Alienación en el Pensamiento de Marx: Trabajo, Capitalismo y Sociedad
La Alienación en el Pensamiento de Marx: Trabajo, Capitalismo y Sociedad
La Producción y la Esencia Humana
Marx aplicó la noción de alienación a todas las esferas de la actividad humana, comenzando por la actividad esencial del ser humano: la producción de bienes para la satisfacción de sus necesidades. Producir es la esencia de los seres humanos. Producir significa transformar la naturaleza, y al transformarla, el ser humano expresa su esencia. No se limita a tomar de la naturaleza, sino que deliberadamente busca modificarla. Por esto, el trabajo es un concepto fundamental para entender al ser humano.
Para Marx, el sujeto de la historia es el hombre, que intenta realizarse en su trabajo. El hombre trabajador se hace, se desarrolla, se potencia a sí mismo transformando la naturaleza. El hombre, al trabajar, al desarrollar su actividad productora, se proyecta o exterioriza (Alienación Positiva) sobre los productos de su trabajo: pone en cada producto algo de su ser, toda su energía humana, sus cualidades, su imaginación. En estos productos conocemos al hombre, porque en ellos se ha proyectado, y de esa manera la materia queda humanizada.
El trabajo, como actividad productiva libre, es la actividad en la que el ser humano expresa su humanidad, su verdadera naturaleza. Todo lo producido de esta forma es la esencia de la vida humana. Si la separación que existe entre el trabajador y el producto del trabajo no se suprime por medio de la propiedad del objeto trabajado, el trabajador queda alienado (Alienación Negativa). Si el producto del trabajo deviene propiedad de otro, queda rota la personalidad del ser humano, queda alienado.
Alienación en la Sociedad Industrial-Capitalista
Los productos que el hombre hace mediante su trabajo sirven para la producción de la vida, sirven para que el hombre pueda vivir. En la sociedad industrial-capitalista, el trabajador no controla el producto de su trabajo. El producto en el que se objetiva su trabajo no le pertenece, convirtiéndose así en algo extraño, ajeno al trabajador.
En la medida en que el producto se convierte en una mercancía, el trabajo objetivado en él es tratado también como una mercancía, por lo que el mismo sujeto productor se ve sometido a un proceso de reificación, en el que él termina siendo considerado como cosa, como mercancía. El trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo, arruina su espíritu. Su trabajo no es voluntario sino forzado, por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Tan pronto como hay una coacción, huye del trabajo.
El Trabajo Alienado y la Apropiación Capitalista
El trabajo es una actividad alienada o alienante cuando los seres humanos producen objetos sobre los cuales ya no ejercen ningún control, que no ponen de manifiesto su humanidad. Es una actividad para otro, el que paga el salario. El capitalista, con la apropiación del producto, se apropia de la actividad de los demás.
El objeto producido se vuelve contra su creador, puesto que sirve para enriquecer aún más al capitalista y aumentar su poder sobre el proletario. Los seres humanos se relacionan entre sí competitivamente. Los seres humanos no reconocen en el otro una naturaleza humana común: los ven como instrumentos para satisfacer sus intereses. Con esto se crean dos clases: la clase dominante y la dominada.
La Explotación del Trabajador y la Plusvalía
La explotación del trabajador se produce por partida doble: el capitalista lo explota al apropiarse de la materia prima y de los medios de producción, así como de la plusvalía producida por el trabajador. Lo explota como mercancía, considerándolo como un mero apéndice de la maquinaria.
El trabajador pierde toda autonomía personal y toda posibilidad de encontrar la satisfacción en el trabajo. El capital exprime la vida del trabajador y mutila sus talentos. Lo que hace que el empresario sea cada vez más rico y el obrero más pobre es el concepto de plusvalía: el obrero produce un excedente que va a parar al empresario, no al obrero. La alienación se da mientras exista el capitalismo.
Otras Formas de Alienación
- Alienación Social: División de la sociedad en clases.
- Alienación Política: División entre la sociedad civil y el Estado.
- Alienación Ideológica: Incluye la alienación religiosa y filosófica, que buscan justificar la situación real de miseria para la mayoría y crear una falsa conciencia de la misma.
Alienación Ideológica y la Legitimación de la Explotación
En la alienación ideológica, el trabajador cree que es legítima la apropiación de la plusvalía por parte del capitalista. La eficacia de la explotación capitalista descansa sobre la noción de legitimidad: presentarse ante las conciencias de los explotados como moralmente justificable. La ideología es una falsa conciencia, una representación inadecuada de la realidad a fin de que los explotados consideren naturales y, por tanto, justificables e inevitables sus condiciones de vida. Las alienaciones e ideologías desaparecerán cuando desaparezcan las clases sociales en una sociedad comunista.
El Humanismo de Marx
El humanismo de Marx se caracteriza por:
- Considerar al hombre como un fin en sí mismo, con un valor supremo.
- Promover la libertad y condenar la esclavitud, como la alienación.
- Ser dinámico, viendo al hombre como protagonista de la historia.
- Llamar a la transformación de la realidad mediante la praxis.
- Ser ético, ateo, materialista, económico, comunitario, revolucionario y científico.