía pura, buscando lo esencial y la sencillez expresiva. En las obras predomina el verso libre y corto, como en Diario de un poeta recién casado (1917).
  3. Suficiente: Tiene una depuración progresiva hacia la lírica compleja, esencial y desnuda. Trata temas como la belleza, la perfección o la naturaleza. Destaca Animales de fondo.

Novela Social y Experimental

Apuestan por la denuncia social con un lenguaje sencillo y una estructura lineal para llegar a un público amplio. Destaca el objetivismo, que presentaba la realidad desde una visión neutral, y el realismo crítico, que denunciaba las injusticias sociales. Destacan El camino e Islas ratas de Miguel Delibes o La colmena de Camilo José Cela, que tuvo problemas con la censura en 1962. Luis Martín-Santos publica Tiempo de silencio en 1962. Esto supone el fin del realismo social, dando lugar a la narrativa experimental.

La vuelta del vanguardismo en la renovación formal toma como modelo escritores extranjeros y la nueva narrativa hispanoamericana, apostando por técnicas narrativas innovadoras. Esta novela se preocupa por lo estético, es compleja y aborda temas como el paso del tiempo, lo cotidiano, los recuerdos y las preocupaciones sociales. Destacan autores como Miguel Delibes con Cinco horas con Mario, Luis Martín Santos con Tiempo de silencio y Juan Benet con Volverás a Región.

Realismo y Naturalismo

A mitad del siglo XIX, el Romanticismo da un paso artístico, filosófico y cultural, y pasa a ser el Realismo tras la caída de Isabel II con la revolución en 1868. Los gobiernos progresistas consagran los derechos democráticos en la Constitución de 1869. Se establece la Primera República en 1873, época de libertades, revueltas sociales y crisis económica, provocando la Restauración de Alfonso XII en 1874. Se consolida el liberalismo y aparece con fuerza el movimiento obrero, el positivismo y el evolucionismo de Darwin. La segunda mitad del siglo XIX está marcada por el krausismo, basado en el carácter ético del individuo, y así surgió la Institución Libre de Enseñanza.

El Realismo propuso representar la realidad de forma fiel. Surge en Francia en la primera mitad del siglo XIX y se extendió por Europa con autores como Tolstói en Rusia o Dickens en Inglaterra. En España llegó tras la Revolución Gloriosa del 68 con la publicación de La Fontana de Oro de Benito Pérez Galdós. El género narrativo será el más desarrollado, siendo la novela el mejor medio para descubrir la realidad.

La estética realista se caracteriza por representar la realidad tal cual era, con el uso del narrador omnisciente, la observación y documentación exhaustiva, la objetividad y la crítica social, el detallismo en las descripciones y el estilo directo, indirecto y libre. En 1880 surge una variante del Realismo que pretende estudiar las clases sociales: el Naturalismo, nacido en Francia por Émile Zola.

Naturalismo y Autores Destacados

En España es Emilia Pardo Bazán quien introduce el Naturalismo, que, a través de una documentación y observación muy rigurosas, refleja ambientes degradantes, personajes miserables y un lenguaje vulgar. De la narrativa realista y naturalista española destacan Pedro Antonio de Alarcón, Juan Valera (centrado en la belleza de la mujer y el amor), Vicente Blasco Ibáñez (ambientado en Valencia), Clarín, Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán.

Galdós tiene una producción literaria muy extensa: escribió más de 100 obras narrativas y varias obras de teatro, clasificadas en Episodios Nacionales y Novelas Largas. Los Episodios Nacionales presentan una historia novelada del siglo XIX. Las Novelas Largas se dividen en:

  • Novelas de la primera época: Representa un mundo ideológicamente enfrentado.
  • Novelas contemporáneas: Refleja la sociedad madrileña con estilo indirecto libre o el monólogo interior, como en Fortunata y Jacinta.
  • Novelas espiritualistas: Reflejan una evolución hacia el existencialismo.

Leopoldo Alas “Clarín” escribe más de 60 cuentos y dos novelas. Su obra más destacada es La Regenta, compuesta por dos partes de 15 capítulos. Emilia Pardo Bazán retrató el paisaje rural y la decadencia del ser humano. En la poesía de la segunda mitad del siglo XIX destaca el sentimiento amoroso y lo cotidiano. Destacan Bécquer y Rosalía de Castro. Surge la poesía realista que resalta los avances científicos y tecnológicos, y lo cotidiano. En el teatro destaca el melodrama. El dramaturgo que evolucionó del teatro romántico al realista es José Echegaray. También destaca el teatro realista y naturalista de Joaquín Dicenta y el renovador de Galdós.