DESCARTES

Marco histórico

Descartes nació en La Haya (Francia) en 1596. De joven destacó por su inteligencia. Estudió derecho. En 1619 se alistó en el ejército, y en el invierno de ese mismo año tuvo 3 sueños en los que se le encomendaba la misión de aplicar las matemáticas al conocimiento. Más tarde, y en Holanda, escribió sus principales obras.

El racionalismo se enmarca en la historia del continente europeo en el siglo XVII, un siglo de grandes transformaciones. En el ámbito religioso, se produjeron los cismas cristianos. También hubo enfrentamientos armados en la Guerra de los 30 Años, en la que Descartes participó como soldado.

Marco filosófico

Las múltiples corrientes de pensamiento renacentistas parecían hundir la cultura de esta época en el desconcierto. La consecuencia de esta crisis fue la búsqueda de una nueva razón que evitase el escepticismo. Esto se plasmó en el racionalismo, iniciado por Descartes, que supuso el inicio de la filosofía moderna. El pensamiento racionalista se caracterizó por las siguientes características:

  • Plena confianza en la razón humana como única fuente válida de conocimiento e independiente de la experiencia.
  • Afirmación de la existencia de ideas innatas en nuestra mente.
  • Búsqueda de una ciencia universal única que permita al ser humano el dominio de la naturaleza y una vida larga y feliz. El modelo de esa ciencia se encuentra en las matemáticas.
  • Propuesta de una moral fundamentada en la razón.
  • Subjetivismo: las cosas las conocemos a partir de lo que hay en nuestra mente.

Finalidad de su filosofía

La finalidad de su filosofía era romper con la de su tiempo, y proyectar un nuevo sistema filosófico. Se encontró con la seguridad que ofrecía la nueva ciencia renacentista, y el papel importante de las matemáticas. Se propuso dotar a la filosofía de un nuevo método, que permitiese descubrir verdades claras, ciertas y demostradas racionalmente, superando todo escepticismo posible.

EPISTEMOLOGÍA

El método

La reflexión filosófica para Descartes exige 3 condiciones previas: establecer el método más riguroso, prescindir de la fe y renunciar a las explicaciones de la filosofía anterior y a los sentidos.

El método, según Descartes, es el instrumento para guiar a la razón. En el Discurso del método lo resumió en 4 reglas:

  1. Evidencia: solo acepta como verdadero ideas que sean absolutamente evidentes. Distinguió 3 tipos de ideas: adventicias (proceden de la percepción sensible), facticias (invenciones de nuestra imaginación) e innatas (emanan de la razón misma y no de la experiencia sensible. Solo este tipo de ideas es claro).
  2. Análisis: se basa en que si se quiere llegar a conclusiones claras se debe de dividir el problema en partes y tratar cada una de ellas por separado.
  3. Síntesis: es un complemento de la regla anterior, ya que partiendo de aquellas ideas más simples y más seguras podremos pasar a aquello desconocido, ideas nuevas y más complejas.
  4. Recuento: se basa en repasar, con tal de asegurarnos de no haber cometido errores. A algunas de estas reglas se les aplica 2 facultades que posibilitan el conocimiento absoluto: intuición y deducción.
  • Intuición (regla 2): es la capacidad de llegar a determinadas conclusiones sin evidencias claras de que esto sea así.
  • Nos permite saber con total seguridad que algo es cierto.
  • Deducción: partiendo de determinadas premisas, se llega a una afirmación que es cierta.

Duda metódica

Cuando se establecen las reglas del método, Descartes consideró que, con tal de afrontar con éxito la búsqueda de la certeza absoluta, hacía falta dudar de todo. Esta duda es universal (se extiende a todo el conocimiento) y voluntaria.

  1. Los conocimientos nos proporcionan un conocimiento engañoso y confuso.
  2. La razón tampoco es fiable, puesto que a veces razonamos erróneamente.
  3. No es posible distinguir entre la vigilia y el sueño, ya que podría ocurrir que estuviéramos soñando cuando estamos despiertos y viceversa.
  4. Podríamos suponer que existe un genio maligno que nos induce a creer que tenemos razón cuando erramos y viceversa, llevándonos a dudar de nuestros conocimientos matemáticos.

