El Estado

El Estado es un territorio delimitado por fronteras donde gobierna un poder político que tiene el soporte de un sistema legal. Este poder tiene la capacidad de crear leyes y de usar la fuerza para hacerlas cumplir.

Elementos del Estado

Los elementos que constituyen el Estado son: un territorio, un poder central, una población y una red de funcionarios.

No debe confundirse la sociedad civil con el Estado.

  • La sociedad civil está constituida por las relaciones que los humanos establecen libremente entre ellos en su sociedad.
  • El Estado es la estructura política que regula estas relaciones.

Funciones del Estado

  • Organiza la vida social.
  • Afronta problemas, como la educación o la sanidad.
  • Representa a la sociedad.
  • Es un instrumento de control social. Realiza este control mediante el Derecho y la fuerza física para hacerlo cumplir.
  • Cuenta con instituciones propias.

No obstante, la autoridad del Estado para dictar leyes y el hecho de controlar su cumplimiento se puede cuestionar.

El Anarquismo

El anarquismo defiende la idea de que los humanos viviríamos mejor si no existieran los Estados:

  • Considera que para organizar la sociedad humana hay métodos más sencillos y mejores.
  • Se mantendría unida gracias a una cooperación democrática voluntaria.
  • No habría prácticamente propiedad privada y los principales medios de producción pertenecerían a la comunidad.

El Neoliberalismo

Para el neoliberalismo, el Estado tendría que desaparecer prácticamente en beneficio de la libertad de los individuos. Según esta teoría, el Estado se tendría que reducir a su mínima expresión solo para garantizar la vida y la propiedad, así como la defensa. Sin la intervención del Estado, la libre competencia entre los individuos aumentaría la productividad y la riqueza.

El Estado Moderno

El Estado moderno surge con la «modernidad», esto es, a partir del siglo XV.

Modalidades de Estado

El Estado Absolutista

Aparece a partir del s. XV. Se trata de un Estado en el que el poder político está concentrado en la persona del rey, que lo ejerce de forma absoluta. Los miembros de dicho Estado son «súbditos» y no ciudadanos. Como posterior desarrollo del Estado absolutista, surge el despotismo ilustrado: «todo para el pueblo, pero sin el pueblo».

El Estado Liberal

Surge en Inglaterra durante el siglo XVII a partir de las ideas de J. Locke. Se basa en dos principios que lo distinguen del Estado absolutista:

  • El predominio de la Constitución.
  • La defensa de derechos individuales (vida, libertad, seguridad, propiedad…). Se trata de imponer límites al poder político.

Se establece la clásica separación de poderes.

El Estado Democrático

El Estado liberal no era todavía un Estado democrático, ya que no reconocía el principio de igualdad de todos los ciudadanos. El Estado liberal más que democrático es burgués.

El democrático surge a finales del siglo XX, con la implantación del sufragio universal. Dos características:

  • La igualdad de derechos (legales, jurídicos y políticos) de todos los ciudadanos.
  • La igualdad del voto.
El Estado Social y Democrático

A partir de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La idea básica de este nuevo tipo de Estado es que la igualdad política no es real si no hay igualdad económica y social. Por ello, se solicita la intervención del Estado para crear riqueza y para distribuirla equitativamente, con el fin de garantizar un mínimo a toda la población. Es el Estado del bienestar.

Según la Forma del Gobierno

Estados Presidencialistas

El Estado tiene un jefe supremo (presidente), jefe del Gobierno, a cuyos miembros nombra, y dirige el poder ejecutivo con independencia del legislativo. Ej: Estados Unidos de América.

Estados Parlamentarios

El jefe del Estado no tiene responsabilidades políticas. Por su parte, el Gobierno, tiene el poder ejecutivo. El Parlamento, además de aprobar las leyes, controla y legitima la acción del Gobierno. Ej: Reino Unido, España, Italia, Alemania…

Estados Asambleístas

La Asamblea de ciudadanos o Asamblea de representantes del pueblo es el órgano supremo de gobierno. El Gobierno es solo un mero ejecutor de las decisiones de la Asamblea popular. Ej.: China y Cuba.

