Somos lo que Hacemos: La Importancia de los Hábitos

La posibilidad de modificar nuestro carácter hace que nuestros hábitos tengan una enorme importancia. Por ejemplo, si una persona se acostumbra a compartir, invitar a los demás y hacerles regalos, se dice que esa persona es generosa. Si, por el contrario, esa persona nunca invita ni comparte nada con nadie, la llaman tacaña. Ser generoso o ser tacaño no es genético, depende de lo que nosotros hacemos. Los hábitos que adquirimos van forjando nuestro carácter y nos transforman, cambiando nuestra personalidad. Hay que pararse a pensar en las costumbres que tenemos para saber si nos acercan o nos alejan de aquello en lo que nos queremos convertir. Los hábitos buenos se denominan virtudes, mientras que los hábitos malos se llaman vicios.

¿Quién Ordena lo que hay que Hacer?: Leyes vs. Moral

Las costumbres que tenemos influyen de manera decisiva en el tipo de persona que somos. Además, las acciones que repetimos habitualmente también pueden afectar a los demás. Las leyes sirven para regular la conducta de las personas y para hacer posible la convivencia. Las leyes nos indican cuáles son nuestras obligaciones, señalando claramente las cosas que podemos y no podemos hacer en nuestro trato con los demás. Son normas elaboradas por la sociedad, pero que son obligatorias para todos. Por eso, si no cumplimos la leyes somos castigados.

Las leyes son normas de comportamiento dictadas por la sociedad. Si no las cumplimos, podemos ser sancionados. En cambio, la moral está compuesta por reglas personales de conducta. Mis normas morales hacen referencia a lo que a mí me parece que es correcto o incorrecto, de acuerdo con mis propias ideas y creencias.

La moral está compuesta por normas internas de conducta, dictadas por nuestra conciencia. Si actuamos en contra de nuestras convicciones morales, sentimos remordimiento.

Autonomía y Heteronomía: El Origen de las Normas

Para apreciar la diferencia que hay entre la ley y la moral, tenemos que preguntarnos quién establece las normas. La autonomía es la capacidad de un individuo para elaborar por sí mismo sus propias normas de conducta. Las normas legales, en cambio, no las hemos elaborado nosotros mismos, han sido creadas por otros. Un individuo actúa con heteronomía cuando obedece las normas dictadas por otras personas.

Diferencias entre Moral y Ley

Moral:

  • a) Normas individuales de conducta.
  • b) Tienen carácter interno.
  • c) Provienen de mi propia conciencia individual.
  • d) No respetar estas normas produce en nosotros arrepentimiento, pesar y remordimiento.

Ley:

  • a) Reglas sociales de obligado cumplimiento.
  • b) Si desobedecemos estas normas, podemos ser castigados.
  • c) Tienen carácter externo (heteronomía).
  • d) Provienen de un acuerdo establecido por la sociedad.

Somos Responsables Porque Somos Libres: Libertad Negativa y Positiva

Una de las características más significativas de los seres humanos es nuestra capacidad de elegir cómo queremos actuar. A diferencia de lo que sucede con los animales, las personas podemos controlar nuestros instintos y decidir lo que queremos hacer gracias a nuestra libertad. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de libertad? Para evitar confusiones, hay que distinguir entre dos significados de este concepto.

Por un lado, libertad significa ‘ausencia de coacción’. Nadie puede ser libre si está amordazado o si le están apuntando con un arma. Una primera dimensión de la libertad consiste en que no haya ningún obstáculo que nos impida actuar. Esto es lo que se conoce como libertad negativa. La libertad negativa es una “libertad de”, porque tenemos libertad en este sentido cuando estamos libres de presiones, amenazas y ataduras. Tenemos libertad negativa cuando no hay obstáculos que nos impidan hacer lo que deseamos.

Para conseguir lo que deseamos, no basta con la ausencia de ataduras, también hace falta que podamos proponernos nuestras propias metas y que podamos trabajar para alcanzarlas. En eso consiste la libertad positiva. La libertad positiva es una “libertad para”, ya que consiste en que seamos libres para elegir nuestros propios objetivos. El concepto de libertad positiva se relaciona con la autonomía, puesto que solo tenemos libertad en este sentido cuando podemos decidir por nosotros mismos. La libertad positiva consiste en la capacidad real de decidir con autonomía lo que queremos hacer. Como personas, los seres humanos somos autónomos y libres.

La capacidad de elegir también nos hace responsables de nuestros actos. Ser responsable significa hacerse cargo de las decisiones que tomamos. Como somos libres de elegir, también tenemos la obligación de justificar por qué hemos escogido una cosa y no la otra. La responsabilidad implica responder por nuestros actos, dando explicaciones de la elección que hemos hecho y haciéndonos cargo de sus consecuencias, reparando el daño que hayamos podido causar. Tenemos que asumir la responsabilidad de los que hacemos de forma libre, consciente y voluntaria. Por eso es justo que nos castiguen cuando nos comportamos incorrectamente, ya que nuestra libertad siempre nos da la posibilidad de elegir. En cambio, no sería justo castigar a un león por devorar a su presa, ya que su conducta no es libre, sino instintiva.

Las Éticas Teleológicas: Buscando el Bien Supremo

  • Estas teorías éticas nos proponen orientar nuestras acciones para alcanzar un objetivo supremo que se identifica con el bien.
  • La ética de Aristóteles considera que la felicidad es el bien máximo al que aspiramos las personas.
  • La propuesta de Epicuro afirma que el bien supremo es el placer, entendido como ausencia de dolor.
  • Los filósofos utilitaristas creían que el bien consistía en procurar la mayor felicidad para el mayor número posible de personas.
  • Las políticas de bienestar en nuestras sociedades pretenden aplicar principios utilitaristas.