METAFÍSICA

Las 3 sustancias

Descartes llegó a la conclusión de que hay 3 ideas claras y diferentes que aceptamos: idea de yo, de Dios y del mundo. Aseguró que esas ideas son sustancias: yo es una sustancia que piensa, Dios es una sustancia infinita y el mundo exterior es una sustancia extensa. Para Descartes una sustancia es cualquier entidad que no necesita de otra cualquiera para existir. No son seres individuales y concretos, sino seres genéricos. Y solo hay 3 sustancias. El filósofo reconoció que en sentido estricto esa definición solo puede aplicarse a Dios. Él es el único ser que no necesita de ninguno más para existir y todo depende de él. No obstante, afirmó que el yo y el mundo pueden denominarse sustancias porque, a diferencia de Dios, no dependen de nadie más. Distinguió atributos y modos.

  • Atributos: constituyen la esencia de cada sustancia. Del alma, que piensa. Del mundo físico, que es extenso y tiene extensiones.
  • Modos: son aquellas propiedades que no son esenciales para la sustancia y pueden variar.

ANTROPOLOGÍA

El mecanismo y el compuesto humano

En la época de Descartes se crean los primeros relojes mecánicos. En aquel momento fueron algo revolucionario; que un aparato mediante un sistema de resortes y engranajes sea capaz de moverse casi automáticamente y con precisión fue algo que inspiró, entre otros, a Descartes. Él creía que el cuerpo no es más que una máquina, al igual que el de los animales y el mundo en sí, y que los podíamos entender en términos puramente mecánicos. Dios actúa como relojero: da cuerda y se va. Es decir, inicia el movimiento, que se transmiten los cuerpos entre sí unos a otros. Por tanto, en el universo todos los cambios que se producen se dan según la voluntad divina. Además, no se debe indagar ninguna finalidad porque sería temerario pretender conocer las finalidades de Dios.

Sostenía que los animales son autómatas muy complejos y que los humanos también. Sin embargo, ellos son solo res extensa, y nosotros somos una composición entre una sustancia pensante y otra extensa, aunque estas dos son totalmente diferentes entre sí, están asociadas (dualismo antropológico). Descartes relacionaba el alma con un órgano al que denominó glándula pineal, que está en el cerebro, pero no convenció. Por otro lado, dedujo que el alma es inmortal, al ser independiente del cuerpo y no le necesita para existir.

ÉTICA

Descartes elaboró una ética provisional, puesto que murió y no llegó a sistematizarla. Dicha ética debía ayudarlo a ser decidido en sus acciones y vivir más feliz. Quedó formulada en 4 reglas:

  1. Vivir felizmente y en paz con los demás, siguiendo las costumbres establecidas (religión, ser moderado…).
  2. Ser diligente a la hora de actuar, siguiendo los conocimientos más probables.
  3. Lo que perfecciona al ser humano no es lo que le sucede, sino sus acciones y la manera con la que lo afronta lo que su voluntad no puede cambiar.
  4. Dedicar la vida al cultivo de la razón, progresar en el conocimiento de la verdad siguiendo el método.

Firmó que hay 3 verdades que nos ayudan a dirigir bien nuestra conducta: Dios existe y todo depende de él, la naturaleza del alma es más noble que la del cuerpo, el universo refleja la grandeza de Dios.

Por otro lado, señaló que la razón debe evitar el mal uso de las pasiones, pero no debe eliminarlas, ya que en sí mismas son positivas.

DAVID HUME

El filósofo escocés David Hume (1711-1776) desarrolla su obra durante el siglo XVIII, en el seno de la corriente empirista y llevando a la práctica los principios fundamentales que caracterizaban la Ilustración. Desde el punto de vista social, se agudiza la crítica a la sociedad estamental, que acabarán provocando la Revolución Francesa. Desde el punto de vista científico, Newton dará el impulso definitivo al desarrollo de la ciencia moderna. Hume, como filósofo empirista compartía con John Locke el rechazo del dogmatismo de quienes se empeñan en hacer un uso inapropiado de la razón para mostrar una seguridad absoluta en el conocimiento, sin tener en cuenta cómo piensan y actúan los seres humanos. La finalidad de Hume coincide con los ideales de la Ilustración, que proclama la libertad, la tolerancia y la supresión de la superstición frente al fanatismo que habían alimentado las guerras y la intolerancia en Europa.

