Escuelas Filosóficas: Guía Completa de Idealismo, Materialismo y Más
IDEALISMO
Corriente filosófica presente a todo lo largo de la historia de la filosofía. El idealismo defiende la preeminencia del pensar sobre el ser, es decir, entiende que la realidad material, así como su evolución, tienen un carácter lógico o eidético. Como escuela filosófica alcanza su máximo desarrollo en los siglos XVIII-XIX en Alemania, de la mano de autores como Kant (idealismo trascendental), Fichte (idealismo subjetivo), Schelling (idealismo objetivo) y Hegel (idealismo absoluto). El idealismo hegeliano desarrolla una concepción dialéctica de la historia en la que ésta es entendida como desarrollo de la Idea o Espíritu Absoluto. La inversión de este planteamiento por Marx, es decir, la comprensión de que el pensamiento es efecto de los procesos materiales, está en el origen del materialismo histórico. La historia de la filosofía puede entenderse como un constante enfrentamiento entre idealismo y materialismo.
ESCOLÁSTICA
Escuela filosófica medieval fruto del intento de conciliación de la tradición filosófica griega con el discurso teológico de las tres grandes religiones que tienen su origen en la Biblia (cristianismo, judaísmo e islam). En un primer momento, hasta el siglo XI, la escolástica tiene una mayor influencia platónica, en autores como Agustín de Hipona o Anselmo de Canterbury, mientras que, a partir del siglo XIII y hasta el XIV, con la traducción de Aristóteles, es el Estagirita el que produce una mayor influencia, como puede apreciarse en Tomás de Aquino y Averroes. Sus temas fundamentales son:
- La polémica en torno a los universales (realismo/nominalismo)
- La relación entre Razón y Fe
- Las demostraciones de la existencia de Dios.
En este último tema destacan el Argumento Ontológico, de Anselmo de Canterbury, de filiación platónica, y las Cinco Vías, de Tomás de Aquino, de influencia aristotélica.
RACIONALISMO
Escuela filosófica que se desarrolla especialmente en los siglos XVII y XVIII. Sus máximos representantes son Descartes, Spinoza y Leibniz, aunque como actitud epistemológica podemos remontarlo a la filosofía de Platón y a la mayéutica socrática. El racionalismo, a diferencia de su escuela rival, el empirismo, entiende que el instrumento epistemológico fundamental es la razón y desconfía del conocimiento adquirido por vía sensible, ya que puede resultar engañoso. Defiende el conocimiento a priori, es decir, sin experiencia sensible, y la existencia de ideas innatas, que el sujeto posee en su interior desde el momento mismo de su nacimiento. Por eso, defiende la introspección como método de conocimiento. Descartes, a través de su duda metódica universal, buscará una verdad que resulte innegable sobre la que fundamentar todo el edificio filosófico. Para Descartes, tal como establece en su Discurso del método, esa verdad es la propia existencia del sujeto como sustancia pensante, lo que se expresa en su conocida frase, cogito ergo sum, pienso luego existo.
EMPIRISMO
Escuela filosófica que encuentra su máximo desarrollo entre los siglos XVI-XVIII en las Islas Británicas de la mano de autores como Bacon, Berkeley, Locke o Hume. El empirismo plantea que todo conocimiento debe proceder de los sentidos, es decir, que sin experiencia sensible no hay posibilidad de conocimiento. Desde este punto de vista es, por lo tanto, un planteamiento opuesto al del racionalismo. El empirismo defiende que el ser humano nace sin conocimiento alguno, oponiéndose así a la teoría racionalista de las ideas innatas, con lo que será la experiencia sensible la que irá proporcionando conocimiento a los sujetos. Si el racionalismo plantea una epistemología apriorística, el empirismo se caracteriza por entender que el conocimiento es a posteriori. Hume, por mencionar un autor, plantea que en el proceso de conocimiento lo primero son las impresiones, que captamos con los sentidos, y posteriormente las ideas, que son copias atenuadas de las anteriores. El origen del empirismo podemos encontrarlo en la filosofía de Aristóteles, quien utiliza el término griego empeiria, del que procede el concepto, para designar un conocimiento derivado de la experiencia.
POSITIVISMO
Escuela filosófica del siglo XIX cuyo máximo representante es A. Comte. El positivismo pretende prestar atención a los hechos, pues sólo desde ellos puede darse una comprensión científica de la realidad. Su lema es “ver para prever”, es decir, conocer la realidad para anticipar sus posibles desarrollos. Por ello puede entenderse que el positivismo está en el origen del nacimiento de la sociología como disciplina de estudio y control de la sociedad. Comte desarrolla una teoría de los estadios, en la que argumenta que a lo largo de la historia las sociedades pasan por tres períodos:
- Estadio teológico, en el que, para explicar la realidad, la humanidad recurre a entidades sobrenaturales, como dioses y espíritus.
