La Filosofía de Friedrich Nietzsche

Friedrich Nietzsche fue uno de los pensadores más influyentes del siglo XIX, considerado un maestro de la sospecha o “del martillo”, junto a figuras como Karl Marx (crítico del capitalismo) y Sigmund Freud (creador del psicoanálisis). Su estilo es poético, incisivo y polémico, lo que ha llevado a interpretaciones muy diversas. Recibió influencias de Schopenhauer (pesimismo existencial) y de Richard Wagner, quien criticó la cultura occidental (religión judeocristiana, moral socrática, metafísica) desde un punto de vista vitalista. Según Nietzsche, esta cultura tradicional rechaza el devenir y lo sensorial, es decir, la vida misma. Su filosofía solo puede entenderse plenamente considerando tanto su aspecto crítico como su dimensión creativa. Defiende el vitalismo en lo ontológico, el perspectivismo en lo epistemológico y la figura del superhombre en lo moral.

Crítica al “Mundo Verdadero” Platónico y la “Muerte de Dios”

Nietzsche realiza una crítica feroz al “mundo verdadero” de Platón, al considerarlo una fábula creada por el rechazo platónico al devenir y su idealización de un mundo estático y eterno. En su obra Crepúsculo de los Ídolos, Nietzsche considera esta visión como una forma de calumniar la vida, ya que niega la realidad tal como es y promueve una valoración pesimista del mundo. Según Nietzsche, el platonismo ha influido profundamente en Occidente, especialmente a través del cristianismo, creando una moral que desprecia la vida. Al descubrir la falsedad de este “mundo verdadero”, los valores tradicionales pierden su fundamento, fenómeno que Nietzsche denomina la “muerte de Dios”: el colapso de las creencias suprasensibles. Para Nietzsche, esta pérdida no es una catástrofe, sino una oportunidad para crear nuevos valores basados en la afirmación de la vida, el cambio y el devenir.

Nihilismo Pasivo y Activo

El nihilismo pasivo es una consecuencia de dos milenios de influencia cristiana en Occidente. Cuando se pierde la fe en conceptos trascendentales como la razón absoluta, la finalidad última y el ser inmutable, el mundo parece quedar desprovisto de valor, conduciendo al nihilismo. Nietzsche distingue entre:

  • Nihilismo pasivo: Estado de quien ya no cree en los antiguos valores, pero carece de la fuerza para crear otros nuevos. Es un signo de decadencia y agotamiento vital.
  • Nihilismo activo: Propone la voluntad de poder como fuente de toda interpretación y valoración. Es un nihilismo que destruye los viejos valores para afirmar la vida, lo terrenal y crear nuevos valores.

La Transvaloración y el Superhombre

Este nihilismo activo abre el camino a la “transvaloración de todos los valores”, un proceso que culmina con el surgimiento del “superhombre” (Übermensch), aquel capaz de asumir la negación del platonismo y la “muerte de Dios”. Para Nietzsche, la realidad es fundamentalmente devenir y, a menudo, sufrimiento. Esto convierte al eterno retorno (la idea de que todo acontecimiento se repetirá infinitamente) en una visión potencialmente trágica, ya que elimina la esperanza de una redención final que dé sentido al presente. Sin embargo, en lugar de sucumbir al nihilismo pesimista, Nietzsche propone una visión dionisíaca de la vida: un “sí” rotundo a la existencia, aceptando incluso sus aspectos más difíciles y dolorosos. Afirmar el eterno retorno se convierte en el acto supremo de amor a la vida (amor fati). Esto impulsa la transformación de los valores y la superación del nihilismo pasivo hacia una forma superior de existencia.

Comparativa Filosófica: Nietzsche y Descartes

La comparación entre René Descartes y Friedrich Nietzsche resalta profundas diferencias filosóficas, a pesar de pertenecer a épocas distintas. Descartes, figura clave del racionalismo moderno (siglo XVII), critica la escolástica medieval. Nietzsche, exponente del vitalismo contemporáneo (siglo XIX), cuestiona el racionalismo y el cientificismo que dominaron la cultura occidental tras Descartes. El problema central para Descartes es la inseguridad del conocimiento, mientras que para Nietzsche es la decadencia cultural de Occidente, manifestada en el nihilismo pasivo.

Método y Solución Propuesta

Descartes busca una verdad absoluta e indudable a través de un método riguroso basado en reglas estrictas (evidencia, análisis, síntesis, enumeración). Nietzsche, en cambio, propone el nihilismo activo como vía para superar la decadencia: reafirmar los valores vitales (instintos, cuerpo, voluntad de poder) para superar el nihilismo pasivo y alcanzar una “moral de señores”. Ambos filósofos otorgan un papel central al individuo: Descartes a través del “yo” pensante (cogito) como fundamento del conocimiento; Nietzsche mediante la figura del superhombre, el individuo creador que transformará la moral de esclavos en una afirmación radical de la vida.

Epistemología: Razón vs. Perspectivismo

En cuanto a la teoría del conocimiento, Descartes considera la razón como la única fuente fiable para alcanzar la verdad. Los sentidos son engañosos. Nietzsche, por el contrario, critica el racionalismo por considerar que la razón tiende a momificar la realidad, ignorando los sentidos y la naturaleza cambiante y dinámica del mundo. Para Nietzsche, los conceptos fijos de los racionalistas son “sueños vacíos” que desvalorizan lo natural, lo corporal y lo emocional, aspectos esenciales de la vida.

Psicología/Antropología: Dualismo vs. Unidad Vital

En su concepción del ser humano, Descartes propone un dualismo antropológico radical, separando el alma pensante (res cogitans) del cuerpo material y extenso (res extensa). Nietzsche, desde su ateísmo y vitalismo, rechaza esta separación. Ve al ser humano como una unidad psicofísica, materia animada por la voluntad de poder. Defiende una dualidad de impulsos fundamentales: lo dionisíaco (lo irracional, instintivo, caótico, vital) y lo apolíneo (lo racional, ordenado, armónico). Critica a Platón y Sócrates (y por extensión, a la tradición racionalista que sigue Descartes) por haber suprimido lo dionisíaco en favor de un predominio absoluto de lo apolíneo. Al defender la primacía de la razón, Descartes niega implícitamente la fuerza vital dionisíaca.

Teología: Dios Garante vs. “Muerte de Dios”

En teología, Descartes presenta a Dios como sustancia infinita, creador de las sustancias finitas (alma y cuerpo) y garante último de la verdad del conocimiento claro y distinto. Sin embargo, al fundamentar la verdad en la subjetividad del cogito y relegar a Dios a un papel de garante, su enfoque, según interpretaciones posteriores, contribuye indirectamente al proceso que llevará al nihilismo. Nietzsche, en cambio, proclama la “muerte de Dios”, no como un evento literal, sino como la constatación cultural de la pérdida de fe en los fundamentos trascendentes. Invita al ser humano a abrazar el nihilismo activo, a convertirse en creador de nuevos valores basados en la voluntad de poder y la afirmación incondicional de la vida terrenal, sin resentimientos ni esperanzas en un más allá.