Virtudes Dianoéticas según Aristóteles

Según Aristóteles, la actividad que proporciona mayor felicidad al ser humano es aquella que le es más específica. Esta deducción se basa en su concepción antropológica: lo propio y característico del ser humano no es su dimensión vegetativa ni sensitiva, sino la intelectiva. Es en la actividad racional donde el ser humano encuentra la más completa felicidad.

Aristóteles denominaba virtudes dianoéticas a todas aquellas relacionadas con la capacidad de reflexión, deliberación, comprensión del mundo y la aplicación de lo que se reconoce como correcto en la elección más acertada. Entre estas virtudes se encuentran:

  • Prudencia: virtud que nos permite reconocer los medios que nos acercan al bien y nos indica cómo aplicarlos.
  • Arte: capacidad de producir de manera racional.
  • Sabiduría: comprensión teórica de la realidad mediante la razón contemplativa.
  • Ciencia: conocimiento objetivo de aquello que es universal, necesario y, por tanto, demostrable.
  • Intuición: habilidad para captar los principios más generales o axiomas de la ciencia.

Las virtudes dianoéticas son teóricas y tienen valor por sí mismas. En su ejercicio radica el ideal de la vida y la posibilidad de máxima felicidad.

Organización Política según Aristóteles

Para Aristóteles, ética y política son ámbitos inseparables. La ética conduce a la política, y la política vehicula el ideal ético. Ambas tienen el mismo objetivo: el bienestar y la felicidad humanos. No obstante, la ética está subordinada a la política, pues de alguna manera depende de ella.

El Ser Humano: Un Animal Político

Aristóteles sostiene que el ser humano es, por naturaleza y condición, un ser esencialmente social. Es en el seno de la comunidad donde puede realizarse como tal y desarrollar todas sus posibilidades. Las personas necesitan el marco de la sociedad para desarrollarse; una persona, aunque ya es una unidad con sentido, ha de convivir con los demás para completarse. El ser humano aislado no puede realizarse completamente.

Los Regímenes Políticos

Aristóteles constata que el ser humano se realiza en sociedad, pero no todas las organizaciones sociales favorecen y potencian por igual el desarrollo y la felicidad de sus miembros. Analiza la realidad política de su tiempo y niega la posibilidad de un estado perfecto, al contrario de lo defendido por Platón. Considera imposible establecer un orden general válido para todos, y por eso hay diferencias entre unos regímenes y otros. Según Aristóteles, lo más importante para que la vida social sea satisfactoria y los ciudadanos vivan felices es la estabilidad, y esta solo se puede conseguir si se evitan los extremos. Cree que la mejor comunidad es la moderada.

Relación entre Fe y Razón según Santo Tomás de Aquino

Distinción entre Filosofía y Teología

Existe una clara distinción entre la filosofía y la teología, o lo que es lo mismo, entre la razón y la fe. Hay verdades reveladas a las que solo se puede acceder mediante la fe, y otras naturales que se pueden comprender con la luz de la razón natural. Es necesario diferenciar sus contenidos y establecer límites.

Los artículos de fe solo pueden ser creídos por fe. Santo Tomás define la fe como un acto del entendimiento movido por la voluntad a la que Dios asiste mediante la gracia. Es inaccesible a la razón, y su estudio corresponde a la teología. Un artículo de fe es, por ejemplo, la esencia de Dios; nuestra inteligencia no puede alcanzar a comprender ni a conocer la esencia de un ser infinito y perfecto.

La razón se ocupa de investigar los entes, las cosas naturales, y parte de los axiomas. Se debe encontrar la concordancia entre la razón y la fe, de ahí la afirmación de Tomás de Aquino de que la filosofía es la esclava de la teología. Este punto de conexión permite establecer un tipo de verdad que ejerce de intermediaria entre las verdades reveladas y naturales: son los preámbulos de la fe. La primera es la existencia de Dios, a la que se puede llegar desde la razón en un proceso ascendente.

Tomás de Aquino invalida la teoría de filósofos árabes que defendían la posibilidad de una doble verdad. Si cualquier verdad de razón se contradice con una verdad de fe, siempre será falsa, porque prevalecerá la verdad de fe, la verdad revelada, frente a las limitaciones de la razón.

Necesidad de la Demostración de la Existencia de Dios

Era conocida la demostración de San Anselmo de la existencia de Dios. Su argumento parte de la proposición “Dios existe” como idea que significa lo más perfecto que existe, y concluye estableciendo la necesidad de su existencia derivada del significado del concepto “Dios”. Esta es una demostración a priori, llamada propter quid por Santo Tomás, que parte de la causa para llegar al efecto.

Sin embargo, esta demostración no es válida, porque parte de la esencia de Dios. Para que sea evidente para nosotros, debemos conocer la esencia del sujeto al que hace referencia, y no es posible porque la esencia de Dios es artículo de fe. Una proposición evidentemente en sí misma es aquella en la que el predicado le corresponde necesariamente al sujeto. Para que una demostración sea válida, tiene que partir desde el efecto y ascender hasta la causa. La demostración debe ser a posteriori o quia, del efecto a la causa.