La Religión: Un Hecho Humano Universal

La religión es un hecho inherente al ser humano. Se manifiesta en todas las culturas y sociedades, tanto en el pasado como en el presente. Se trata de un fenómeno complejo que requiere un estudio multidisciplinar. Así como la comprensión de la inteligencia humana implica analizar tanto el cerebro (aspecto biológico) como otros factores, el entendimiento de la religión exige examinar, además de creencias y ritos, una amplia gama de elementos.

Este fenómeno fascinante abarca emociones profundas, sentimientos de seguridad, la búsqueda de salvación, la pertenencia a una comunidad, y actitudes de confianza y admiración.

Ciencias que Estudian el Hecho Religioso

Para comprender la religión en su totalidad, diversas ciencias aportan sus herramientas y métodos:

  • Fenomenología de la religión: Describe las características comunes de los fenómenos religiosos y analiza su estructura: ritos, símbolos, fiestas, moral, etc.
  • Sociología de la religión: Examina la organización de los grupos religiosos y la influencia recíproca entre religión y sociedad.
  • Historia de las religiones: Estudia la presencia de lo religioso a lo largo del tiempo en restos arqueológicos, monumentos, obras de arte, costumbres, textos, etc.
  • Psicología de la religión: Se centra en el individuo, estudiando la experiencia religiosa, la religiosidad como actitud humana, y las emociones y estados anímicos asociados.
  • Antropología religiosa: Explica la relación entre religión y cultura, y cómo los elementos culturales (lenguaje, costumbres, objetos, valores) influyen o son influidos por lo religioso.
  • Filosofía de la religión: Se cuestiona la naturaleza de la religión y la posibilidad de justificar racionalmente sus elementos (dioses, creencias, prácticas).
  • Teología: Es el estudio de Dios. La teología busca argumentar las creencias de cada religión (teología cristiana, judía, musulmana, etc.), en un esfuerzo racional por explicar la fe.

El Misterio y la Experiencia Religiosa

El misterio se refiere a aquello oculto, difícil de comprender o sin explicación lógica. La vida humana está rodeada de misterios. Algunos se encuentran en las fronteras de las ciencias naturales (¿cómo surgió la vida?, ¿de qué está hecha la materia?), otros en el ámbito de la historia (¿cómo se construyeron las pirámides?, ¿quién mató a Kennedy?). También existen misterios fantásticos y esotéricos (¿existen los extraterrestres?, ¿se puede desvelar el destino en las estrellas?).

Como expresa el salmo 139, cada persona es un misterio para sí misma. A pesar del autoconocimiento, siempre habrá aspectos desconocidos del pasado, del presente y del futuro.

La Religión como Respuesta al Misterio

Existen misterios que trascienden las capacidades de la ciencia, planteando preguntas últimas y trascendentes: ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Existe un ser superior creador del universo? ¿Merece la pena el sacrificio por los demás? ¿Tiene cada persona una misión en este mundo?

Para responder a estas preguntas, se requiere una actitud religiosa, una apertura a un misterio mayor, denominado Ser Supremo o Misterio (con mayúscula), que el creyente suele llamar Dios. San Pablo, en su discurso en el Areópago, reconoce esta actitud religiosa en los atenienses. Esta actitud es fundamental para la experiencia religiosa.

La religión es un camino hacia el encuentro con el Misterio, una relación que busca respuestas a las preguntas trascendentes. Esta relación genera en la persona religiosa una experiencia profunda de amor, plenitud y salvación frente al sinsentido, el mal y la muerte. El himno a Dios en el libro de Job es fruto de esta experiencia. Textos similares se encuentran en otras religiones.

La Comunicación con lo Trascendente: Mediaciones Religiosas

Comunicarse con otras personas puede ser difícil. Hay emociones y pensamientos complejos de transmitir, palabras que generan malentendidos, y experiencias que solo comprenden quienes las han vivido. La literatura y la música, por ejemplo, son medios de comunicación que expresan pensamientos o sentimientos difíciles de verbalizar. Un poema o una canción pueden ayudar a expresar o identificar sentimientos.

Los elementos básicos de la comunicación son: emisor, receptor, mensaje, canal, código y contexto. La religión, como relación entre la persona y el Misterio o Ser Supremo, también involucra estos elementos. Sin embargo, comunicarse con el Misterio implica un salto cualitativo, ya que está más allá de los límites naturales. Su trascendencia impide una relación inmediata. Por ello, existen las mediaciones religiosas, que facilitan la comunicación entre el ser humano y el Ser Supremo. Estas mediaciones proporcionan canales, contextos y códigos para que el mensaje y el encuentro sean posibles.

Tipos de Mediaciones Religiosas

La persona religiosa siente la necesidad de responder y manifestar su actitud ante la divinidad. A lo largo de la historia, se han creado códigos y canales de expresión y comunicación, denominados mediaciones religiosas. Algunas de ellas son:

  • Mitos y relatos: Historias con fines morales, relatos de creación, himnos y poemas sagrados.
  • Ritos y celebraciones: Liturgias, fiestas, costumbres funerarias, ceremonias, peregrinaciones.
  • La oración: Rezos, plegarias, cánticos, invocaciones, danzas.
  • La moral: Normas de conducta, valores, prohibiciones, tabúes, mandamientos.
  • Lugares sagrados: Montes, templos, sitios de gran belleza.
  • Personas mediadoras: Santos, profetas, personajes especiales.
  • Signos y símbolos: La cruz, gestos como santiguarse, sacramentos como el bautismo.

Las religiones deben ser fuente de convivencia, fomentando la cercanía, el diálogo y la claridad en su mensaje. Las propuestas religiosas que se desvían de estos parámetros, como las sectas, son perjudiciales para el ser humano.