La Poesía en la Posguerra (1939-1950)

Tras la Guerra Civil, la poesía española se vio profundamente afectada por el contexto social y político. La censura, la pobreza y el exilio marcaron la producción literaria, dando lugar a diversas corrientes poéticas. La poesía se convirtió en un arma de propaganda, reflejando la división del pueblo español.

En medio de la decadencia cultural, la Generación del 27, con su ideal de pureza artística y su maestría en el uso de la metáfora, continuó influyendo en la poesía española. Con la Guerra Civil, su poesía se “deshumaniza” y algunos de sus miembros se exiliaron, lo que dio origen a temas de compromiso social. Corrientes como el surrealismo y el futurismo dejaron su huella en algunos poetas de esta generación. La utilización de imágenes sorprendentes y novedades métricas, como el versículo, enriqueció la lengua poética.

Poesía Arraigada y Desarraigada

La posguerra trajo consigo la aparición de la Poesía Arraigada, con poetas como Luis Rosales, que buscaban la claridad, la perfección y el orden en formas clásicas. Con un firme sentimiento religioso, abordaban temas tradicionales como el amor, el paisaje y la belleza.

En contraste, la Poesía Desarraigada, surgida con obras como Hijos de la ira, expresaba la angustia y el caos existencial, alejándose de la armonía y la serenidad de la poesía arraigada.

Poesía Social y el Exilio

Entre los años 40 y 50, la poesía social se centró en el sufrimiento humano, denunciando la injusticia, el dolor y la miseria. Al mismo tiempo, el exilio forzó a figuras como Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pedro Salinas y Jorge Guillén a abandonar España. Su poesía exploró temas como la crisis de identidad, la búsqueda de raíces, la nostalgia, el recuerdo de la juventud, la evocación de España, la desesperanza, la angustia y el dolor por los amigos abandonados o muertos. Con una actitud meditativa y tonos éticos, reflexionaron sobre la existencia humana y cuestionaron la realidad.

Autores Destacados

  • Luis Rosales: Conocido por obras como Abril, que marcó el inicio del clasicismo de la “juventud creadora”, Retablo sacro del Nacimiento del Señor y su obra crítica Cervantes y la libertad.
  • Gabriel Celaya: Un prolífico autor con una obra diversa, que abarca desde el surrealismo de La soledad cerrada hasta la poesía social de Las cartas boca arriba, pasando por la poesía existencial humanizada de Tranquilamente hablando. Su obra se caracteriza por un vitalismo sorprendente y una preocupación por la condición humana.
  • Blas de Otero: Representante de la poesía desarraigada con obras como Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, que exploran la angustia existencial. En Cántico espiritual, rinde homenaje a San Juan de la Cruz y expresa su desesperación y pérdida de fe ante un Dios que parece no escuchar.
  • José Hierro: Desde sus primeras obras, como Tierra sin nosotros y Alegría, hasta obras posteriores como Con las piedras, con el viento y Quinta del 42, Hierro refleja su sentir juvenil y sus ganas de vivir.

La Poesía de los Años 60

A mediados de los 50, con obras como El retorno de Juan Goytisolo y A modo de esperanza de Ángel Valente, surge una nueva generación de poetas. Autores como Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, José Manuel Caballero Bonald, Francisco Brines y Félix Grande alcanzaron la madurez en los 60, consolidándose como la “segunda generación de posguerra”. Influenciados inicialmente por la poesía social, estos poetas se centraron en la intimidad y la experiencia individual.

Características de la poesía de los 60:

  • La poesía como experiencia y conocimiento del mundo.
  • Interés por lo subjetivo y la realidad cotidiana.
  • Compromiso moral con su tiempo.
  • Uso de la metáfora como recurso principal.
  • Transformación del lenguaje coloquial en artístico.
  • Influencias de Machado, la Generación del 27 y los poetas sociales.
  • Temas como la evocación de la infancia y la adolescencia.

La Poesía Novísima de los 70

La poesía novísima de los 70 se caracterizó por una ruptura con la poesía anterior, rechazando el compromiso social y la expresión directa de sentimientos o ideas. Con modelos poéticos muy variados, esta generación buscó nuevas formas de expresión.