Poesía marginal y social en España
Las voces marginales:
Algunos poetas se esforzaron por componer un tipo de poesía con raíces distintas de las vistas. Son dos los movimientos:
1) El Postismo:
Movimiento heredero de los ismos, se dio a conocer en 1945 y su líder fue Carlos Edmundo de Ory. Entre sus rasgos destacan: su experimentalismo vanguardista, vinculado con el Surrealismo y el Dadaismo y su defensa de la imaginación y del humor.
2) El grupo Cántico:
La revista cordobesa Cántico cobija una poesía marginal caracterizada por su culturalismo, exquisitez formal y léxica, y temas tratados con gran sensualidad. Importante: Ricardo Molina.
c) Poesía social de los años 50:
Pretende mostrar la verdadera realidad del hombre y del país, muy distinta de la versión oficial. La poesía se considera un medio de cambiar la sociedad que debe testificar y denunciar las injusticias, las desigualdades sociales o la falta de libertades políticas. Según Celaya, es un instrumento para transformar el mundo.
El tema es la base sobre la que se construye el poema. Lógicamente, el tema de España y de la guerra civil se convierten en un punto de referencia constante. El destinatario ideal es la inmensa mayoría: la poesía debe dirigirse al mayor número de gente posible. De ahí la utilización de un lenguaje directo, coloquial o conversacional, y muchas veces prosaico.
Los principales poetas de esta tendencia fueron: BdO, José Hierro, Gabriel Celaya y Eugenio de Nora, junto con otros muchos que causaron una saturación de este tipo de poesía. Si añadimos a esta saturación la falta de lectores y los cambios sociales y económicos producidos en los 60, es fácil comprender el agotamiento de la poesía social hacia 1963 y el descrédito en que cayó posteriormente.
d) La promoción del 60:
A mediados de los 50 aparece un nuevo grupo de poetas que, sin renunciar al compromiso, elevan la calidad artística de la poesía. Se consolidan en la década de los 60. Son, entre otros: Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente. A varios de ellos les une una estrecha amistad, el hecho de ser los niños de la guerra y haber vivido la etapa más dura de la guerra.
Su concepto de la poesía ha cambiado: su única finalidad ya no es la comunicación. Esta es uno de los elementos de la poesía. Esta es un medio de conocimiento de la realidad.
Sus primeros libros se hallan marcados por la influencia de los poetas sociales y Machado se constituye en un ejemplo ético y estético. Muchos de estos autores combatirán el régimen franquista desde posiciones políticas cercanas al comunismo. Pero su trayectoria se inclinará hacia el intimismo y hacia la expresión de la experiencia individual. La amistad, amor, trabajo, infancia o adolescencia paradisíacas, es decir, los aspectos de la vida personal aparecen en sus poesías, si bien con un tratamiento distanciado, escéptico o irónico en muchas ocasiones.
Otra característica diferenciadora será el tratamiento del lenguaje: el tono coloquial se depura y se eleva a un nivel artístico, se huye de la exaltación, de la arenga y del prosaísmo; se busca un estilo personal, en el que el humor, la ironía, los ecos de lecturas y canciones producen la sensación de una conversación íntima y acogedora con el lector.
e) Los novísimos:
En 1970, el crítico José Mª Castellet compiló una antología polémica: Nueve novísimos poetas españoles. Los poetas incluidos fueron: Manuel Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Pedro Gimferrer, Guillermo Carnero, Ana Moix. La antología era parcial y desafiante: escogía de las varias corrientes del momento la más diferente y audaz, la que suponía un cambio más evidente con toda la poesía anterior.
Todos son poetas nacidos tras la guerra. En su formación cultural y en sus temas ocupa un lugar importante y mitificado la cultura de los medios de comunicación de masas (radio, tele, cine…) En literatura, conocen y admiran la poesía extranjera (Eliot, surrealistas franceses) y de la española solo salvan Aleixandre, Cernuda, y Gil de Biedma y a algunos poetas HA como Octavio Paz o César Vallejo. Antirrealistas, se vuelven en una lírica de componentes experimentales relacionados con las vanguardias (escritura automática, uso del collage) o con el Modernismo (gusto por lo exótico, por el ritmo del lenguaje, por el léxico cultista, etc). Defienden la autonomía del arte y manifiestan una extrema preocupación por el lenguaje. Otros poetas que también se inscriben en esta tendencia son: Antonio Colinas, Carvajal, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena.
f) Los últimos años:
Desde 1975 se advierte un cambio en los poetas arriba citados. Se frenan los excesos culturalistas y rupturistas, y se inician rutas que conducen a una poesía más personal e intimista. Coincide este desvío con la aparición de numerosos poetas jóvenes, en los que se acentúan las osadías vanguardistas.
Algunos nombres destacados: Julio Llamazares, Blanca Andreu, Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes, en los que volvemos a encontrar una poesía de la experiencia ligada en ocasiones con una mirada hacia el mundo actual.