- Estadio metafísico, en el que dicha explicación se realiza a través de conceptos abstractos de carácter no científico.
- Estadio científico o positivo, en el que los seres humanos somos capaces de dar una explicación científica de la realidad.
En su evolución psicológica el individuo también pasa por estos tres estadios, según Comte.
POSITIVISMO LÓGICO
También conocido como empirismo lógico, es una escuela filosófica de comienzos del siglo XX, influida de forma decisiva por los profundos cambios acaecidos en la ciencia en esos momentos. En concreto, el positivismo lógico muestra las huellas, en el campo de la filosofía, de los estudios de Russell sobre la fundamentación de las matemáticas y de las transformaciones de la física de la mano de Einstein o Heisenberg. El positivismo lógico pretende unificar el empirismo con los argumentos de Hume, por una acusada tendencia antimetafísica, pues considera que las proposiciones de la metafísica carecen de significación. El principal problema que aborda es la verificación de las proposiciones, que se remite, en unos autores, a su referencialidad empírica, y en otros, a la validez lógica de la proposición. Sus antecedentes podemos encontrarlos en Wittgenstein y son sus máximos representantes los miembros del Círculo de Viena, entre los que destacan Carnap y Neurath.
MATERIALISMO
Corriente filosófica presente a todo lo largo de la historia de la filosofía. El materialismo plantea la preeminencia del ser sobre el pensar, tal como se sintetiza en la siguiente frase de Marx y Engels: “No es la conciencia la que determina el ser, sino el ser el que determina la conciencia”. Es decir, para el materialismo nuestros pensamientos son una consecuencia, un efecto, del mundo material que habitamos. A lo largo de la historia, el materialismo se ha manifestado en diferentes escuelas, como, en la Antigüedad, el atomismo de Demócrito y Leucipo y el epicureísmo, o los materialistas franceses del XVIII. Sin embargo, su expresión más contundente aparece en el siglo XIX con la filosofía de Marx, quien desarrollará el materialismo histórico, en el que se entiende que el motor de la historia es la lucha de clases. El materialismo se contrapone al idealismo, que defiende que la realidad material, así como su evolución histórica tienen un carácter lógico o eidético.
MARXISMO
Escuela filosófica que tiene su origen en el siglo XIX con el pensamiento de Marx y Engels. El marxismo es un discurso de carácter materialista que entiende que es la realidad material, lo que se halla detrás de las formas de pensar, en contraposición al discurso idealista. En ese sentido, el marxismo desarrolla una concepción materialista de la historia, en la que ésta es entendida como fruto del constante enfrentamiento entre clases sociales. El marxismo posee una dimensión práctica, política, pues defiende que la filosofía no es sólo un instrumento de análisis teórico, sino también de intervención sobre la realidad para transformarla. A lo largo del siglo XX, el marxismo ha conocido múltiples desarrollos, en ocasiones en vinculación directa con acontecimientos políticos, como la Revolución Rusa, en la que destacan teóricos y políticos como Lenin o Trotsky. El marxismo se ha asociado a lo largo del s. XX con otros discursos, como el psicoanálisis (Reich, Marcuse), el existencialismo (Sartre) o el estructuralismo (Althusser).
NIHILISMO
Concepto propio de la filosofía de F. Nietzsche (s. XIX). El nihilismo, que etimológicamente procede de la palabra latina níhil (nada), posee dos sentidos en su obra. Por un lado, el nihilismo pasivo, como resultado del proceso de decadencia de la cultura Occidental, denuncia que, a consecuencia del predominio del platonismo y de su versión religiosa, el cristianismo, el pensamiento occidental es la constante repetición de unos contenidos ya absolutamente agotados y es, por lo tanto, incapaz de producir ninguna novedad, al tiempo que el mundo y la vida son devaluados hasta devenir nada. Frente a esa situación, Nietzsche reivindica un nihilismo activo, que consiste en, desde la negación de los valores tradicionales asociados a la metafísica platónica y cristiana, producir nuevos valores. La muerte de dios que teoriza Nietzsche abre la puerta a la desaparición de la moral tradicional y coloca al individuo ante la necesidad de crearse sus propios valores y recuperar el “sentido de la Tierra”.