IDEA

Para el autor esta sería la realidad primera, modelo de todas las demás copias, y ocupando una realidad inmaterial distinta de las demás. Las ideas son entidades únicas, inmateriales, perfectas, eternas e inmutables, y actúan de modelo del resto de la realidad. Hay una gradación importante entre ellas, estando en primer lugar la idea del bien, que en el texto del mito de la caverna aparece como representación del sol. En el mito de la caverna, los objetos más perfectos del exterior de la cueva, recogen precisamente ese mundo de las ideas, y solo pueden ser conocidas mediante el uso de la razón.

VERDADERA FILOSOFÍA/ CIENCIA


Estos términos nos conducen a la episteme o conocimiento verdadero, frente a la Doxa u opinión. Este es el conocimiento que nosotros adquirimos fuera de la caverna, adquirido gracias a nuestras facultades racionales y que nos permite conocer la verdadera realidad inteligible, aquella configurada por el mundo de las ideas. Este es un conocimiento arduo y que se prolonga en el tiempo, y que requiere un esfuerzo importante por el individuo (en el texto, aquel que sale de la caverna y debe contemplar poco a poco el exterior). Consta de dos partes: la razón discursiva, que es la que se aplica en la deliberación racional de principios matemáticos o filosóficos y la razón pura, que es un acto de contemplación casi místico de la auténtica realidad.

DIALÉCTICA


Una de las formas de conocimiento verdadero en Platón que se expresa a partir de toda la obra, ya expuesta de manera intuitiva por su maestro Sócrates. El hombre aprendería a través del diálogo con una sucesión de preguntas y respuestas, en un intento de definir los conceptos abstractos e ideas. Poco a poco vamos descartando hipótesis y enriqueciendo otras, hasta alcanzar la definición precisa de lo que buscamos. Posteriormente, una vez llegado a la idea, se produciría el sentido contrario. La definición abstracta va impregnándose en los conceptos más concretos y aplicándose a las realidades sensibles. Esta es forma que utiliza Platón para llegar al concepto de justicia en la misma obra de la República. (En el texto, la palabra dialéctica no aparece, pero sí continuamente referencias al diálogo y la oposición de ideas).

OPINIÓN


Hace referencia al conocimiento falso, de carácter sensible, alejado del conocimiento inteligible y racional, y sometido por tanto a la mera subjetividad (cada uno tiene su propio juicio). Platón lo pone en boca de los sofistas y su fin fundamental es el engaño y la persuasión del oyente. En el símil de la línea, esta Doxa haría referencia a la creencia (pistis) y la imaginación (eikaisia) (el conocimiento de los objetos sensibles y de las imágenes: lo que vendría a ser la ciencia empírica, y el arte actuales). Ninguno de estos saberes humanos, según Platón tiene relevancia para el verdadero conocimiento de la realidad. En el texto del mito de la caverna, hay que distinguir entre aquellos objetos reflejados en el interior de la caverna por el fuego (imágenes o iconos / eikaisia) y los objetos en sí mismos mostrados a los esclavos (objetos físicos / pistis).

JUSTICIA


La justicia para Platón viene a ser el orden o equilibrio entre distintas virtudes de cara a la construcción de una polis perfecta:

Dar a cada cual lo que corresponde por su naturaleza

En esta idea de justicia, cada ciudadano debe cumplir el papel asignado según su naturaleza para el buen funcionamiento de la ciudad: los filósofos serán los gobernantes garantes de esta virtud, los guardianes serán guiados por la fortaleza y el pueblo llano por la templanza. El ideal de justicia platónico es por otro lado, plenamente organicista y no se basa en una asignación de derechos individuales (como podría ser la tradición contractualista), sino en un reparto de deberes para el buen funcionamiento de la comunidad.

ESTADO

En Platón el estado se identifica con el gobierno justo y adecuado de la Polis o la ciudad estado griega. Este estado tiene varias características: se entiende de forma organicista (importa el conjunto y no el interés individual), es autoritario (Platón rechaza profundamente la democracia, al que considera el gobierno de los ignorantes), elitista o aristocrático (el gobierno siempre debe ser ejercido por los mejores y los más preparados, los sabios o reyes filósofos). Platón considera solo que un estado fuerte y unido será capaz de afrontar los peligros potenciales que pueden acosar a la polis: la democracia representa la desunión y la lucha de facciones por el poder. Por otro lado, la visión de Platón cambiaría posteriormente en otras obras, mostrándose más tolerante con la democracia.

EDUCACIÓN

Con este término, Platón se reconoce seguidor de la paideia griega, es decir: la educación se entiende fundamentalmente como formación del buen gobernante y del buen ciudadano para el correcto funcionamiento del estado, herencia de Sócrates y de los sofistas. Sin embargo no se propone una educación igual para todos los ciudadanos, en cuanto que Platón no defiende una democracia. La educación que reciben los distintos estratos de la población será muy distinta dependiendo del rango que ocupen en la ciudad. Así, los gobernantes tendrán una educación sumamente larga, que les capacite para velar por los intereses de la polis, los guardianes una formación basada en las necesidades militares, mientras que el pueblo llano asumirá solo una educación superficial basada en el conocimiento técnico (tecné) de la profesión que han de ocupar en el futuro,

