El materialismo histórico de Marx y Hegel
La concepción idealista de la Historia de Hegel era predominante en Alemania desde principios del s. XIX; fue criticada por los “jóvenes de la izquierda hegeliana”, sin embargo, aceptaron su propuesta fundamental: el predominio de las ideas y las abstracciones. Marx nos descubre una nueva dimensión de la filosofía: la “praxis” o “actividad transformadora”. En ella, la naturaleza será transformada mediante el trabajo y la sociedad mediante la actividad revolucionaria.
El materialismo histórico, ofrece una explicación materialista de la formación y desarrollo de la sociedad partiendo del análisis de las condiciones materiales en las que se desarrolla la vida de los hombres. La base de todo orden social va a ser la producción: la característica distintiva del hombre respecto del animal es la producción de sus propios medios de subsistencia a través del trabajo, que siempre es colectivo y social, lo que crea vínculos y relaciones sociales, esto es:
-Medios materiales de producción: objetos de trabajo (“materia” que se transforma), fuerza de trabajo (mano de obra) y medios de trabajo (conjunto de instrumentos que el hombre precisa para producir los medios materiales),
–Relaciones de producción: relaciones técnicas agente-medio o vínculos sociales agente-agente, que participan en el proceso de producción. Desde el punto de vista social, los agentes se pueden clasificar en: propietarios de los medios de producción (propiedad privada) y no propietarios, dándonos las formas históricas de las relaciones sociales: explotador-explotado (capitalismo) y relación de colaboración recíproca (comunismo).
Medios materiales y relaciones de producción constituyen las categorías del modo de producción: la infraestructura económica de la sociedad – la estructura base que determinará la superestructura cultural – la ideología: conjunto de las representaciones que anidan en la conciencia de los seres humanos, mediante las que se intenta justificar y mantener las relaciones sociales y la estructura económica (infraestructura).
La infraestructura guarda con la superestructura una relación dialéctica, para entender la cual es necesario explicar el carácter dialéctico del materialismo. El materialismo afirma que todo cuanto existe es materia, procede de la materia o es mera manifestación de la misma. El materialismo histórico es una continuidad del materialismo dialéctico, en el que algunos cambios cuantitativos originan variaciones cualitativas siguiendo las leyes dialécticas de la evolución de la naturaleza:
- Ley de la unidad y lucha de los contrarios: Todos los fenómenos que ocurren en la Naturaleza son el resultado de la lucha de elementos contrarios, que se hallan unidos en el mismo ser o fenómeno, siendo la causa de todo movimiento y cambio en la Naturaleza, en la sociedad y en el pensamiento.
- Ley de la transformación de la cantidad en cualidad: Cuando una cosa pasa de poseer una cualidad a poseer otra hablamos de “salto cualitativo”; supone la resolución de una contradicción, que da lugar a una nueva realidad, que representa un avance en el desarrollo de la Naturaleza.
- Ley de la negación de la negación: esta ley completa la anterior explicando el modo en que se resuelve la contradicción (afirmación o tesis, negación o antítesis y negación de la negación o síntesis), dando paso a una realidad nueva que contiene los aspectos positivos de lo negado.
- Económica o infraestructural: consiste en la alienación del trabajo, por la cual, el trabajador, en lugar de realizarse o perfeccionarse con el trabajo se despersonaliza y pierde su auténtica realidad humana.
- Ideológica o superestructural: consiste en una deformación de las ideas y las creencias de los individuos y se divide en:
- Alienación social: debida a la división de la sociedad en clases sociales.
- Alienación política: la clase dominante representa al Estado, que tiende a esclavizar la sociedad en su propio provecho.
- Alienación religiosa: consiste en la evasión de la realidad hacia un mundo trascendente, que sirve de consuelo y esperanza para un mundo tremendamente injusto.
El valor de uso tiende a ser suplantado y ocultado por el valor de cambio, por lo que los objetos y las actividades valen lo que valen como mercancía, quedando sometidos a las leyes impersonales del mercado (ley de la oferta y la demanda). En el mercado, todas las mercancías se pueden intercambiar gracias a una realidad común a todas ellas que permite medir su valor: el trabajo. Sin embargo, en el capitalismo el trabajo del obrero se ha convertido a su vez una mercancía sometida a las leyes del mercado, por la que se paga un salario. La diferencia que existe entre la producción del obrero y el salario que percibe es la plusvalía, que implica la explotación del obrero y constituye el beneficio del capitalista, siempre que venda los bienes producidos.
Marx resalta que en el caso del capitalismo se ha reducido a dos clases, una dominante y una dominada, en situación de dependencia y subordinación, poniendo de manifiesto una contradicción entre los intereses de ambas – una lucha de clases.
El capitalismo está abocado a entrar en crisis por sí mismo, pues es un sistema internamente contradictorio:
Enemistad entre los capitalistas y los proletarios: aquellos, para mantener su posición no puede prescindir de éstos, pues necesitan seguir explotando al proletariado. Para poder competir con otros, los capitalistas deben explotar más al proletariado para obtener mercancía a precios más bajos y así vender sus productos a precios más competitivos. El capitalista arruinado se convierte en proletario, por lo que, los proletarios son cada vez más y los capitalistas menos. En esta situación se deben cumplir dos leyes:
Ley de concentración: el capital pasa a concentrarse en manos de unos pocos
Ley de crisis: el proceso de concentración no es indefinido, pues el proletariado cobrará conciencia de su fuerza y acabarán desposeyendo de sus bienes al capitalista – revolución.
En último lugar, ocurrirá el paso del sistema socialista al sistema comunista: primero, desaparecerá la propiedad privada de los medios de producción, eliminándose la explotación del hombre por el hombre y cada trabajador percibirá el fruto íntegro de su trabajo; segundo, los objetos irán perdiendo su valor de cambio a favor de su valor de uso; y tercero, el Estado poseerá un carácter residual y su función será preparar la llegada del hombre nuevo y el triunfo de la sociedad comunista. Con todo ello el proceso histórico dialéctico habrá llegado a su fin; se habrá alcanzado la síntesis.