Filosofía: De Santo Tomás a Marx: Un recorrido por las ideas clave
Filosofía: De Santo Tomás a Marx: Un recorrido por las ideas clave
El problema de la fe y la razón: Santo Tomás de Aquino
Para Santo Tomás de Aquino, la **razón** y la **fe** no son contradictorias, sino que se complementan. La filosofía se ocupa de la verdad natural, mientras que la teología se ocupa de la verdad sobrenatural. Ambas proceden de Dios, por lo que no pueden estar en contradicción. Si hay una contradicción entre una proposición filosófica y una verdad revelada, el error no está en la filosofía, sino en el filósofo, que es imperfecto y se equivoca.
La razón ayuda a la fe a construir la teología como una ciencia, utilizando la dialéctica y aportando nuevos datos para quienes niegan las proposiciones de fe. La fe ayuda a la razón como criterio extrínseco: si se llega a conclusiones contradictorias con la fe, hay que revisar los razonamientos. La razón no llega a algunas verdades, pero las ve como no contradictorias.
La demostración de la existencia de Dios
Para Santo Tomás, todo conocimiento parte de los sentidos. La demostración de la existencia de Dios solo puede hacerse tomando como punto de partida las criaturas. Tal demostración es necesaria, ya que la existencia de Dios no es una verdad evidente inmediata, como pretende demostrar el argumento ontológico. El argumento ontológico (Anselmo) dice que todos tenemos la idea de Dios en la mente, por lo tanto, es imposible que tal idea no tenga una existencia real fuera de la mente, luego Dios existe realmente.
Para Santo Tomás de Aquino, el argumento ontológico supone un salto del orden ideal al orden real, del ámbito del pensamiento al ámbito de lo que existe. Si bien en algún momento pueden coincidir, no tiene por qué hacerlo siempre. No se puede demostrar a priori que exista la idea de Dios y que exista en la realidad, fuera de la mente. La demostración ha de ser a posteriori: hay que partir de la existencia real de cosas cuya existencia misma debe explicarse como efecto de una causa última. Estudiando los efectos, debemos llegar a la causa última. La razón solo puede lograr dos tipos de demostraciones: a priori, en donde se parte de la esencia de una causa para descender a sus efectos, y a posteriori, en donde se parte del efecto. Solo esta última puede utilizarse para conocer a Dios.
Santo Tomás propone cinco formas o modos de demostrar la existencia de Dios, y no cinco caminos para llegar a él. Con las vías no se llega a Dios. Las cinco vías presentan los mismos pasos: 1º se parte de un hecho de la experiencia del mundo sensible, 2º se propone un principio metafísico, 3º se acepta la imposibilidad de regreso al infinito, y 4º la conclusión.
La 1ª vía, desde el movimiento del mundo, comprobamos por los sentidos que en el mundo existen cosas que mueven, pero resulta que todo ser que se mueve es movido por otro. 2ª vía, la casualidad, comprobamos por los sentidos que en el mundo existen seres que tienen una causa, pero resulta que todo ser causado implica una causa incausada. Al no poder seguir así hasta el infinito, concluimos que existe una causa incausada. 3ª vía, de la contingencia, en el mundo comprobamos por los sentidos que en el mundo existen seres contingentes, pero resulta que todo ser contingente exige un ser necesario. Al no poder seguir hasta el infinito, concluimos que existe un ser necesario. 4ª vía, grados de perfección, comprobamos por los sentidos que en el mundo existen seres con diversos grados de perfección, pero resulta que todo ser imperfecto requiere un ser perfecto. Al no poder seguir así hasta el infinito, concluimos que existe un ser perfecto. 5ª vía, del orden del mundo, comprobamos por los sentidos que en el mundo existen seres sin inteligencia, pero que actúan ordenadamente. Resulta que todo ser ordenado pide un orden supremo. Al no poder seguir así hasta el infinito, concluimos que existe un ordenador perfecto.
El problema de la moral: Ética
Aquino afirma la existencia de la **ley natural**, la forma en que Dios ha impuesto en el alma humana la ley eterna respetando su libertad. La ley natural tiene varios preceptos que se fundamentan en uno: el deber de desarrollar la propia esencia humana realizando el bien y evitando el mal. De este se derivan tres preceptos primeros: el deber de conservar la vida, que desarrolla la facultad vegetativa; el deber de procrear y educar a los hijos, que desarrolla la facultad sensitiva; y el deber de respetar la justicia social y de buscar la verdad (el conocimiento de Dios), desarrollando así la facultad racional.
Para Santo Tomás, los preceptos de la ley natural son evidentes (todos pueden llegar a conocerlos), universales (valen para todos los seres humanos) e inmutables (no cambian nunca) por estar implícito en la esencia humana. A través de la conciencia podemos deducir de estos preceptos generales unos preceptos secundarios concretos para las distintas situaciones cotidianas que sí pueden admitir excepciones.