EPISTEMOLOGÍA

Hume aplicó el principio empirista, según el que todos los conocimientos de nuestra mente provienen exclusivamente de la experiencia. Para Hume, todo lo que conocemos son percepciones. Estas se dividen en 2 tipos: impresiones e ideas. Las impresiones son intensas, fuertes (ver la mesa), mientras que las ideas son menos intensas (recordar la mesa), toda idea proviene de una impresión. Las impresiones las captamos claramente, y las ideas son más difusas. Las impresiones pueden ser tanto de sensación como de reflexión. Las de sensación provienen del exterior del ser humano (colores). Las de reflexión provienen de dentro de uno, se forman a partir de impresiones de sensación y suelen ser sentimientos o pasiones. Según Hume, las impresiones e ideas pueden ser tanto simples como complejas. Las impresiones simples son las que no se pueden diferenciar en otras más sencillas. Dan lugar a ideas simples. Las impresiones complejas son multitud de impresiones simples unidas. Las ideas complejas pueden derivar tanto de impresiones complejas como de ideas simples. Este último caso, el de combinación de ideas, es fruto de la imaginación. La imaginación puede combinar las ideas de forma natural (rigiéndose por 3 principios: parecido, continuidad espacio-tiempo y relación causa-efecto) y de forma artificial. Pero para empezar, la imaginación necesita las impresiones. Por ello, si se quiere validar una idea, se deben identificar las impresiones de las que provienen.

Hume también distinguió entre los tipos de juicios. Estos se dividían en relaciones de ideas y cuestiones de hecho.

  • Relaciones de ideas: son juicios la verdad de los cuales se alcanza necesariamente mediante la razón, sin tener que recurrir a la experiencia. Son propios de ciencias como las matemáticas.
  • Cuestiones de hecho: enunciados la verdad de los cuales no se obtiene a través de un simple razonamiento, sino a través de la observación directa o la memoria. Son propios de ciencias naturales. “El sol saldrá mañana” es un ejemplo.

El problema de la inducción

Las ciencias naturales se basan en la inducción, por lo que tratan de obtener juicios o leyes universales sobre el mundo físico a partir de la experiencia de un determinado número de casos. Sin embargo, para Hume el razonamiento inductivo es problemático. Un conocimiento solo probable no permite predecir el futuro con certeza, es decir, elaborar leyes universales. Así, negó la realidad del conocimiento científico como saber universal.

Crítica del principio de causalidad

El principio de causalidad es una idea, y para validarlo debemos identificar las impresiones de las que deriva. Es necesario identificar las impresiones de las que deriva. Es necesario identificar las impresiones: de la proximidad en el espacio y en el tiempo de la causa y el efecto, y de la conexión necesaria de que una es la causa de otra. Esta última impresión no la tenemos, ergo, el principio de causalidad no es válido: puesto que no podemos identificar las impresiones de las que proviene esta idea. Entonces, para Hume, el principio de causalidad tiene un valor subjetivo. Esto afecta a la ciencia puesto que la predicción científica sobre los hechos futuros depende de la existencia de una conexión causal necesaria entre 2 fenómenos. Como esta conexión se considera subjetiva, las conclusiones a las que llegan las ciencias físicas son solo creencias, nunca certezas. La crítica al principio de causalidad condujo a Hume a rechazar la metafísica, porque ella la utiliza para afirmar la existencia de realidades que transcienden a nuestras impresiones sensibles.

CRÍTICA A LA METAFÍSICA

Hume se preguntó por el origen de nuestra idea de sustancia, y llegó a la conclusión de que es una idea compleja elaborada por nuestra imaginación. Por tanto, no representaría ninguna relación unitaria.

  • La idea de Dios es imposible de demostrar si existe o no, ya que no poseemos impresiones que originen esta idea.
  • La idea del mundo externo no se puede demostrar por dos razones: en primer lugar, no podríamos saber jamás a qué se refiere el concepto de sustancia, como algo que estuviera sosteniendo toda la realidad, es decir, la mesa, la silla, mi cuerpo… parece que están en algún sitio, que sería la sustancia y de ella no tenemos impresión. Al no haber ninguna impresión de sustancia, no podemos saber si existe. En segundo lugar, podríamos decir que debe existir una sustancia material fuera de nosotros, porque, todas las impresiones que tenemos (bolígrafo, papel…) parecen provenir de algo de fuera. Por tanto, esa sustancia material sería la causante de esa impresión. Pero este argumento no puede ser válido, porque Hume rechaza el principio de causalidad.
  • La idea de sustancia pensante o alma no se puede saber si existe, porque no tenemos ninguna impresión de un núcleo esencial de mi personalidad, que sea permanente y que nunca cambie.

