Nuevos poetas españoles: Del vanguardismo a la experiencia
Nueve Novísimos Poetas Españoles
En 1970, José María Castellet publica la antología Nueve novísimos poetas españoles. Este grupo, nacidos entre 1939 y 1949, incluye a:
- Manuel Vázquez Montalbán
- Pedro Gimferrer
- Félix de Azúa
- Martínez Sarrión
- José María Álvarez
- Vicente Molina Foix
- Guillermo Carnero
- Ana María Moix
- Leopoldo María Panero
Otros poetas, algunos más jóvenes, cercanos a este grupo son:
- Luis Alberto de Cuenca
- Jaime Siles
- Luis Alberto de Villena
- Antonio Colinas
- José Miguel Ullán
- Jenaro Talens
Rasgos Comunes
- Distanciamiento de los preceptos éticos de la literatura anterior.
- Vasto bagaje intelectual, para marcar su distancia respecto a la literatura española anterior.
- Sociedad de consumo y ambientes decadentes. Son continuas las referencias a la sociedad de consumo: el cine, la música pop, el deporte, los tebeos.
- Metapoesía. Es frecuente la poesía como tema, la reflexión metapoética: la poesía como valor absoluto en sí misma, autónoma. También les aglutina la concepción lúdica que tienen de la poesía.
- Nuevo vanguardismo.
Últimas Tendencias
La estética novísima domina desde 1966 hasta 1985. Sin embargo, tras la muerte de Franco, buscan una expresión más personal: se atenúan las actitudes provocadoras y culturalistas. Siguen presentes algunas líneas como la metapoesía y la poesía experimental. Otros poetas del grupo entroncan con la tradición: la poesía clásica greco-latina, el Romanticismo y Modernismo, la poesía barroca, el malditismo o la poesía pura, intelectual, minimalista.
A mediados de los ochenta, se advierten dos corrientes en los poetas postnovísimos:
- Poesía figurativa, narrativa, proclive a la prosa.
- Poesía elegíaca.
En torno a 1980, la estética novísima decae y una nueva promoción (nacidos entre 1954 y 1968) entra en escena. En 1986, son presentados en una nueva antología. Las características que definen la poesía de los ochenta son:
- Recuperación de los poetas de los sesenta.
- Relectura de la tradición. Se recuperan la métrica, la rima y la estrofa.
- Vuelta a la narración y empleo del lenguaje coloquial.
- Renovación de temas: subjetividad, el paso del tiempo, lo urbano y lo cotidiano.
- Empleo del humor, el pastiche y la parodia. La ironía y el distanciamiento son también característicos.
De las tendencias de los ochenta, dos se imponen en los noventa:
- Poesía del silencio. Una poesía minimalista, que reivindica las vanguardias, compuesta de poemas breves, donde se elimina la anécdota. Se busca una palabra esencial, tensa, depurada y concisa, en la línea de la «poesía pura».
- Poesía de la experiencia. Propugnan una nueva sentimentalidad. Una poesía realista, que habla de la vida cotidiana urbana, con expresión coloquial, revalorizando la experiencia, el humor y la emoción. Como ramificación, se cultiva una poesía elegíaca que reflexiona sobre el paso del tiempo y la pérdida, un lirismo reflexivo. Los temas más frecuentes son la vida cotidiana y la estampa costumbrista, tamizados por el humorismo y la distancia.
Al finalizar el siglo XX, la poesía de la experiencia y la poesía del silencio marcaban las tendencias. Paulatinamente, surge un rechazo al relativismo moral de ambas, en favor de un compromiso social del poeta frente a la injusticia, una poesía del compromiso civil. Se considera la poesía como espacio de resistencia, y el realismo como instrumento de indagación, vigilancia y alerta, buscando la transformación del sujeto y del mundo.
En Andalucía, surge la «poesía de la diferencia» como oposición a la poesía de la experiencia. Más allá del rechazo a los mecanismos mediáticos que favorecen a los poetas de la experiencia, no hay un ideario común.
Algunos autores de estas tendencias son:
- Luis García Montero (poesía de la experiencia)
- José Carlos Cataño (poesía del silencio)
- Andrés Trapiello (neoimpresionismo)
- Blanca Andreu (neosurrealismo)
- Antonio Enrique (poesía de la diferencia)
- Juan Lamillar (poesía metafísica o lirismo reflexivo)