Según la Naturaleza del Jefe del Estado

Monarquías

Cuando el jefe del Estado es un rey. La monarquía puede ser absoluta, cuando el rey asume todos los poderes del Estado, o parlamentaria o constitucional, cuando el Parlamento asume la función legislativa.

Repúblicas

El jefe supremo del Estado es elegido directamente por un periodo de tiempo. En este caso, el jefe del Estado se denomina «presidente». Puede haber repúblicas absolutistas, en las que el presidente asume todos los poderes y no reconoce otras fuerzas, o repúblicas parlamentarias en las que se acepta la pluralidad política representada en el Parlamento.

Según el Régimen Político

Totalitarios

Cuando el poder se ejerce sin la participación de la población, a la que se controla totalmente. Este dominio es característico de los regímenes fascistas y comunistas.

Democráticos

El poder se ejerce por delegación y en representación del pueblo. En la actualidad, la democracia es proclamada como el fin supremo de la vida política para la mayoría de los Estados.

La Sociedad y el Poder: ¿Es Necesario el Estado?

Desde que somos humanos nos hemos organizado y hemos vivido en comunidades más o menos amplias. Es verdad que tenemos muchos ejemplos de personas que deciden retirarse de la sociedad y llevar una vida solitaria, pero esta decisión siempre se ha tomado después de haber formado parte de una sociedad y haberse desarrollado como un ser social. Los ejemplos de “niños salvajes” ponen de manifiesto la importancia de la sociedad en la constitución de los humanos como tales.

En la historia, la existencia de un poder más o menos organizado se presenta como un hecho incontestable. ¿Puede existir una sociedad sin Estado? ¿Puede existir una sociedad sin poder? Podemos encontrar dos respuestas contrarias: las de los que dirían que sí, que el ser humano no necesita de una autoridad que regule su vida y las de los que dirían que no, que el ser humano no puede vivir en una sociedad que no se organice en torno a un poder definido.

Aristóteles: El Hombre como Animal Político

Una de las teorías políticas más elaboradas en el mundo griego es la de Aristóteles. Entendía que el ser humano sólo podía desarrollarse como hombre dentro de una comunidad política organizada, es decir, dentro de un estado. Podemos considerarla como una postura naturalista ya que considera que esta forma de vivir pertenece a la naturaleza humana. Las razones que aporta Aristóteles a favor de esta teoría las obtiene de la experiencia y la observación. Sólo en esta comunidad superior que es la polis puede el hombre desarrollar su racionalidad, y consecuentemente sus virtudes. Pero hay que tener en cuenta que para Aristóteles la categoría de “ciudadano” es privativa de los varones griegos adultos, habitantes de la polis, y cuyo nivel económico les permite vivir sin necesidad de trabajar y así poder dedicar su tiempo al cultivo de la inteligencia y a enriquecerse en la relación con otros ciudadanos. De la categoría de ciudadanos quedan excluidos no solo los que no eran griegos, sino gran parte de la propia población griega, a saber: las mujeres, los esclavos, los campesinos y los artesanos.

Thomas Hobbes: El Animal que Necesita Gobierno

Hobbes tenía una concepción muy negativa del ser humano. Pensaba que si no existiera una sociedad gobernada por un poder fuerte que impusiera las leyes obligando a sus ciudadanos con diferentes mecanismos coercitivos (policía, ejército… etc.) a cumplirlas, el hombre se comportaría como un ser despiadado y egoísta que sólo busca su propio beneficio. Sin un poder fuerte que administrase el Estado, los hombres no seríamos seres civilizados sino animales malvados y crueles con los otros hombres; Hobbes consideraba que era absolutamente necesaria la existencia de un Estado y de un gobierno fuerte.

