Conceptos Clave de Aristóteles

  • Sustancia: Es el tipo primordial de ser, aquello que existe por sí mismo y no depende de otra cosa para ser. Para Aristóteles, es la cosa concreta y el sujeto identificable.
  • Metafísica: Es la ciencia que estudia el ser en cuanto ser, sus causas y principios, siendo el saber más universal según Aristóteles.
  • Materia: Es aquello de lo que está hecha la sustancia, uno de sus componentes necesarios.
  • Forma: Es la esencia de cada cosa, aquello por lo que es lo que es, inseparable de la materia.
  • Potencia: Son las capacidades o posibilidades de una realidad que pueden llegar a realizarse.
  • Acto: Es la realización actual de una potencia, lo que un objeto ya es en el presente.
  • Causa: Explicación del ser y cambio de las cosas en cuatro sentidos: material, formal, eficiente y final.
  • Efecto: Resultado que se produce como consecuencia de una causa.
  • Teleología: Es la tendencia de todo ser a alcanzar un fin, aplicable a la naturaleza, ética y política.
  • Abstracción: Proceso de formación de conceptos generales para comprender la realidad a partir de la experiencia.
  • Alma: Principio de actividad que Aristóteles divide en vegetativa, sensitiva y racional según sus funciones.
  • Felicidad: Actividad del alma guiada por la virtud y acompañada de bienes suficientes, según Aristóteles.
  • Virtud: Disposición habitual a obrar bien, alcanzando el término medio en las decisiones éticas.

Relación con Otros Autores

La relación de Aristóteles con otros autores se puede dividir en dos partes: su postura frente a los filósofos que lo precedieron y la influencia que tuvo su obra en la historia.

En cuanto a los precedentes, Aristóteles se aparta de las ideas dualistas de Platón, Parménides y los pitagóricos, proponiendo el concepto de sustancia como solución al problema del ser, integrando la materia y rompiendo con el relativismo de los atomistas. Sin embargo, su idea del Primer Motor lo acerca al Nous de Anaxágoras y al Demiurgo de Platón. Además, frente a los sofistas, rechaza el relativismo ético y político, defendiendo que el ser humano tiene un propósito: alcanzar la felicidad, que solo se logra en comunidad, y más específicamente, en la polis, la mejor forma de organización.

En cuanto a su influencia, Aristóteles marcó a las escuelas helenísticas como el estoicismo y el hedonismo, y más adelante, a los utilitaristas. En la Edad Media, aunque sus obras se tradujeron tarde al latín, se convirtieron en fundamentales, especialmente con Tomás de Aquino, quien usó sus ideas para unir fe y razón. Sin embargo, desde el Renacimiento, su filosofía empezó a considerarse antigua, con la excepción de la Escuela de Salamanca, que adaptó su pensamiento a los cambios sociales y económicos.

Periodo Helenístico

El periodo helenístico, que comienza con la muerte de Alejandro Magno en 323 a.C. y termina con la anexión de Macedonia por Roma en 148 a.C. (aunque algunos lo sitúan en 31 a.C. con la batalla de Actium), se caracteriza por la mezcla de la cultura griega con influencias orientales, producto de las conquistas de Alejandro. Esto abrió la cultura griega a nuevas tradiciones y conocimientos de diversas regiones.

Culturalmente, el helenismo reemplaza la armonía clásica griega por un estilo más emocional y expresivo, influenciado por las culturas orientales. Sin embargo, las filosofías de la época, como el estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo, proponían formas de vida para alcanzar la paz interior y la felicidad personal, buscando una felicidad independiente de factores externos.

Políticamente, las antiguas ciudades-estado griegas desaparecen, y surgen grandes imperios. Alejandría se convierte en un centro cultural y científico, albergando una famosa biblioteca y un importante centro de investigación. En la ciencia helenística, Euclides desarrolla la geometría con su obra “Elementos”, Arquímedes hace importantes contribuciones a la física, y Aristarco propone el modelo heliocéntrico, aunque fue ignorado en su tiempo. Ptolomeo, en cambio, desarrolla un sistema geocéntrico que perduraría durante siglos.

Escuelas Filosóficas Helenísticas

  • Estoicismo: Fundada por Zenón de Citio (335-263 a.C.), esta escuela enseñaba que la felicidad se alcanza viviendo de acuerdo con la naturaleza y aceptando el orden del universo. El sabio estoico debe dominar sus pasiones y emociones, manteniéndose imperturbable ante el destino, lo que se conoce como apatía. En el ámbito político, defendían el cosmopolitismo, es decir, la idea de que todos los seres humanos son iguales y deben formar parte de una comunidad global. Figuras destacadas del estoicismo romano incluyen a Séneca, Epicteto y el emperador Marco Aurelio.
  • Epicureísmo: Fundado por Epicuro (341-270 a.C.), el epicureísmo sostenía que el objetivo de la vida es alcanzar el placer, pero de forma racional y medida. La ataraxia, o la tranquilidad mental, es el estado de felicidad que se alcanza al liberarse de miedos irracionales como el temor a los dioses, la muerte y el dolor. Epicuro defendía que los placeres espirituales y racionales son los que realmente conducen a la felicidad duradera, en contraposición a los placeres físicos.
  • Escepticismo: Fundado por Pirrón de Elis (360-270 a.C.), el escepticismo enseñaba que debido a la incertidumbre de nuestros sentidos, lo mejor era dudar de todo. La filosofía escéptica proponía que, al suspender el juicio (epojé) y no aferrarse a opiniones definitivas, se podía alcanzar la ataraxia, un estado de tranquilidad y paz interior, al aceptar que no sabemos nada con certeza.