Explorando la Filosofía Moderna: Racionalismo, Empirismo e Idealismo
La Filosofía en la Edad Moderna: Un Recorrido Histórico
La Edad Moderna, que abarca desde la segunda mitad del siglo XV hasta el XVIII, fue testigo de importantes transformaciones intelectuales, incluyendo el Renacimiento y el Siglo de Oro. En su primera etapa, el Renacimiento dio paso al Racionalismo, un movimiento filosófico que priorizaba la razón como principal herramienta para el conocimiento. Posteriormente, surgió el Empirismo como respuesta al Racionalismo, con figuras clave como Locke y Hume.
El Empirismo Inglés y sus Fundamentos
El Empirismo, aunque con raíces en Aristóteles, se consolidó en el siglo XVIII como Empirismo inglés, debido a la nacionalidad de sus principales exponentes. Sus características fundamentales son:
- Conocimiento sensorial: Todo conocimiento verdadero proviene de la experiencia sensorial, negando la primacía de la razón pura.
- Limitación del conocimiento: El conocimiento está limitado por los sentidos, cuestionando la posibilidad de conocer entidades metafísicas como Dios.
- Filosofía práctica: La filosofía debe ser práctica y útil para la vida diaria, rechazando especulaciones metafísicas abstractas.
El subjetivismo, compartido con el Racionalismo, sostiene que solo podemos conocer nuestras ideas, siempre y cuando estas tengan una base sensorial. A pesar de sus diferencias, ambos movimientos contrastan con el Idealismo, que surge a finales del siglo XVIII y principios del XIX, buscando una síntesis entre ambos, con Kant como su principal representante, seguido por Hegel.
La Ilustración y la Crítica al Absolutismo
El siglo XVIII, también conocido como el Siglo de las Luces, presenció la Revolución Francesa y el auge de la Ilustración. Este movimiento, con figuras como Rousseau, Voltaire y Montesquieu, criticó el absolutismo del siglo XVII y propuso una filosofía práctica centrada en la realidad y la transformación social a través de la educación. La Ilustración promovió la eliminación de la irracionalidad, el uso de la ciencia y la filosofía para el progreso, y la idea de que el desarrollo científico y tecnológico conduciría a una sociedad más justa.
Locke y la Tolerancia Religiosa
Locke, figura clave del empirismo inglés, desarrolló una teoría política centrada en la tolerancia, especialmente en su obra Carta sobre la Tolerancia. En ella, defiende la libertad individual y critica la intolerancia religiosa, argumentando que la separación entre Iglesia y Estado es esencial para evitar conflictos. Locke sostiene que la libertad religiosa tiene límites, como cuando atenta contra la libertad de otros o el bienestar del Estado.
Kant y la Posibilidad de la Ciencia y la Metafísica
Kant, en su obra “Crítica de la razón pura”, se cuestiona si la metafísica puede ser considerada una ciencia. Para ello, analiza las condiciones a priori de los juicios sintéticos a priori, dividiendo su obra en tres partes: Estética trascendental, Analítica trascendental y Dialéctica trascendental.
Estética Trascendental
La Estética trascendental explora los juicios a priori de la sensibilidad, identificando el espacio y el tiempo como formas a priori que nos permiten recibir estímulos y generar sensaciones. Estos son a priori porque son condiciones previas a la experiencia y son intuiciones puras porque se refieren a una sola cosa única.
Analítica Trascendental
La Analítica trascendental analiza las condiciones a priori del entendimiento, que interpreta la realidad a través de conceptos puros y empíricos. Las categorías trascendentales son conceptos puros que, al aplicarse a la experiencia, permiten el conocimiento. Kant distingue entre fenómeno (lo que podemos conocer) y noúmeno (la cosa en sí), afirmando que solo podemos tener conocimiento empírico. Su teoría, conocida como idealismo trascendental, sostiene que el conocimiento es intersubjetivo, ya que todos recibimos las mismas sensaciones en el mismo espacio y tiempo.
Dialéctica Trascendental
En la Dialéctica trascendental, Kant concluye que la metafísica no puede ser una ciencia, ya que intenta conocer noúmenos (como el mundo, el ser humano y Dios) que están más allá de nuestra experiencia. La metafísica se equivoca al considerar que habla del mundo real y no de nuestra concepción del mundo real.
Hume y el Sentimiento Moral
Hume, por su parte, rechaza la idea de una ética basada en la razón, argumentando que las pasiones y los sentimientos son los que guían al ser humano. Su ética, de carácter emotivista, sostiene que los juicios morales no provienen de la razón, sino de los sentimientos de agrado o desagrado que nos provocan ciertas acciones. Estos juicios, además, se basan en la simpatía, la capacidad de entender y compartir los sentimientos de los demás. La ética de Hume es, por tanto, utilitarista, ya que busca lo que es socialmente útil y agradable.