La Exposición: Informar y Aportar Conocimientos

El texto expositivo tiene como objetivo informar y aportar conocimientos sobre un tema con una intención didáctica. Debe tener una forma ordenada, clara y objetiva. Son ejemplos de textos expositivos:

  • Textos científicos especializados.
  • La mayoría de los textos de ámbito académico (exámenes, apuntes).
  • Algunos artículos periodísticos.

Los textos expositivos pueden dividirse en:

  • Textos divulgativos: Informan clara y objetivamente sobre un tema de interés general. En principio, han de ser fáciles de comprender, pero varían según el receptor al que van dirigidos y la intención que tienen.
  • Exposición científica: Tienen un grado de dificultad alto porque su función es hacer comprender fenómenos, conceptos, etc., que exigen, además, unos conocimientos previos.

Lo habitual es que la exposición aparezca en combinación con otros tipos de texto, como los instructivos y los descriptivos, pero, sobre todo, se combina con el argumentativo, pues la exposición casi nunca se limita a dar una información, sino que la explicación es un recurso de la argumentación. No obstante, la exposición se diferencia de la argumentación en que la exposición se encarga de mostrar y la argumentación de demostrar.

Estructura del Texto Expositivo

Los textos expositivos parten de una idea que se desarrolla a continuación. Los elementos del texto siguen una relación lógica, cronológica o jerárquica:

  • Relación lógica: Se establece a partir de causas que provocan determinados efectos.
  • Relación cronológica: Se da en exposiciones donde se plantean los avances de un tema científico, por ejemplo.
  • Relación jerárquica: Los hechos se refieren por orden de importancia.

En la selección de la información, el emisor debe partir de un conocimiento global del tema, fijar una perspectiva desde la cual enfocarlo y tener en cuenta los conocimientos que se presupone que tiene el receptor.

La estructura básica de los textos expositivos consta de tres partes (lo fundamental es una ordenación clara y coherente que permita seguir el hilo de la exposición):

  1. Introducción: Se plantea el tema. En textos largos, puede incluir el marco temporal y espacial, la bibliografía, etc.
  2. Desarrollo: Se aborda el tema y se incorporan los subtemas y las ejemplificaciones, que son muy importantes en la exposición porque sirven de apoyo y ayudan a la comprensión del texto.
  3. Conclusión: Se cierra el texto volviendo a la idea principal, valorando la información que se ha expuesto, etc. Ésta no aparece siempre, ya que a veces es innecesaria.

Según cómo se organice la información, la estructura puede ser:

  • Analizante (deductiva): Se parte de una tesis o idea principal y luego se va explicando o desarrollando.
  • Sintetizante (inductiva): Se parte de casos particulares o datos para llegar a una conclusión o idea principal al final.

Además, ambas formas pueden aparecer combinadas en un mismo texto.


La Argumentación: Persuadir y Rebatir Opiniones

La argumentación tiene como objetivo expresar opiniones o rebatirlas con el fin de persuadir al receptor; es decir, conseguir que el receptor se sitúe a favor o en contra de una determinada opción e incluso que actúe (como votar a un partido político determinado). Por ello, la argumentación exige al emisor un conocimiento global del tema y de las técnicas de persuasión.

En los textos argumentativos aparece la función referencial (al exponer la información) y la función apelativa (característica en el desarrollo de los argumentos para influir en el receptor). Son textos argumentativos:

  • El ensayo.
  • Los textos propios de la oratoria política (un mitin, un debate parlamentario) y judicial (la defensa de un abogado ante el juez).
  • Los debates y tertulias de la radio y la televisión.

Los textos argumentativos suelen ir acompañados de la exposición, con el objetivo de presentar el tema y para hacer más objetiva la argumentación. Así, la exposición muestra y la argumentación demuestra.

Estructura del Texto Argumentativo

La selección de la información depende del asunto que se trata y de la situación. Es importante hacer una hipótesis de las ideas del receptor, ya que es necesario tener claro su punto de vista. Además, se deben prever los contraargumentos que habrá que refutar.

La argumentación se suele dividir en:

  1. Introducción: Se suele presentar la tesis, que es la idea sobre la que se va a tratar y que se quiere demostrar.
  2. Desarrollo: Contiene el cuerpo de la argumentación, en el que se van aportando argumentos para confirmar la tesis. Pueden surgir conclusiones parciales que, a su vez, dan lugar a nuevos argumentos. El emisor puede ayudarse mediante argumentos de diversos tipos:
    • De autoridad: Argumentos de un experto o fuente reconocida.
    • Del sentir de la sociedad: Argumentos que coinciden con la opinión de la mayoría (“a nadie le gusta…”, “todos sabemos…”), proverbios y refranes.
    • Por analogía: Se relaciona el razonamiento con casos similares.
    • De ejemplificación: Se pasa de un caso particular a una generalización.
    • De la experiencia individual: Argumentos que son fruto de las vivencias del emisor.
  3. Conclusión: Se vuelve a la tesis para reforzarla, se resume el desarrollo de los argumentos, etc.

Según la posición de la tesis, la estructura puede ser:

  • Deductiva (o analítica): La tesis se expone al principio y, a continuación, se desarrollan los argumentos.
  • Inductiva (o sintética): Los argumentos se presentan primero y la tesis se expone al final, como conclusión.
  • Encuadrada: La tesis aparece al principio y se retoma al final.

Técnicas y Formas Lingüísticas de la Argumentación

El orden de las ideas hace posible seguir el hilo argumentativo y comprender el texto. Por ello es importante la estructuración del contenido en párrafos y la relación entre ellos mediante marcadores o conectores discursivos.

Las ideas deben ser claras y directas: pocos argumentos, pero buenos y sólidos. Para que los argumentos sean atractivos se utilizan recursos como:

  • Ejemplos y comparaciones (permiten ir de lo concreto a lo general y hacen ameno el discurso).
  • Repetición de ideas o estructuras lingüísticas (para reforzar argumentos).
  • Ironía, metáforas, preguntas retóricas, etc.

Las formas lingüísticas más características son:

  • Léxico: Abundan las voces relacionadas con la expresión de opiniones (considero, opino, creo) y verbos de decir o pensamiento. Si el texto pertenece a un ámbito de especialidad, podemos encontrar tecnicismos; si pertenece a un tema más general, suele utilizarse un léxico de registro estándar. Se usan adjetivos y adverbios valorativos.
  • Sintaxis: Sigue el razonamiento lógico (deductivo o inductivo), por lo que predominan las oraciones coordinadas y subordinadas (causales, consecutivas, condicionales, concesivas) que expresan las relaciones lógicas entre ideas.
  • Verbos: Predomina el presente de indicativo con valor intemporal. También es frecuente el uso de la primera y segunda persona gramatical.