Jean Jaques Rousseau: “El Hombre Natural”

Según Rousseau, si imagináramos cómo podía haber sido el hombre en un primitivo estado de naturaleza, una situación en la que no existiese Estado, ni un poder central al que obedecer, ni leyes que regularan nuestra vida, confirmaríamos que el hombre es un ser bueno, generoso y noble. “El buen salvaje”, sería un hombre bueno y sencillo que viviría una vida tranquila sin molestar a nadie. Estos hombres no necesitarían leyes que cumplir ni poderes que obedecer. Rousseau consideraba, por tanto, que todos los aspectos negativos del ser humano no formaban parte de su naturaleza sino que eran algo que surgía cuando el ser humano empezó a vivir en sociedades organizadas. Así que, si dejáramos desarrollarse libremente, en nosotros las inclinaciones naturales, nos convertiríamos en individuos libres, creativos y bondadosos.

El Marxismo: El Estado como Instrumento de Dominación

Marx y Engels consideraban que la historia de todas las sociedades era la historia de una desigualdad injusta, la desigualdad entre clases. En todos los tiempos ha existido una separación entre dos clases bien distintas: los opresores y los oprimidos. Dentro de esta descripción, el Estado es el mecanismo del que se vale la clase dominante para mantener su dominación. Por ej., en el modelo feudal el Estado era el instrumento de la explotación de todos por parte de unos pocos. En las sociedades capitalistas, aunque aparentemente el pueblo es soberano, en realidad siguen gobernando los dueños del capital, que son los únicos que tienen acceso a las estructuras de poder. Ellos dictan las leyes que protegen sus propiedades y el régimen económico. El sistema educativo también es un instrumento de dominación ya que mediante las escuelas el capital impone su sistema ideológico. En definitiva el Estado lo que pretende es proteger el sistema que hace que unos manden y otros obedezcan. Por todo esto Marx y Engels proponen otro modelo de sociedad: la sociedad comunista; en esta sociedad no existiría el estado como mecanismo de dominio sino que los hombres trabajarían y se relacionarían conforme a su libertad, es decir, una sociedad en la que no exista la propiedad privada y todos los bienes sean públicos y administrados por la sociedad.

El Anarquismo: Por una Sociedad sin Estado

“Anarquía” es una expresión procedente del griego que significa “sin gobierno”; el anarquismo, por tanto, es la teoría política que predica la abolición del Estado y el gobierno y, por el contrario, defiende una sociedad donde los individuos se relacionan entre ellos sin necesitar una autoridad superior que dicte leyes y controle sus conductas mediante una policía o un ejército. Todos los asuntos humanos deberán ser dirigidos por los individuos que establecen diversas asociaciones y pactos de forma libre y voluntaria. En esta cuestión los anarquistas eran, ante todo, activistas políticos que pretendían la destrucción del Estado por todos los medios. Los anarquistas no quieren intermediarios, quieren acabar con el Estado de una vez para siempre y comenzar de cero; todos los hombres en igualdad de condiciones: sin privilegios, sin propiedades, sin ventajas de nacimiento ni otra razón.

Autoridad y Gobierno

Podemos aceptar que toda sociedad necesita alguien que la gobierne, pero entonces surge un problema de vital importancia: ¿quién debe gobernar? Aquella persona o institución que señalemos como la más adecuada para ejercer la autoridad diremos que está legitimada para ello.

Concepto: Legitimación

En principio, lo legítimo es lo conforme a la ley, lo que es legal. Pero el concepto quiere ir más allá, porque a veces lo legal no es legítimo (si la ley, por ejemplo, la hacen los tiranos). Podemos hablar de tres formas de legitimar la autoridad:

  1. Autoridad racional-Ilustrada. En este tipo de justificación de la autoridad se establece un sistema legal que se sustenta sobre principios racionales, que pueden ser conocidos por todos, tales como la igualdad, la libertad, o el derecho a la propiedad privada.
  2. Autoridad tradicional-romántica: este modo de legitimar la autoridad parte del hecho de que el poder lo debe ostentar un determinado grupo de personas dentro de la sociedad de forma inevitable, necesaria.
  3. Autoridad carismática. La legitimidad del gobierno se sustenta en la personalidad de quien ostenta el poder. Los individuos pertenecientes a esa sociedad aceptan la legitimidad de ese poder precisamente porque reconocen la competencia indiscutible de su gobernante. El problema es que carece de continuidad ya que el Estado dura lo que dura el gobierno de su dirigente.