El problema de la sociedad: Teoría social
La facultad racional del hombre solo puede desarrollarse en sociedad, ya que el hombre es para Santo Tomás un ser social por naturaleza. Los preceptos de la ley natural son demasiado generales y deben ser concretados mediante la **ley positiva**, las leyes que rigen una sociedad concreta. Las leyes positivas son convencionales y deben ser una exigencia y prolongación de la ley natural, ya que si no es así serán injustas y existe el derecho a desobedecerlas. La búsqueda de la justicia es el punto de unión entre la moral y el derecho. Las mejores formas de gobierno, para Santo Tomás, son la Monarquía, la Aristocracia y la Democracia, siempre que respeten la ley natural al hacer sus leyes positivas.
El problema del conocimiento: Iluminación
Para San Agustín, la Verdad existe, pues la afirmación escéptica de que no existe la verdad se contradice al afirmar la verdad de dicho juicio. Distinguirá varios tipos de conocimiento. El conocimiento sensible, de los sentidos, que genera doxa (opinión), conocimiento cambiante. El conocimiento racional inferior, ciencia, donde con el razonamiento se conoce lo universal y necesario relativo a las cosas temporales. Por último, el conocimiento racional superior, filosofía o sabiduría, que posibilita el conocimiento de verdades eternas, inmutables, universales y necesarias que fundamentan nuestros juicios.
Según la Teoría de la Iluminación, estas verdades eternas no pueden ser desarrolladas a través de los sentidos, sino que se deben buscar en la intimidad de la conciencia, en el alma, donde Dios las ha puesto y, por tanto, el hombre debe descubrirlas en su interior. La verdad, por tanto, no está en la realidad, sino en el alma y se conoce a través de una iluminación divina. Además, para San Agustín no hay una rivalidad entre Razón y Fe, sino que ambas deben ayudarse mutuamente. La fe no es algo irracional, sino que fe y razón van juntas (aunque siempre debe predominar la fe) y se complementan.
El problema del hombre: Antropología
San Agustín defenderá el dualismo, afirmando que el hombre, como toda criatura, se compone de dos sustancias: el cuerpo (materia) y el alma (forma), cuya unión es accidental. Por ello, propiamente hablando, el hombre no es más que su alma inmortal frente a un cuerpo mortal y corruptible. El alma debe regir el cuerpo y es su aspiración deshacerse de la materia corporal y volver a Dios, de quien procede.
El problema de Dios y la realidad: Metafísica y Teología
San Agustín defiende el **Creacionismo**: el mundo y el tiempo han sido creados por Dios desde la nada. Esta creación se explica a partir de la **Teoría del Ejemplarismo**: Dios ha realizado en la materia los seres concretos a partir de aquellas ideas eternas que están en su mente divina (los arquetipos). Además, Dios depositó en la materia los gérmenes de todos los seres futuros para que fueran apareciendo progresivamente en el tiempo. Todo ser creado se constituye, pues, de materia (que puede ser corpórea o espiritual) y forma (la esencia que le hace ser lo que es). Esta creación no es abandonada por Dios una vez creada, sino que Dios la cuida y gobierna, y para ello ha concebido un plan para el mundo, y este plan se expresa en la ley eterna. Por ello, le surge a San Agustín el problema del mal, pues si el mal existiera sería algo creado por Dios, siendo así él mismo malo.
La solución, para San Agustín, es considerar que todo lo creado por Dios es bueno, siendo el mal o la imperfección no algo real, sino carencia de ser o perfección. Además, el mal solo lo es en tanto individual y concreto, pero no para la totalidad de la creación, en donde siempre resulta de él un bien mayor. Explicará así igualmente el mal moral humano, que es fruto de un bien mayor: la libertad.
Si bien para San Agustín la existencia de Dios está clara, intentará hacer una demostración de la misma. Admitirá varios argumentos, como la propia grandeza de la creación (la realidad es demasiado compleja para no haber sido creada por una inteligencia) o el argumento del consenso (la mayoría de los hombres creen en Dios). Pero el argumento preferido por San Agustín es el derivado del carácter eterno e inmutable de ciertas ideas que tenemos en nuestra alma, que contrasta con la naturaleza humana, mutable y finita, y por lo tanto tienen que tener como causa un ser eterno e inmutable: Dios. A este se le conoce imperfectamente a través de las huellas que ha dejado en las criaturas.
El problema del conocimiento: Epistemología
Hume es el autor más importante de la escuela del **Empirismo**. Para el Empirismo, todo nuestro conocimiento procede de la Experiencia. Hume niega, pues, la existencia de las ideas innatas en la razón, con anterioridad a la experiencia, ya que nuestro entendimiento es como una página en blanco en la que nada hay escrito al nacer.
