La Conciencia Moral: Discerniendo el Bien del Mal

La conciencia moral es la capacidad de discernir entre el bien y el mal. Es un juicio concreto sobre la bondad o maldad de una acción. Requiere el conjunto de conocimientos o convicciones morales para que actúe como nuestra voz interior que guía nuestros actos. Sí es importante porque nuestros actos han de tener una concordancia con nuestros conocimientos. Es decir, si yo sé que matar es malo, no puedo hacer lo contrario; por lo tanto, es necesario acudir al fundamento racional del juicio emitido.

La Paradoja de la Conciencia

Ir en contra de la conciencia es incorrecto, pero el hecho de seguir la conciencia no significa que estés actuando bien. Puedes seguir la conciencia y actuar de una manera buena o mala. Es necesario acudir al fundamento racional del juicio emitido, no basta con decir “hice lo que consideré oportuno” para que el juicio esté bien, hay que formar la conciencia. Ejemplo: En la época nazi, Adolf Eichmann obedecía las normas, pero no por hacerlo actuaba bien, sino que adormeció su conciencia y solo cumplía las órdenes que le mandaban.

Tipos de Conciencia: Heterónoma y Autónoma

Conciencia Heterónoma

(héteros = otro, nomos = ley). Se basa en una conciencia en la que juzgas a partir de lo externo. Es decir, vuelcas en los demás la responsabilidad del juicio. Según si sigo lo que dicen otros o los dictámenes en cuestión, consideraré que habré actuado de forma correcta. No se basa en el razonamiento propio, sino que sigue las normas, leyes, etc. Ejemplo: “Hago lo que me dicen”.

Conciencia Autónoma

Conciencia que te lleva a juzgar las acciones humanas en función de tu criterio propio; lo que yo considero que está bien, siguiendo, por lo tanto, mis propias normas.

El ideal ético es tener un punto intermedio entre ambas conciencias. Es decir, cuestionarte las normas que sigues y, si no te parecen buenas, amoldarlas según tu propio criterio. Teniendo como finalidad interiorizar las normas que nos producen un bien, creando así el hábito de practicarlo.

Formación de la Conciencia

La conciencia se va creando/formando poco a poco. Observando y reflexionando sobre los actos humanos que nos rodean, teniendo además en cuenta las normas que conocemos, valoramos dichos actos. Una vez emitido dicho juicio moral, imitaremos las acciones buenas y evitaremos las acciones malas. De ahí la importancia de actuar como ciudadano ejemplar (si lo que quieres es un mundo mejor), dado que influimos en la formación de la conciencia de otros.

Cumplimiento de la Ley y Actuación Ética

No, no es suficiente con cumplir la ley para actuar éticamente bien, porque es seguir una ética de mínimos basada en una conciencia heterónoma. No buscamos el bien en sí mismo, lo que buscamos es evitar el mal. La ley, por lo tanto, externalizaría la responsabilidad ética, ya no dependería de ti. Al no ir más allá y buscar el bien en sí mismo, no permites que la persona obtenga un crecimiento personal, pudiendo alcanzar así su plenitud.

Conciencia Dudosa y Acción Moralmente Lícita

No, no es moralmente lícita la acción de alguien que, a pesar de su conciencia dudosa, actúa bien. Ya que, para que un acto sea moralmente lícito, debe ser un acto humano, que se caracteriza por ser voluntario, libre y consciente. Si alguien tiene la conciencia dudosa, toma una decisión sin tener todos los fundamentos para poder tomar la decisión correcta. Actúa, por lo tanto, sin prudencia, es decir, sin tener claro las consecuencias de sus actos. Por lo tanto, una conciencia dudosa invalida la acción buena, convirtiéndose en un acto moralmente no lícito. No te has parado a acabar tu reflexión antes de actuar.

Posibilidades de la Conciencia ante una Elección

Para que un acto moral sea lícito, requiere de dos condiciones:

  • Conciencia verdadera.
  • Segura, convencida. No es lícito actuar dudosamente, aunque “se acierte”.

Aun así, nos podemos encontrar con que la conciencia esté (ordenadas en grado de verdad):

  • Conciencia verdadera pero segura (Acto moral lícito).
  • Conciencia verdadera pero insegura: Actuar dudosamente.
  • Conciencia errónea e insegura.
  • Conciencia errónea y segura: En la escala de la conciencia, es la más negativa. Un ignorante que ignora su propia ignorancia.

Objeción de Conciencia: Definición y Alcance

Es el derecho que tiene todo profesional a negarse a realizar una acción que vaya en contra de su ética. Ejemplo: Un médico se puede negar a realizar un aborto. Este objetor de conciencia debe dar razones fundadas de su decisión. Se puede considerar como una forma de resistencia hacia una norma, siempre que dicha objeción se produzca por la aparición de un conflicto entre las obligaciones morales o religiosas de la persona y el cumplimiento de un precepto legal. Se trata, por lo tanto, de un conflicto entre un deber moral y uno legal. La ley civil estipula la objeción de conciencia como un acto legítimo. Por lo tanto, negarte a realizar una acción que te imponga tu superior si va en contra de tus principios éticos o religiosos es legítimo. Es decir, no te pueden demandar por ello, pero sí despedirte improcedentemente. Este derecho se emplea en caso de confrontación entre un mandato, la norma jurídica y la conducta ética personal. Supone que tiene prioridad la conciencia y la esfera ética que la esfera legal y sus funciones.