La Legitimación Romántica-Tradicional de la Autoridad: Nacionalismo y Fascismo

Las ideas ilustradas que defendían el contractualismo como modo de legitimar la autoridad rápidamente se extendieron por Europa. Durante el siglo XIX surgieron tendencias contrarias que hacían prevalecer otro tipo de cuestiones como, por ejemplo, los sentimientos, la tradición, la religión, la Historia. A esta nueva tendencia se la llamó ROMANTICISMO. La autoridad se legitima mediante una serie de valores, considerados eternos. Evidentemente estas corrientes no van a defender una vuelta a los reinos medievales, pero sí van a considerar que existe una serie de valores y tradiciones que deben estar en la base de las justificaciones políticas; no todo puede ser fruto de la voluntad libre de los ciudadanos…

Nacionalismo: La Idea Romántica del Estado

Para el pensamiento nacionalista, el elemento principal que articula una sociedad no es la decisión voluntaria y racional de sus miembros de formar parte de esa sociedad, sino la idea de “pueblo”, el sentimiento de pertenencia a una comunidad que tiene un origen histórico, en la que sus miembros comparten ciertas tradiciones, ciertos valores, lengua y modos de pensar y comportarse. El nacionalismo, considera que el gobierno no sólo es la representación de un grupo de personas, sino la representación de unos valores y tradiciones a los que debe cuidar, proteger y acrecentar. Podríamos hablar en este sentido de dos tipos de nacionalismos:

  1. El nacionalismo democrático acepta el valor de cada individuo a la hora de decidir el tipo de autoridad que prefiere; sin embargo podemos poner en cuestión si hay una verdadera aceptación de la libre voluntad de los ciudadanos como principio básico.
  2. El nacionalismo étnico considera que una determinada etnia, una comunidad histórica, un “pueblo”, posee ciertos derechos que están por encima de la libertad de las personas que lo integran. Es decir, los integrantes de un pueblo determinado están legitimados para defenderse y rebelarse frente a lo que consideran un poder opresor ya que tienen el derecho de decidir su futuro (quieran o no).

Fascismo y Nazismo: La Autoridad como Condensación de la Raza y el Pueblo

El nacimiento de la política Nazi y fascista podemos situarlo en el comienzo del siglo XX y colocar su máximo desarrollo en el periodo denominado “entre guerras” en países como Italia, Alemania, Austria, Dinamarca, España… Como modelo político, el fascismo se opone completamente a cualquier tipo de contractualismo y defiende un autoritarismo extremo: desprecia cualquier fundamentación de la sociedad en un contrato democrático; consideran que la democracia sólo lleva a la charlatanería y a las luchas entre las diferentes partes de la sociedad para conseguir el poder. La sociedad y la autoridad deben fundarse no en la libertad individual de los ciudadanos sino en la RAZA y en el PUEBLO. El hecho de que en una sociedad haya diferentes opiniones es producido por la mezcla de razas o por la contaminación ideológica; por esta razón la “limpieza étnica” y la “limpieza ideológica”, desde la lógica del fascismo, es una necesidad. El individuo se identifica plenamente con el estado, que se estructura jerárquicamente con el jefe máximo en la cabeza (el Duche, el Caudillo o el Fuhrer); los intereses del Estado, representados por la voluntad del líder, se convierten también en los intereses del individuo (todos aceptan sin reparos lo que quiere el líder). De esta forma, cada persona, dentro de un Estado fascista, es un miembro activo del mismo; de hecho, se les exige, como virtudes máximas, la plena entrega, el servicio activo y el sacrificio máximo.