Hume distinguirá dos elementos en la razón: las impresiones, representaciones mentales simples de las percepciones recibidas por la sensibilidad; y las ideas, representaciones o copias de las impresiones (pasadas) en la mente, son menos vivas y proceden de una impresión. Asimismo, afirmará dos modos de conocimiento racional:
– El conocimiento de relaciones entre las ideas (razonamiento a priori). Las proposiciones de este tipo son analíticas, el predicado está implícito en el sujeto y no nos dan nueva información, y para conocer su verdad no es necesario recurrir a la experiencia ya que es anterior a esta (a priori). Son las matemáticas y la lógica. – El conocimiento de cuestiones de hecho (razonamiento a posteriori) que trata sobre la realidad. En us proposiciones, el predicado no está implícito en el sujeto, afirman algo nuevo sobre la realidad, son sintéticas, y su verdad o falsedad se descubre a posteriori, recurriendo a la experiencia. Todo nuestro conocimiento, exceptuando matemáticas y lógica, es de este tipo. Así, según Hume todo conocimiento sobre la realidad proviene, por lo tanto, de un razonamiento a posteriori y el criterio de verdad para saber si una idea es verdadera o falsa es recurrir a la impresión. Hume estudiará las afirmaciones científicas donde se emplea el principio de causalidad, según el cual una causa determinada produce siempre y necesariamente un efecto concreto. Según Hume, este rincipio de causalidad no es correcto pues no podemos tener impresión de dicha conexión (no podemos percibir que algo vaya a ocurrir siempre y necesariamente). Para Hume, la relación causaefecto la afirmamos por la experiencia de haber percibido de forma habitual un acontecimiento detrás de otro y por ello afirmamos que lo que ha sucedido en el pasado se repetirá en el futuro y que objetos
semejantes tendrán efectos semejantes.
Así, Hume afirma que el principio de causalidad es sólo unasuposición o creencia basada en el hábito y la costumbre de haber tenido impresión en el pasado de os acontecimientos distintos unidos consecutivamente. La verdad de toda ley de la naturaleza es, por tanto, sólo probable. Sin embargo, Hume acepta la utilidad de estas creencias para la vida y por ello la ciencia misma resulta útil para la humanidad. Hume igualmente criticará las tres sustancias cartesianas (el Yo, la Realidad Exterior y Dios) y asegurará que es imposible conocer su existencia defendiendo el escepticismo. Negará la afirmación de la existencia del “yo” entendido como una identidad permanente y estable, una sustancia o esencia, pues es imposible tener una impresión (o intuición) permanente y estable del propio yo. Así, nuestro Yo no es más que la sucesión de las impresiones acaecidas en nuestra mente que nuestra memoria recuerda y que unificamos ilícitamente. El yo por tanto es un hecho psicológico producido por la memoria y no algo sustancial. Para asegurar que no podemos conocer si existe la realidad exterior se basará en su crítica a la idea de causa. Al no poder afirmar sin duda que nuestras impresiones procedan de algo exterior, no podremos asegurar que exista la realidad externa a mí. Por tanto no podremos saber con seguridad si existe la realidad extramental. Igualmente, señalará que no podemos asegurar la existencia de Dios pues es imposible tener experiencia de él y por tanto no es posible demostrar su existenciaAsí y como conclusión final, Hume, en su desarrollo radical del empirismo, terminará estableciendo el escepticismo (afirma imposible demostrar la existencia del mundo, del yo y de Dios), y el fenomenismo (sólo es posible conocer la impresiones como hechos mentales).EL PROBLEMA DE LA MORAL: ÉTICA Hume realizará una crítica a toda la ética anterior a él. Según su teoría, nuestros juicios morales no son producidos por la razón pues no se tratan ni de relaciones entre ideas, al no ser analíticos, ni de cuestiones de hechos, pues los juicios morales no describen solamente una realidad percibida sino que la juzgan como buena o mala. Efectivamente, el razonamiento puede ayudarnos a clarificar la utilidad de las acciones humanas pero no puede impulsarnos a realizarlas. Por tanto, al no ser la razón la clave de la moral afirmará que esta se fundamenta en el sentimiento moral del individuo. Este sentimiento moral es una emoción o “gusto” interior que surge en el sujeto y que muestra agrado o desagrado ante las acciones siendo universal a todos los hombres. Hume defiende pues la teoría del “emotivismo moral”.
Influencia de Feuerbach:la mayor influencia recibida por marx proviene d uno d las mas destacads representantes d l izq hegeliana,este transformo definitivamente la teologia,reduciendola a antropologia y preparo el terreno para q marx comprendiera q la critica a la religion era la base d toda la critica,de hecho engels vio en la obra de follerbach la esencia dl cristianimo la restauracion dl materialismo frente al idealismo,la esencia dl cristialismo afirma q el ser humano creo a dios segun marx la emancipacion humana se producira cuando la critica a la religion se transforme en critica politica y avance asi a la revolucion socia,xq la teoria sobre la realidad tiene q acabar en prectica o en accion,marx valoro positivamente la idea d foller q proponia superar ls conflictos entre religion y estado para centrarse en el ser humano,marx se necesitaba dar un paso mas.marx opinaba q era necesario hacer un planteamiento critico dl movimiento dialectic hegeliano.Para marx faltaba la actividad practica por q d lo contario cualquier propuesta se mantenian en lo abstacto y por tanto en hegel en cuyo idealismo se reincidia.segun marx si se desciende desde lo abstracto a la realidad esto es a la practica lo q aparece es la historia y en esta hay una determinada forma d producir ls bienes, al considerar la historia uno se encuentra cn la realidad contradictoria d la alineacion d ls seres humans q producen en lugar d asistir a la liberacion buscada