ÉTICA

Para Hume, las pasiones, emociones son impresiones de reflexión. Las dividió en 2 tipos:

  • Pasiones directas: provienen inmediatamente de impresiones de placer y dolor.
  • Pasiones indirectas: provienen no solamente del dolor y del placer, sino también de otras cualidades como la empatía. Al final del estudio de las pasiones, Hume expuso los resultados de su investigación sobre la voluntad y la libertad. La voluntad no es una facultad, sino un modo de la pasión deseo. En cuanto a la libertad, la opinión de Hume es que las acciones humanas están sometidas a la necesidad. Hume sostuvo que la razón se debe de someter a las pasiones. La actuación humana se rige a la pasión, que es lo único que mueve a desear un objeto o a rechazarlo.

Para el filósofo escocés, las pasiones o sentimientos son el criterio de moralidad. Hume entendía la moral, como la ciencia que se ocupa de las reglas que hace falta seguir para conseguir el bien y la felicidad. La finalidad de esta ciencia es facilitar el criterio que permita la distinción moral entre virtud y vicio. El criterio para la valoración solo se puede encontrar en las pasiones o sentimientos, y esta valoración es un sentimiento de aprobación o desaprobación que surge en tu interior, no es un juicio como tal.

Aunque parezca que la ética no puede ser universal, porque todos tenemos sentimientos diferentes, sí se puede, gracias a la empatía, que pone los sentimientos de los humanos en común. Es una cualidad causada por la similitud existente entre los seres humanos. Una vez establecidos los criterios para acertar en las valoraciones, aún hace falta preguntarse qué es lo que hace que consideremos buena o mala una determinada acción. Hume propugnó que la causa de nuestros sentimientos de aprobación o rechazo se encuentra en la utilidad.

Desde esta perspectiva, una acción produciría un sentimiento placentero cuando sea útil para uno mismo y para los demás. Su ética quedó entonces atrapada en el subjetivismo.

POLÍTICA Y RELIGIÓN

Hume no aceptó que la política surgiese de la transición de un estado natural a otro civil. Tampoco admitió la idea medieval de que el poder de los gobernantes tuviera un origen divino. El auténtico origen de la sociedad es la empatía, que mueve a los hombres para conseguir la utilidad y el bien común. Esta asociación reclama una organización y una autoridad que convierta la sociedad en una agrupación política.

Para Hume, lo único que justifica y legitima el poder de un gobernante es el bien común que procura al pueblo. En definitiva, la doctrina política de Hume se basa en la utilidad.

En lo referido a la religión, Hume trató de indagar en sus fenómenos racionales y en sus orígenes. En resumen, afirmó que la religión es fruto del sentimiento y no objeto de la razón. Dios es incognoscible, ya que su idea se encuentra alejada de la experiencia sensible.

KANT

Immanuel Kant nació el 22 de abril de 1724 en Königsberg, en Prusia. A finales del siglo XVII y principios del XVIII, como protesta contra la ortodoxia religiosa, en la que predominaban las formas dogmáticas frente a la vivencia de la fe, se extendió por Alemania el pietismo, tendencia religiosa que fue seguida por los padres de Kant, y que sin duda ejerció una honda influencia en Kant, quien se refiere a sus padres siempre con veneración, recordando a su madre como una persona bondadosa, austera y profundamente religiosa. La filosofía entonces predominante en Alemania era el racionalismo de Christian Wolff, quién publicó sus obras en alemán, y no en latín, como era todavía la costumbre mayoritaria, penetrando su pensamiento profundamente en todos los círculos culturales de mediados del siglo XVIII. El 12 de febrero de 1804 moría en su ciudad natal, siéndole rendidos los últimos honores en un gran funeral. Para entonces la filosofía de Kant había alcanzado ya gran difusión y aceptación en los principales círculos culturales de Alemania y un considerable eco en el resto de Europa.

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO. CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA

El filósofo prusiano comienza preguntándose si es posible la metafísica como ciencia. Esta pregunta deriva en otra: ¿Cómo es posible la ciencia? Para a continuación preguntarse: ¿Qué tipos de juicios son los científicos? Para responder a esta pregunta realizó una clasificación de los juicios. Concluyó que existen 4 tipos de juicios: analíticos, sintéticos, a priori y a posteriori.