GOBERNANTE

El gobernante platónico es aristocrático, es decir, pertenece a una élite determinada, formada adecuadamente para sus funciones, y que recibe habitualmente el apelativo de reyes filósofos.
Son aquellos conocedores del mundo de las ideas, después de una prolongada educación a cargo de la polis. Actuarían como mandatarios ilustrados, paternalistas, conocedores de las necesidades de la polis y fuertemente responsables con sus deberes asumidos, pero que en ningún momento va a compartir su poder con aquellos que consideran menos formados o ignorantes, y que pueden ser autoritarios.
Por otro lado, Platón no concentra el poder en una persona (monarquía o tiranía), sino más bien en un grupo determinado (gobierno compartido de la aristocracia). Y tampoco Platón considera que el gobernante pertenezca a una casta determinada, cerrada: cualquier persona nacida en cualquier ambiente social puede llegar a formar parte de la élite gobernante. Por otro lado, los gobernantes asumen una forma de vida comunal, en la que la propiedad privada ha sido abolida, puesto que, guiados por las ideas, han dejado de tener interés en los bienes materiales.

HOMBRE

La visión de Platón del hombre es puramente dualista.
El hombre es una mezcla de cuerpo y alma, en la que el alma es el elemento inmaterial, puro, inmutable, perteneciente al mundo de las ideas, mientras que el cuerpo sería una prisión transitoria sometida al mundo de lo sensible, y por lo tanto, corruptible, sometido al cambio y que desaparece con el paso del tiempo. Para explicar esta unión, Platón hizo referencia a la teoría de la transmigración de las almas. El alma, que habita en el mundo de las ideas, caería al mundo sensible y se reencarnaría sucesivas veces en distintos cuerpos: cuando esos cuerpos desaparecían, ascendía nuevamente a ese mundi inmaterial y se repetiría el proceso indefinidamente. De esta interpretación parte también la idea platónica del conocimiento como un recuerdo de lo que conocimos en el mundo de las ideas, cuando el alma vagaba sola en esa realidad.

ALMA

El alma para Platón recogela parte noble del ser humano, ese elemento inmaterial y puro. Pero el alma, no es uniforme, sino que tiene una división tripartita, explicada en el mito del carro alado: el alma se asemeja a un carro tirado por un auriga y dos caballos, uno blanco y otro negro. Así existirá un alma concupiscible, marcada por su cercanía al mundo sensible, existirá un alma irascible, marcada por su fortaleza, y un alma racional, más cercana al mundo de las ideas (el auriga). Dependiendo del alma que domine sobre las demás, los hombres tendrán una naturaleza determinada u otra. Así, los gobernantes estarán regidos por el alma racional, los guardianes por el alma irascible y el pueblo llano o trabajadores por el alma concupiscible. Es por ello que estos últimos, sometidos al mundo sensible, deben ocuparse de los trabajos manuales y de la actividad productiva de la polis, mientras gobernantes y guardianes forman la élite de la polis.

ÁMBITO INTELIGIBLE

Esto se recoge en el texto con todo aquello vinculado al exterior de la caverna.
En el desdoblamiento que propone Platón para interpretar la verdadera naturaleza de la realidad, el ámbito inteligible recoge precisamente aquella esfera de la realidad auténticamente verdadera, que sirve de modelo para el mundo sensible. Este ámbito inteligible apunta en sentido metafísica, hacia los conceptos matemáticos en primer lugar y en su lugar más alto por las propias ideas. En el plano del conocimiento, son cognoscibles por la razón discursiva (dianoia) y la razón pura (contemplación o noesis).

ÁMBITO SENSIBLE

En el texto aparece con todo aquello vinculado con el interior de la cueva, y recoge ese mundo material, copia el mundo de las ideas efectuado por un demiurgo, modelador de una realidad primigenia sin forma. Este ámbito sensible tiene características bien marcadas: está sometido al cambio, a la corrupción, la imperfección y la destrucción. Es cognoscible meramente por la opinión, y en cuanto cambiante no es verdadero. Era, de alguna manera, las hipótesis que proponía Heráclito para explicar el mundo e incluyen, siguiendo el símil de la línea, los objetos físicos y las imágenes.

BIEN

En Platón el bien viene a representar la idea más sublime y el más alto grado de conocimiento que puede adquirir el sabio, necesario para el gobierno de la Polis. En el texto aparece simbolizada con el término sol, y como indica el mismo, es el último estadio de conocimiento al que puede aspirar el hombre estudioso. Con esto Platón deja muy clara la conexión entre la ética y la verdad. Pero esta idea de bien no es puramente ética, sino esencialmente política, vinculada al correcto ordenamiento de la polis. El correcto funcionamiento dependerá del orden o justicia entre los distintos integrantes del estado platónico. Sin embargo, el bien no es asequible para todo el mundo, y a veces ha de ser impuesto a aquellos que por sí mismo no desean aplicarlo: Platón rechaza el intelectualismo moral de Sócrates (quien conoce el bien lo hace siempre).

VIRTUD

Son las excelencias éticas del comportamiento humano. Se corresponden con distintas facultades del alma. Dependiendo del alma que domine en el ser humano, dominará una virtud u otra. Así, los hombres con un alma racional tendrán la sabiduría y la prudencia como principal virtud, mientras que los guardianes tendrán la fortaleza y la clase trabajadora con un alma concupiscible tendrán la templanza.