  • Analíticos: no aportan nada nuevo, siguen el principio de no contradicción.
  • Sintéticos: el predicado no está incluido en el sujeto, aportan información y dependen de la experiencia.
  • A priori: independientes de la experiencia, son necesarios y universales.
  • A posteriori: dependen de la experiencia y no pueden ser ni universales ni necesarios. Los juicios analíticos suelen ser a priori y los sintéticos a posteriori. Los juicios científicos no son ninguna de esas 2 combinaciones. Tienen que aportar información y ser universales y necesarios. Por tanto, son sintéticos a priori, aunque aún no se sabe, en este momento de la investigación, cómo se da lugar a esta combinación.

ESTÉTICA TRASCENDENTAL

Kant se ocupó de la primera facultad de la razón, la de tener percepciones sensibles. Para él, todo conocimiento consiste en una síntesis entre materia y forma: la materia es su contenido, el que se recibe a través de los sentidos, y la forma es aquello que pone el sujeto. Aunque todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, no todo él procede de ella: existen unas formas a priori, que las pone la razón del sujeto que las conoce.

El conocimiento sensible es una síntesis entre las sensaciones y el espacio y el tiempo. El espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad, que unifican y ordenan de manera particular los datos de las sensaciones. Son a priori, ya que podemos pensar el espacio y el tiempo sin cosas ni juicios. Se pueden considerar, por lo tanto, anteriores a la experiencia. Kant llamó intuiciones empíricas a la síntesis de las impresiones sensibles con el espacio y el tiempo.

Los juicios sintéticos a priori en las matemáticas. Kant relacionó las matemáticas con el conocimiento sensible porque pensaba que los juicios sintéticos a priori en esta ciencia dependían del hecho de que el espacio y el tiempo fueran intuiciones puras o a priori. Kant explicó esta relación con el siguiente razonamiento: la geometría y la aritmética tratan el espacio y el tiempo respectivamente, y los juicios de las matemáticas son anteriores a la experiencia. Entonces son sintéticos, porque el espacio y el tiempo están vinculados a toda experiencia sensible como formas de esta.

ANALÍTICA TRASCENDENTAL

En esta parte, Kant analizó el entendimiento, que es la capacidad de crear conceptos y formular juicios. Utiliza las intuiciones empíricas y las combina con unas formas a priori que ponemos nosotros y se forman juicios. Según Kant, la función del entendimiento es comprender las intuiciones empíricas. Con el conocimiento sensible percibimos una gran variedad de objetos individuales en el espacio y el tiempo, pero no los entendemos. Para Kant entender es formular juicios. Pero solo es posible juzgar si se utilizan conceptos que unifiquen los fenómenos sensibles, y esas son las categorías. Si nosotros podemos hacer juicios universales, particulares, etc., es porque tenemos de forma innata esas categorías, que son 12; si no las tuviéramos, no podríamos elaborar juicios. Entonces, es necesaria la colaboración entre la sensibilidad y el entendimiento para conocer. La sensibilidad aporta las intuiciones empíricas, y sin ellas, el conocimiento carecería de contenido. El entendimiento aporta las categorías.

Los juicios sintéticos a priori en física.

Después del análisis del entendimiento, Kant consideró que los juicios sintéticos a priori son posibles en física gracias a las categorías. Las leyes de la física son a priori y, por tanto, universales y necesarios. A la vez, son sintéticos porque las categorías tienen la función de sintetizar toda experiencia posible. Los juicios de la física se apoyan en la categoría causa-efecto.

  • Fenómeno: el resultado final de lo que captan los sentidos.
  • Noúmeno: todo lo que existe en el exterior, el objeto al margen de la experiencia.

DIALÉCTICA TRASCENDENTAL

La razón conecta unos juicios con otros formando razonamientos de acuerdo con las leyes de la lógica. La razón intenta buscar juicios generales. Esto se debe a las ideas trascendentales, que se corresponden con las ideas de yo, Dios y mundo. En cuanto a la idea del alma, no sabemos si el yo es algo real. En cuanto a la idea del mundo, pensamos que hay sustancias externas a nosotros, una realidad en sí que sirve de explicación de nuestras experiencias externas, pero lo único que conocemos es el fenómeno. En lo referido a la idea de Dios, pensamos que existe una realidad suprema y perfecta, pero no tenemos experiencia. Es imposible demostrar la existencia y la inexistencia.

Kant concluyó que la metafísica es imposible como ciencia, porque pretende conocer realidades más allá de la experiencia. Se basa en unas ideas que nuestra razón no puede aislar, no se pueden conocer, pero sí pueden ser usadas como guía.